Stubborn

15. Los sentimientos dañan

Tomo mis cosas del lugar y me paro para salir de prisa de ahí, empujó las pesadas puertas del restaurante y salgo al estacionamiento, el aire frío me pega en la cara y me hace suspirar.

—Tú sabes que digo la verdad Valesca. Ese chico solo tiene interés en sí mismo, porque se cree tan perfecto que no mira todos sus defectos. ¿Crees que serían buenos juntos?

—Solo deja esto Coled, quieres controlar todo y a todos. No eres mi dueño, no eres nadie en mi vida. Solo quieres poner a los demás como los malos para evitar tu culpa.

—Claro que lo soy, me amas y lo sabes. Tu y yo a comparación de lo que puedas tener con él, no se compara a lo que tuvimos.

—No te amo, y nunca lo hice, no lo hago ¡Y no lo haré! Así que solo aléjate. Prometiste dejarme en paz si venía.

Le dedique una última mirada y me dirigí al auto, abrí la puerta y entre corriendo queriendo alejarme todo lo que pudiera, era hora de irme de alejarme de todo este caos que era Coled en mi vida. Él no quería un final, solo quería colarse en la historia por más tiempo. Pero el telón de su capítulo era algo que ya había sido cerrado y el escenario destrozado.

—¡Vale, él no te querrá como yo! —lo escuche gritar, pero el auto ya estaba avanzando.

No necesito que nadie me quiera, no estoy necesitada de amor. Eso solo era un extra en mi vida. Algo que elegía tenerlo o no. No me era indispensable. No por el momento. Pero sin embargo Coled tiene razón Alec no me amara como el, y es porque no son iguales.

Alec es mucho mejor. En todo sentido y aspecto. Pero no es como si ambos fuéramos a terminar juntos. Todo hasta ahora solo ha sido confuso, él no es claro y pueda que yo tampoco.

Conduje por la carretera, ¿cuándo me alejé tanto de la cuidad? El maldito Teléfono no dejaba de sonar y sabía que era Coled, nunca dejará esto por la paz. Aceleré inconscientemente por el enojo y cuando ya estuve harta del sonido de la llamada conteste.

—¡Déjame en paz! —le grite por el teléfono.

ALEC

Mis dedos teclean con velocidad el ensayo que debía entregar como tarea, si bien cuando la sirenita estuvo aquí avanzamos mucho aún me faltaba por terminar mi parte, todo el mundo a mi alrededor era ajeno a mí. Estaba concentrado en esto hasta que el sonido de mi celular me pega un buen susto.

—¿Bueno? —contesto la llamada, recién estaba terminando algo en la computadora y no quería distracciones, pero parecía que no pararían de llamar hasta que contestará.

—Alec —era Andra y su tono me heló la sangre

Dejó caer el teléfono cuando terminó de escucharla. Tomo mi chaqueta y salgo corriendo al garaje por mí auto, golpeó la pared al no verlo estacionado allí

—Maldito Jake, te llevaste mi auto.

Ni siquiera está Aron para que me lleve y son casi las 11 donde mierdas hay un autobús, ir en metro era demasiado peligroso a esta hora. No me importaba y empiezo a correr hacia el hospital que me indico Andra.

Necesito saber que ella está bien, necesito verla. Necesito ver qué pasa, que demonios hacías Vale, dónde estabas, con quién. Necesito y quiero respuestas. Pero necesito mucho más que estés bien.

Llego por fin al hospital, y lo primero que buscan mis ojos es a Vale, pero no está, solo sus padres y Andra, ella se acerca a mí. Y mi corazón se contrae de forma dolorosa.

—¿Donde esta ella? ¿Qué le pasó? —trato de no alzar la voz, pero me es difícil mantener la calma.

Mis manos tiemblan y siento que en cualquier momento me dará un ataque de pánico, trato de regular mi respiración y mantenerme enfocado, pero no dejo de buscarla por toda la maldita sala, aunque estoy consciente que no está ahí y que no aparecerá por arte de magia.

—No sabemos qué pasó con exactitud, solo llamaron del hospital y dijeron que ella tuvo un accidente. No sabemos dónde la tienen.

Paso mis manos por mí rostro y cabello con brusquedad, me siento tan descolocado y sin saber que hacer, no es como que tenga la solución en mis manos. Y eso me abruma.

Al tiempo entra Jake con Emily, el primero me mira y se acerca para abrazarme y siento como nuestros cuerpos colisionan por el abrazo y una bomba de sentimientos revienta en mi interior. Y si es grave, que pasa si no la vuelvo a ver. Qué pasa si la perdí, si nunca se lo puedo decir a la cara. Mierda, soy un desastre ahora con mis pensamientos. Mis mejillas se mojan y sé que estoy llorando.

Es como sentir que tu cuerpo sangra por dentro, se siente frío. Un revuelo en mi estómago. Hace unas horas la despedí con un abrazo en la puerta de mi casa, dijo que nos veríamos mañana y que todo estaba bien. Que gran mentira, en este instante no sabía si la volvería a ver.

—Jake.

—Todo estará bien Alec —él es como mamá, con ese don de calmar a la gente. O al menos de calmarme a mí.

—¿Son los familiares de Valesca Tarrés? —me separo de Jake al escuchar al doctor.

Todo pasa como en cámara lenta, la mamá de Vale no tiene tiempo de afirmar cuando yo doy pasos hacia Coled que viene detrás del doctor.

¿Qué hace el aquí?, ¿Que le hizo a ella? Me le tiró encima, con la rabia y la furia en mi organismo, mi mente nubla mi juicio y pienso que solo golpeándolo puedo aliviar un poco mi malestar.




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