Suspire mientras miraba con atención la tarjeta en el suelo y dejaba la puerta detrás cerrarse. No deseaba leer mas, sentirme desconcertada y sin obtener respuestas.
─¿Qué sucede?
─No es nada sólo... no importa
─Pero suspiraste y solamente lo haces cuando algo anda mal
─Bueno, tengo un pequeño problema pero mas tarde lo arreglare, mejor dime ¿Qué tal lo llevas en el instituto? -Le contestaba y cambiaba mi calzado sin tomar la nota.
─No, hoy no, la Srta. Johnson ha dejado un resumen con mil quinientas palabras, no pienso hacerlo
─Okay pero debes escribir ¿De acuerdo?
─Vamos Lyd no quiero, mamá pide que te comunique pero promete que hablaras mas tarde, quiero hacer un trato
─Bien, felicidades no hagas mucho desastre
─¡Okay!
Yeo Hun podía ser un niño en apariencia, pero la manera de pensar contradecía su edad al igual que ciertas acciones le daban un aire maduro, claro cuando no lo sobornabas con helado o pastel.
─Me quieres explicar ¿por qué no has llamado?
─Hola mamá ¿Cómo estás?
─No estaría enfadada si llamaras constantemente, no te envié para que desaparecieras
─Lo siento, he tenido mucho trabajo y olvide comunicarme
─Bien, solo espero llames un par de veces me gustaría saber que como te encuentras, todos te extrañamos
─Mamá ya hablamos...
─¿Qué tal la universidad? -Me interrumpía antes de que reprochara su constante sobre protección.
La conversación continuó por treinta minutos, mi madre adoraba escuchar los detalles de todo, jamás se conformaba con un No, Si.
Sentada en uno de los sofás de la estancia debatía si regresar o no, después de todo las notas continuarían ahí al salir, lo pensé un momento pero la curiosidad ganó, volví tomando del piso la tarjeta y ¡oh sorpresa! había mas de una.
Estaba en la correcto, en cuanto termine no sabía como reaccionar, la confusión era cada vez mayor y por extraño que parezca me sentía molesta, decidí ignorar mi animo y continué.
Bien esto en verdad me irritaba, y odiaba pensarlo pero ya no era solo un error de envío, algo estaba ocurriendo ¿pero por qué? jamás alguien insinuó sentir algo por mí o siquiera mostrar interés. Antes de continuar con las absurdas conjeturas pasé a la siguiente, pero esta vez se trataba de algo distinto; el papel había sido doblado múltiples veces, aun si no tenía la mejor apariencia o cuidado la letra contenida dejaba fuera de vista ese punto, con una caligrafía impecable pero evidentemente masculina
Hola
¿Cómo has estado?, ¿Has leído cada una? En este punto me gustaría hacer tantas preguntas, pero apuesto que ya estas sorprendida. Espere demasiado para verte de nuevo, situación increíble y molesta. En cuanto te vi aquella tarde lo supe pero algo cambió, tu cabello, eres mas alta y continuas observando con detenimiento los lugares que te parecen agradables e inmersa en tus pensamientos cuando lo haces, la mirada es la misma curiosa, fuerte y brillante, me resulta sorprendente como tu corazón acelera los latidos en una fracción de segundo ¿Pero no lo recuerdas cierto?, no importa aún tenemos mucho por delante, te aseguro que una vez lo comprendas, la persona frente a ti habrá cambiado inmensamente.
No existía firma o algún otro dato, nada dentro del escrito me daba alguna pista y mucho menos resultaba familiar
─¿Qué debería hacer?, mas tarde llamare a la oficina y reportare -decía en voz alta-
Coloque las nuevas notas junto a las demás, ahora no era momento para pensar debía terminar mi trabajo antes de que anocheciera.
En mi habitación con las herramientas necesarias y decidida a terminar me ubicaba en el lado izquierdo al fondo donde la luz es usualmente mejor y también debido a la gran ventana que me permitía sentir el aire fresco por lo menos un poco, el verano se acercaba y una vez llegara el calor no se apartaba, incluso por la noche era difícil conciliar el sueño.
El paisaje sobre el lienzo aun no poseía forma, tan solo un azul oscuro surgía en la parte superior.
─Demasiado contradictorio ¿no? -Repetía en voz alta-