Stubborn

2. Una carrera de honor

Estoy en clase de biología, y parece que otra vez Emi y Andra se han perdido en el camino. Cuando en su vida llegarán temprano. Algunos estudiantes ya han ocupado sus asientos. Regularmente siempre comparto mesa en biología con Andra, pero ni sus luces.

—Hola —Salgo de mis pensamientos y lo miro, plantado a mi lado.

—¿Perdiste algo?

—Aparte de no nadar bien, tampoco sabes modales, pero ni modo no todos son perfectos como yo.

Es idiota o lo parió un Teletubbie. Ruedo los ojos y lo ignoro, me centro en la ventana de nuevo, y escucho cuando corre el banquillo a mi lado.

Volteó a verlo y él ya está sentado a mi lado.

—¿Sabes que está ocupado ese asiento?

—No miro a ninguna persona aquí. Así que creo que no está ocupado —explica con una sonrisa socarrona.

Arrugó la nariz y rezo para no tirarlo por la ventana, miro a mis dos hermosas y queridísimas amigas. —Nótese el sarcasmo— las dos murmuran entre sí con risillas cómplices. Les doy una mirada y me sonríen con burla y malicia, ambas se dirigen al fondo del salón y mi mandíbula casi cae al suelo cuando me doy cuenta que me han abandonado.

Traidoras.

A la próxima dejaré que se maten. El profesor entra y da inicio a la clase. Estoy haciendo los ejercicios que nos dejaron resolver para esta clase de biología. Estoy por volverme loca si no deja de tiritar su lápiz contra la mesa.

—Puedes callarte, intento resolver los ejercicios. Deberías hacer lo mismo.

—Son fáciles, no me preocupo por acabarlos.

—Pff, como sea —pongo los ojos en blanco y vuelvo a mi tarea.

—Algo me dice que no te caigo bien —tuerce el labio.

¡Dios, que me delató!

—No hay personas que me caigan mal. Solo no me interesan.

Me levanto y voy hacia el profesor para entregar mis ejercicios y salir del salón.

Modo divo: Activado

Camino por el pasillo hacia mi casillero, los demás aún estarán talvez diez minutos más en biología. Rebusco algunos libros en mi casillero cuando la puerta de este se cierra bruscamente enfrente de mí.

—¿Y bien? —Andra tiene una sonrisa de oreja a oreja.

—Y bien que. Has terminado los ejercicios de biología —abro de nuevo mi casillero.

—No cambies de tema. Pero si, ha sido fácil ahora que he puesto atención. Pero estamos hablando de ese chico

—Yo no estoy hablando de él. Tú estás hablando de él.

—Como sea. Es hermoso —dice de forma dramática— Tienes que salir con él. No encontrarás a alguien como el en otro siglo.

Para este punto, me sorprende que no esté tirada en el suelo convulsionando por la belleza que, según ella, él tiene.

—Exageras. Ni siquiera es lindo.

—¿Estas ciega? Es más lindo que el uffa.

Uffa: es el nombre en código que le pusimos a un chico que nos fascinaba a Andra y a mí. Eso hace como dos años. Pero la fiebre aún está.

—Deja de pensar en chicos. Debemos ir a la clase de la profe Lili. Emi seguro estará un poco más en biología.

—Pero...

Camino ignorándola, solo así dejara de insistir con ese chico. Ya es mucho castigo para mí compartir algunas clases con el. Y tener que aguantarlo en el gimnasio.

ALEC

Para mi mala suerte, hoy solo compartía una clase con ella. No pude divertirme por mucho tiempo, verla enojarse es mejor que un chiste. Esa chica tiene una vibra atrapante. Es como un campo de gravedad que te atrae hacia él, te succiona, te jala. Si. Menuda idiotez la que acabo de pensar, pero solo así la explico.

—Ella también va al gimnasio ¿No? —pregunta mi hermano Jake cuando nos dirigimos a mi auto después de la escuela.

Cuando ya estamos en la carretera rumbo a casa, me giro brevemente.

—¿De quién hablas?

—De esa chica enfurruñada. La que no dejaba de vernos o verte a ti en la cafetería hace unos días.

Y me hace clic la descripción.

—Si, probablemente los dos vayamos a los Olímpicos y las próximas competencias clasificatorias.

—¿Es buena?

—Bastante, pero lo que tiene de buena lo tiene de obstinada. Tiene un carácter especial.

Me frotó el mentón, recuerdo su mirada fiera. Sus ojos son fuego, pueden tragar a la persona más débil del mundo en un milisegundo.

Por suerte para ella y para mí. No soy débil.

—"carácter especial" eh, tú tienes algo similar. Eres difícil de soportar.

Pasa sus brazos por detrás de su cabeza y se recuesta en el asiento.

Le doy una sonrisa amplia.

—Ella no es difícil de soportar, es... Difícil de entender, de saber que está pensando. La conozco hace uno o dos días y ya tengo una fijación en ella.




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