El desayuno era uno de mis momentos favoritos del día, no había preocupaciones. Talvez solo una y era saciar mi hambre feroz. Como feliz el desayuno que mamá me preparo.
—¿Como te fue ayer con la nadadora?
La cuchara de mamá cayó bruscamente al plato de cereal frente a ella, tenía los ojos bien abiertos y estaba sorprendida... eso era obvio.
—Bien... Creo.
—¿Que chica es? —pregunta mamá entusiasmada.
La verdad si he tenido novias y muchos polvos, pero nunca se las he presentado a mamá. Tenía en claro que ellas nunca llegarían a ser algo serio.
—Es una chica que va al bachillerato con nosotros y es compañera de nado de Alec, también irá a los Olímpicos dijo Alec. Y el buen bocón de Jake le soltó todo a mamá, ojalá se atragante con su comida, se muera y lo tiremos por un barranco.
—¿Es tu novia?
¡Si!...
—¡No! Claro que no.
—Pero le gusta, eso está claro.
—Joder Jake, cállate la boca. —le tire la servilleta en la cara.
Mamá empezó a reírse con ganas, y Jake le secundo.
—Solo es mi amiga. Okey.
Lastimosamente sí.
—Deberías invitarla a comer un día. Después de todo que el gran Alec tenga una "amiga mujer" amerita una celebración.
—Oh dios. Ni que fuera un antifeminista. Claro que tengo más amigas mujeres. ¡Tengo primas! ¿Eso también cuenta?
—No, la familia no cuenta —negó Jake que parecía querer reírse de mi expresión de buscar la razón.
—¿Como se llama ella? ¿Como es? ¿Se llevan bien?
—se llama Valesca, es una amargada y nos llevamos de la mierda.
—¡Alec! Hablo enserio. —chilla ella.
—¡Yo también mamá!
Mi mamá me lanzó una mirada fulminante y sabía que no debía hacerla enojar más de la cuenta o terminaría castigado. Así es. Siendo un joven casi adulto aún me castigaba. No soy un jodido niño.
—Se llama Valesca. Es alta, ¡No más que yo! Su piel es bronceada, su cabello entre negro y castaño, largo hasta media espalda. Sus ojos con cafés, de ese café hermoso y brillante, expresión dura.
—Espanta gilipollas y capullos diría yo.
Mamá le lanzó una mala mirada a Jake para que guardara Silencio.
—Pero suave, cuando sonríe es como si hubiera un eclipse lunar, miras la oscuridad y la claridad en su interior a partes iguales. Y nos llevamos ¿Bien? Me manda a la mierda muy seguido. Pero hay momentos en que hablamos bien, es como si la conociera hasta antes de verla. Creo que esa es la magia de nuestra relación.
—Relación de amigos —ahora soy yo quien miro mal a Jake.
—Porque si tuviéramos una relación estúpida y romántica como le gustan a Jake, sería un asco para ambos. No somos así. Pero tampoco como Aron, es un perturbado en potencia. No lo sé.... Creo que somos amor y odio.
Cuando levanté la mirada para mirar a mamá, me asusté estaba llorando y tratando de limpiar sus lágrimas con el dorso de su abrigo.
—¿A qué se deben las lágrimas?
Jake y yo nos miramos buscando respuestas, pero ninguno entendía.
—Es lo más bonito que has dicho de una chica, y eso que solo es tu amiga. Dios tiene que escuchar mis rezos y dejarlos juntos.
—¿Tu rezas por mí?
—Todos lo hacemos, para que alguien por fin te aguante y te vayas de casa. Donde llegues hacer un viejo con gatos, serás la decepción de la familia.
VALESCA
—Me sentare con Emi hoy, toca física fundamental y sabes que no le va muy bien, ¿No te molesta?
Pregunto Andra.
—Para nada. Solo no se distraigan y presten atención, igual después de clases puedo explicarles de mejor manera.
Ella asintió y se dirigió a los asientos de atrás y se sentó en el de junto a la ventana con Emily que me saludo a lo lejos. Estábamos en física fundamental así que saque mi cuaderno para tomar notas. La clase aún no empezaba así que podía escuchar música en mis audífonos para mientras.
Estaba poniendo un curita en mi dedo índice, me había cortado antes de salir de casa hoy. Y como no quería llegar tarde no la cure.
Seguía sangrando.
La música lograba calmarme un poco, la verdad no era fan de la sangre, verla en pocas proporciones estaba bien. Pero cuando era mucho solía darme un ataque de nervios. La cortada era de dos centímetros, la había estado escondiendo de las chicas, Andra seguramente empezaría a fantasear con ella.
Si, era toda una loca. Y Emi, ella seguramente se asustaría más que yo y quería llevarme aún hospital para que me operarán el dedo.
Cuando capte un movimiento a mi lado me voltee de golpe, era Alec que se había sentado en el lugar de junto. Estaba sonriendo como siempre, pero se le esfumó cuando vio un hilito casi nulo de sangre recorrer mi dedo, enseguida tomo mi mano envolviendola con la suya. Quedaba tan pequeña y frágil a la par de su larga y delgada mano pálida y fría.