Stubborn

4. Estamos a mano

Bien. Había perdido la cabeza. Eso era seguro a este punto.

—Esto es raro y creo que está mal

Dije, pero ninguna parecía haberme hecho mucho caso y eso solo logró hacerme enfadar un poco más.

Ahora bien. La situación. Empecemos por ese detalle.

Otro chico.

Hoy había venido otro chico nuevo y era una nueva sensación entre el alumnado. Este me caía normal, se miraba menos irritante que Alec y eso que al parecer son algo como mejores amigos o familia. De eso ya se encargaría Andra de averiguar. Ella dentro de las tres es la que más ojo le había echado al chico.

Me sorprendería, pero no lo hizo. Talvez este sea su nuevo interés amoroso. Eso solo quiere decir una cosa.

Estará ocupada por un tiempo.

Al tocar la campana para la salida nos había arrastrado a Emily y a mi atrás de un arbusto para espiar al chico nuevo.

Aron.

Creo que ese es su nombre, no es precisamente feo. Piel blanca, del mismo alto que Alec y su hermano. Tiene el pelo corto por los lados y medianamente largo por el medio, lo suficiente como para hacerse una colita.

Y era obvio que se hacía una. Su pelo está entre castaño claro, unos tonos más y casi alcanza un rubio. Y bueno la cara, esa no la he visto a detalle. Pero como dije es bien parecido.

—Me quedó con este.

Dictamina Andra y la miro preguntando si está hablando enserio. ¡Dios! Esta y sus hormonas.

—No es un objeto Andra —la regaño, pero le importa poco.

—Es bastante bonito. Yo sigo prefiriendo al otro chico —ahora dice Emily.

—Bien, ya vieron suficiente. Es hora de irnos.

Estar detrás de un arbusto, donde estaba segura que, aunque intentará escondernos todos nos miraban, me ponía de los nervios.

—Dame cinco minutos más para apreciar al chico —me mira con mala cara Andra.

¡Perfecto!

ALEC

Hace media hora venía sintiendo la mirada de La sirenita y sus amigas. ¿Cuanta ilusión me hace eso?

Más de la que debería.

Me está viendo a mi ¿No? Me quedaré con la idea de que así es. Eso hace que mi ego suba sin medida.

—No soy el único que está al tanto que tres chicas nos miran ¿No? —Dice Aron con una sonrisa un poco entusiasmado.

Él es un amigo de Jake y mío. Lo consideramos un hermano, no llevamos sangre del otro, pero hay otros lazos que nos unen. Recién se integra al bachillerato con nosotros porque tenía cosas que resolver fuera del país.

Pero regresando con el trío de espías detrás del arbusto, digamos que no me molesta. Todo lo que implique a la sirenita, me agrada. Y podría acostumbrarme a esto de que me espié. Tenerla viéndome desde la oscuridad, solo aumenta mi ego de una manera que ella no tiene idea.

—Creo que es de Alec ese asunto —le resta importancia Jake.

—¿Tanto de adoran? —se burla Aron.

—Me hago cargo de una de esas tres miradas, las otras dos... Son para ustedes par de idiotas.

Y aunque me gustaría quedarme por más tiempo con la sensación de sus ojos posados sobre mí. Sintiendo toda su atención en mi ser, que me envuelvan sus ojos. Que me examine y me someta a un exhaustivo escrutinio visual.

En algún momento esa mirada me terminara matando, y de la mejor manera. Quisiera voltear y encontrar sus ojos con los míos. Que no los aparte, que sostenga mi mirada y me desafíe como cada vez que la veo.

Que sus ojos se enciendan, que se habrán de una manera tan abismal.

Porque eso son sus ojos, dos abismos infinitos, donde los primeros centímetros son oscuros y siento el frío, pero después te acoge una agradable sensación. Una mirada de ella puede hacerte sentir tan bien, y en un parpadeo hacer que te recorra dolor y medio por cada hueso.

—¿Puedo quedarme con la más alta, la de piel bronceada?

Doy un respingo cuando sigo la mirada de Aron y me lleva a ella, algo se enciende dentro de mí, algo que no se siente bien y me volteó de una forma brusca a él.

—Tócala y te parto el brazo.

Me salió con más odio del que debería y ambos me miran con una sonrisa ¿Que carajo? Los dos están jugando con mi paciencia.

—Alguien ya se enganchó, no te preocupes no me van las altas, prefiero las más bajas.

Y una paz me toca de lleno en el cuerpo dejándome pasmado por unos segundos muy evidentes.

—Le diste en el punto correcto —Jake me da una mirada significativa.

Y trago duro, algo en la garganta me molesta y eso no me pasa a menudo o casi nunca me pasaba. Miro por el rabillo del ojo y miro que están por irse o mejor dicho ella está yéndose mientras sus amigas intentan detenerla.

—Vamos —me paro y los otros dos me siguen confundidos.

Esta distraída, no me verá llegar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.