Trago número ¿10?
No hay muchas personas en el jardín porque todos se fueron a ver al grupo que Mackayla trajo, no era BTS pero eran buenos. Veo un trago de un color que no he probado pero sé que me gustará.
—Serás mío.—le hablo al trago cuando estoy apunto de agarrarlo pero una gran mano me lo gana.—¡Oye, eso era mío!
Es Michael y me mira serio, se toma el trago de un sorbo.
Mi traguito.
Suspiro.—¿Ahora que pregunta me harán los forasteros? ¿De qué color son las rocas?—pregunto burlona mirando al chico lindo frente a mi, pensé que se enojaría pero ríe.
—En realidad vengo a preguntarte a qué saben.
Le sigo la corriente porque en estos momentos estoy achispada. Me acercó a Michael quien me mira con curiosidad pero no se mueve. ¿Ya dije que esos rizos rubios me llaman a tocarlos?—Oh, eso si puedo responderte pero no lo haré porque tú y los demás forasteros invadirán mi lugar especial.
—Una lástima.— finge tristeza y me río porque hace un puchero.—Pero que suerte la tuya de que no me importa la investigación.
Estaré achispada pero no tonta.—Entonces qué haces aquí si no es por la investigación.
—James.—responde firmemente.— Lo hago por él.
James.
No lo he visto en todo el rato que llevo acá así que supongo que seguirá con Mackayla y esta bien.
Todo esta bien.
Se me ocurre una idea, quiero salir de aquí, quiero recostarme en un lugar donde solo escuche el sonido de la noche.
—Confiare en ti forastero.—Michael me mira inquisitivamente.—Te mostraré mi lugar especial.
(...)
—Siéntate aquí.—señalo la roca a mi lado. Nos tomó unos minutos llegar, conocía un atajo por el bosque, Michael mira el lugar con curiosidad, pasa sus dedos por la pared rocosa y sonrío.
—Yo creo que son rocas normales.—habló mientras se afloja la corbata y se quita el chaleco, por mi lado solo me saqué los tacos y metí mis pies en el agua. Ahora estamos ambos recostado e iluminados por los rayos de la luna.
—Bueno, James estuvo muy cerca de decirme que pensaba que eran rocas alienígenas.— nos reímos.
—En realidad, según lo que dijo James este es el punto exacto donde se mostró una concentración de energía muy peculiar hace años pero hasta ahora no se había vuelto a presenciar.
Volteo a mirarlo. Me siento cómoda a su lado y él también lo parece porque ha cerrado sus ojos y sus manos están juntas sobre su estómago. Quizá necesitaba esto para terminar bien la noche, mi vestido esta arrugado y mi peinado ya no está en su lugar.
—Siempre he creído que este lugar es especial pero nunca pensé que los demás lo verían, quería que este lugar sea solo mío ¿sabes? suena un poco egoísta pero a veces necesito escapar y solo respirar y este lugar representa paz ¿no lo crees?—pregunto.
Michael se recuesta en un brazo y voltea a verme.—¿Por qué una chica como tú quisiera escapar del mundo?
Nos quedamos callados hasta que unos pasos resuenan por todo el lugar. Nos paramos al instante como si estuviésemos haciendo algo malo. Me resbalo por la humedad en mis pies y Michael me sostiene con ambas manos.
La sombra de una persona se dibuja en las rocas.
Es James.
Su mirada me recorre como si quisiera descifrar y luego mira a su amigo, la frialdad en su mirada se hace notable. Creo saber que imagen proyectamos, ambos súper cerca y con la ropa desordenada.
Escandaloso.
Creo que nunca he conocido a una persona con una vibra tan palpable. James está molesto y no sé por qué. Ahí parado como si fuera una estatua de un villano me parece realmente hermoso pero entonces recuerdo como fue tan descortés conmigo en el baile.
Me separo lentamente de Michael y James sigue mis movimientos como si fuera su presa.—¿Qué haces acá?¿Cómo nos encontraste?
James cruza los brazos y posa sus ojos en los míos, tiene una mirada tan intensa que me desarma pero no le daré ese gusto, levanto mi barbilla retándolo.—Estaban muy distraídos, cuando los vi salir nunca imagine que vendrían a este lugar no cuando parecías reacia a decírmelo.
¿Reacia? Ni siquiera me dio tiempo de negarme. Me molesta su actitud y sus acciones, me acerco hasta estar a solo unos poco pasos hacia él.—Oh James, ni siquiera me diste el gusto de negarme a ti.
James abre la boca para, seguro, disculparse aunque él nunca se ha disculpado conmigo.
—¡¿Qué demonios Kaelyn?! Te dije que me avisaras si querías irte, estuve a punto de colapsar cuando me dijeron que te fuiste con uno de esos forasteros.
Volteo sobresaltada al escuchar esa voz molesta.
—¿Hola?—escucho una risita detrás de mí, James se inclina hacia mi y susurra en mi oreja.—Creo que a tu novio no le gustó que estés con dos chicos en un lago.
Levanto mi mano y le doy un manotazo a su pecho, escucho a Michael a la distancia reír y lo señalo.—No hay nada de gracioso en esto.— me giro hacia Maxon.— Sé que se ve mal que este con dos chicos desconocidos pero en mi defensa solo vine con Michael y James nos siguió.
—Para ¿Quién es Michael y quién es James? —pregunta confundido y niega.— No importará sus nombres cuando los ahogue en el lago.
James ríe.—Como si te dejara acercarte.
Maxon lo mira desafiante aun mientras habla.— Vámonos Kaleyn.
James y Michael se paran frente a mi como si Maxon fuera una amenaza pero James es él que habla.— No dejaré que te la lleves.
—La llevaré aunque tenga que cumplir mi palabra de ahogarte.
—Amigo, cálmate y hablaremos.—Michael trata de calmar las cosas.
Y yo me río como loca, los tres chicos frente a mi me dan una mirada confundida. Me seco una lagrima por la risa.— Esto es tan graciosos que ustedes piensen que les haré caso. Si me quiero ir me voy y si me quiero quedar me quedó.—los miro furiosa.— si creen que soy una muñeca...
Mi mirada va hacia unos pequeños ojos verdes. Hay un gato sentado en la orilla del lago, un escalofrío recorre mi cuerpo cuando mueve su cola con molestia. ¿Cómo no lo había notado antes? ¿Habrá estado todo el tiempo ahí?