Ya ha pasado una semana desde aquel encuentro con Alec, él no ha vuelto y para este punto sé que no lo hará. Si yo fuera él no lo haría. Solo soy peso muerto, ni siquiera puedo pararme ¿cómo demonios esperan que gane? El confía en mí, pero yo no. Estoy cayendo en un agujero negro, desapareciendo en las sombras. Él tiene un futuro prometedor. Yo lo tenía, pero ahora solo se desvaneció como mis ganas de vivir. Con el tiempo el me olvidará y sé que es lo mejor. Un día fui su rival, pero ahora solo soy como una leve corriente de agua. No puedo hacer que nada a mi alrededor se mueva con fuerza. Creo que todo termina aquí.
Alec, él está acostumbrado a nadar en un mar bravío y ridículamente imposible. Pero el todo lo logra, es como un guerrero, todo lo hace suyo. Hace un buen día afuera, y yo postrada en una estúpida cama. La puerta es abierta y Emily y Andra entran, cuidando sus movimientos como si no quisieran incomodarme. Pero aún que quiero prestarles atención, mi mente solo divaga.
—¿Te encuentras mejor? —habla Emili y se sientan a los lados de la cama.
—El dolor ha disminuido —informo.
El silencio se presenta. Es arrasador y yo estoy aquí viéndolas con cautela y ellas divagan por sus mundos, sé que traen algo. Andra puede disimular, pero Emily es muy notoria.
—Alec ha empezado su entrenamiento en París, hoy por la madrugada a dejado el país —informa Emily.
Siento que mi corazón se encoge y mis dedos cosquillean. Sumándole el dolor que se instala en mi estómago. Una mierda de sensación. No puedo culparlo cuando yo misma lo incentive para que fuera me hubiera sentido culpable si lo detenía de estar en un gran evento como el Prix.
—Me alegro por el —es lo único que sale de mi boca y siento como si fuera veneno para mí ser el decirlo.
¿En verdad me alegro?
Soy tan obstinada y competitiva, que puede que no me entusiasme la idea de que Alec vaya y yo no. Pero detenerlo no sería propio de mí, mis valores son más fuertes que mi ego. Y el amor que le tengo es más grande que el dolor de perderlo.
—Él ha dejado algo para ti, supuso que no lo recibirías una segunda vez y se ha limitado a dejarte una carta.
Dice Andra y en corto me extiende un sobre rojo. Ellas limitan su visión a las paredes de la habitación, dándome privacidad para leerla.
"El color rojo significa pasión, y eso es lo que somos ese calor incontrolable. Ese desenfreno que nos descoloca y nos hace ser unos locos. Tu mirada es fuego, y cuando nadamos juntos no evitamos hacer del agua nuestro pequeño infierno. Pero seamos honestos el infierno es más divertido que el cielo. Aunque yo ya tengo ambos, porque tú eres mi lugar más puro.
Mi sirenita, no es fácil para mí olvídate o siquiera alejarme
Me haces falta, si me he ido es solo para volver por ti. Si en un futuro tengo que cargar contigo sobre mi espalda lo haré. Mi cuerpo es tuyo, mi mente, mi corazón, todo mi yo te pertenece, tú puedes hacerme tu esclavo. No tengo problema con que me uses. Siempre he sido tuyo. Puedes tratarme como tu juguete y será como un éxtasis para mí ser.
Voy buscando una razón para olvidarte, y entre más lo intento más me cuesta soltarte. Soy un tiburón y tú mi presa y hasta no tenerte no me puedo detener. ¿Me esperaras? Espero tu respuesta sea sí. Porque volveré y enfrentaremos la vida juntos. Pequeña testaruda, puedes alejarme todo lo que desees, pero siempre seré tu sombra y tú la mía. Y es porque somos nuestros, nacimos para estar juntos en esta vida.
Danzaremos una vez más en la profundidad de nuestros corazones. El mar que nos une nos reclama y nuestro hilo rojo actúa como una línea de pesca, enredándonos en ella para que no nos perdamos. Tú puedes ser el océano Atlántico y yo el pacífico, pero siempre existirá esa delgada línea que une nuestros mundos. Donde ambos nos encontramos y colisionamos.
Esa línea une y separa mundos, pero talvez pueda darnos una tregua a nosotros.
Es una promesa"
Mis mejillas se pintaron de un tenue rojo, Alec nunca había sido una persona tan abierta con respecto a los sentimientos. Era un maldito payaso. Se burlaba de todo y de todos y pensar que él ha escrito esto. Me hace conocer otra parte de él. Una parte que me da miedo. Una parte que me cuestiono que yo también tenga. Me invade una marea de confusión. El ambiente se siente más acalorado. Mi garganta se seca y me hace tragar consecutivamente. Me siento un poco fuera de sí.
¿Es otra declaración? Creo.
La verdad es la primera carta ¿Romántica? Que recibo en mi vida. Aunque la situación no es la mejor me hace sentir mejor, que hice para tenerte Alec, todo este tiempo solo te he alejado. ¿Porque me sigues amando?
ALEC
Casi doce horas de vuelo para llegar al continente europeo. Sin olvidar el tiempo de viaje que requiere trasladarse del aeropuerto al hotel. Menos mal que después nos trasladarán a una residencia a todos los competidores. Me frotó la cien, al no recibir noticias sobre la carta que le he dejado a Valesca. Vuelvo a revisar mi móvil y la notificación de WhatsApp aparece. Mi corazón se vuelve loco. Las manos me sudan, tiemblan y abro el mensaje con más rapidez de la que quiero admitir.
Andra:
Se ha vuelto un tomate con tu carta, espero no le hayas escrito nada pervertido, oh te dejo estéril.