Stubborn

29. Un hasta pronto fugas

Miro la residencia poco a poco quedarse completamente vacía, había llegado la hora de irnos. Nunca pensé que me sentiría así al irme, cuando vine aquí solo pensaba en volver... pero ahora. Solo deseaba tener más tiempo, o llevarme a todos conmigo.

Cada chico, chica se va despidiendo y un taxi lo lleva a su destino. Solo quedábamos nosotros cinco, los escucho bajar las escaleras mientras ríen entre sí. Mierda, iba a terminar llorando.

—Vaya, parece que solo quedamos nosotros —dice Antonella con una sonrisa, no sé cómo, pero cambio.

—Esto empieza a sentirse triste ¿No? —menciona Archie.

—Espero salir de aquí sin derramar una sola lágrima. Llorar frente a ustedes sería patético. —se explica Marcus y todos se ríen de él.

—Ni modo, llegó la hora de la despedida supongo. —se encoge de hombros la sirenita todos nos miramos entre sí.

—Fue un gusto conocerlos chicos, prometo visitarlos en sus países —dice Antonella y Archie la toma de la mano.

—Corrección, prometemos visitarlos. Ustedes también son bienvenidos en Francia cuando quieran volver.

—También en Alemania. —Marcus me voltea a ver— ¿Por qué tan callado?

—Solo es que me da un poco de tristeza decirles adiós.

—Entonces no lo digas, di hasta pronto. —Val me toma de la mano extendiéndome una sonrisa.

—Hasta pronto chicos y también son bien recibidos en Estados Unidos. Gracias por todo, la sirenita y yo no veníamos de un buen momento. Sin embargo, conocerlos nos hizo bien.

—No fueron los únicos, puedo decir que soy un poco mejor gracias a ustedes. —nos sonríe Antonella.

—La verdad que no son tan malos nadadores como pensé, fueron verdaderos retos y eso lo hizo más interesante —Marcus se cruza de brazos y todos nos burlamos de su ego.

Nos quedamos en silencio, la bocina del taxi afuera nos apura, a pesar de que todos somos fuertes no evitamos llorar en esta despedida, nos abrazamos todos juntos. Archie pide una foto de los cinco como recuerdo, a pesar de la cara que llevamos nos hace posar para la foto.

—Estamos llegando tarde, debemos irnos —le digo a la sirenita— Gracias... en serio no me cansaré de decirlo.

—Buen viaje chicos —nos abraza Marcus.

—Sin palabras de despedida —dice Archie y nos abraza también, Antonella se suma y al final Marcus.

Los tres nos despiden en las puertas de la residencia, subo nuestras maletas al taxi para partir al aeropuerto. Medianamente listo para regresar.

El silencio en el taxi al aeropuerto me sirve para pensar y poner todo en orden. Cuando baje del avión la primera vez aquí, estaba lleno de inseguridad, irá, tristeza... culpa. Por haber dejado a Val en una cama de hospital sin nada más para ayudarla. Pero hoy volvía con el título del ganador del Prix Mundial, con mi novia al lado. Pero me esperaban otras cosas en Estados Unidos.

Termine una aventura, pero empieza otra.

Tomamos asiento en la sala de espera del avión, no faltaba mucho para abordar. En el triste silencio ambos miramos algo en nuestros teléfonos que nos hace sonreír en automático.

"Archie creo el grupo: Los cinco mares"

"Archie te agrego a ti y tres más"

Archie: ¡Listo! así no perderemos el contacto.

Marcus: Eres genial amigo.

Antonella: Ni dudarlo, espero tengan un buen viaje a todos.

Sirenita: ¡Gracias! a ustedes también. Los vamos a extrañar.

: Espero con ansias el siguiente año para volver a ganar el Prix y por supuesto verlos de nuevo.

Marcus: Ja. Solo tú sabes que volverás a ganar... el siguiente año es mío.

Archie: Permiso, ganador del Prix Mundial del siguiente año pasando. Por favor chicos, no se hagan daño tratando de ganarme.

Antonella: Archie apúrate abordar, el autobús nos dejara si no te das prisa.

Sirenita: JAJAJA

: JAJAJA

Marcus: ¡Vamos Archie! al menos no llegues tarde a eso. JAJAJA.

Archie: ¡Nos leemos luego chicos! lindo viaje. ✓✓

Subimos al avión cuando nos llaman para abordar, como buen caballero le había cedido el asiento de la ventana. Acomodo nuestro equipaje de mano en el compartimento para después ya prepararnos para despegar. Algunos minutos después ya nos encontramos en el aire. Cada uno va en su mundo, Val mira una película en el avión, yo voy escuchando música. Miro la pantalla por el rabillo del ojo, se me hizo interesante la trama.

La miro atentamente junto a ella, tenía subtítulos, aunque no lo crean. El ver la pantalla, leer los subtítulos y tener mi música de fondo la hacia una vivencia mejor. Ella quita la película cuando termina y se acomoda, abro una bolsa de maní para comer durante el vuelo.




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