Stupid romance (reescribiendo momentánea)

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Desde pequeña mi historia favorita fue la Sirenita, no sólo por que ella era bella, si no por su final, mi abuela siempre me contaba historias, cuando me venía a visitar, y recuerdo muy bien cada una de ellas. Como su primera nieta siempre recibí un gran amor de ella. Pero todo cambio cuando cayó gravemente enferma, cuando yo tenía 7 años, recuerdo haberla ido a ver en esa sala de hospital la cual se veía muy antiguas con sus cortinas abiertas y sus camillas de fierro en la cual se encontraba acostada, apenas podía abrir sus ojos, se veía tan débil en esa camilla, no me gustaba verla así, ella siempre fue alegre, carismática y nunca andaba desarreglada.
Mis padres nunca me querían llevar a verla pero ese día fue distinto, eran cerca de las diez y media de la mañana, yo ya estaba preparada para ir al hospital, al entrar mis padres me dejaron sola con mi abuela, cuando me acerque a su lado, se intento levantar de la camilla y yo la ayude.
-Mi niña viniste-me dijo cuando le puse una mano en la espalda para tratar de acomodarnos.
-si abuela-le respondí cariñosamente como siempre.
-mi querida Hania, se que estas triste-me dijo acariciándome la cara.
-abue, cuando saldrás de acá, para que me cuentes tus historias-le dije como toda niña sin tomar el peso de lo que estaba sucediendo.
-pronto mi niña, ¿quieres que te cuente un cuento?-me pregunto, yo sólo asenti con la cabeza.
-bueno - dijo mi abuela y comenzó a contarme mi historia preferida.
-Había una vez una pequeña Sirenita, la cual se enamoró de un príncipe, ella lo amaba tanto que, para convertirse en humana dio a cambio su voz a la bruja del mar-yo sólo la oía atentamente-cuando la pequeña sirenita llega a la tierra y se encuentra con el príncipe ella no tiene como declararse a él ya que no tiene voz, ella sólo podía hacer señas, el príncipe como era de buen corazón se la llevo a su castillo y cuidó de ella, el príncipe poco a poco comenzó a enamorarse de ella y sabes que paso después- me dijo para que yo le contestara-
-Si- le dije y comenzó yo la historia-llega otra princesa y el príncipe se casa con ella, la pequeña princesita estaba muy mal, ya que lo amaba, cuando las hermanas se enteran y hablaron con la bruja del mar, y esta les da una poción que debe darle al príncipe, si ella no le da la poción  hasta la media noche, la sirenita se convertirá en espuma, como ella amaba mucho al príncipe no quiso dárselo y decidió convertirse en espuma por él- le dije
-Hania-me dijo con voz débil- veo que te aprendiste bien esa historia, pero deberíamos cambiar el final-me dijo sosteniendo mi mano-la pequeña Sirenita cuando se entera que llega otra princesa, ella lucha por el príncipe ya que lo ama demasiado y si el igual la ama, la voz no será impedimento, cuando el príncipe se da cuenta que a la que ama en verdad es a la sirenita, el decide casarse con ella, y así la bruja le devolvió su voz y vivieron felices por siempre-dijo mirándome con sus ojos pocos abiertos.
-Abuela-le dije-el príncipe es malo, ¿como le hace eso a la Sirenita? jugar con dos princesas esta mal.
-Si mi niña, pero debes entender que las cosas pasan por algo, mi Hania eres una niña muy buena, inteligente y linda, cuando llegué el momento de encontrar a alguien se que entenderás mejor la historia, no podré estar contigo pero, quiero que luches por lo que quieres, no te des por vencida y siempre cree en el amor-
-Abuela, no quiero, esas cosas no existen-.
-La vida da muchas vueltas, como la historia del hilo rojo, se que algún día lo encontrarás y recuerda que siempre te estaré cuidando donde quieras que este-
-Abu, ¿te estas despidiendo?, ¿donde irás?-le dije preocupada.
-Estaré siempre a tu lado, ten- me dio una pequeña cajita con un colgante de plata, con un pequeño corazón en medio- cuídalo, y con esto siempre me tendrás en tu corazón, te amo mi pequeña Sirenita Hania- cuando me dijo esto me dio un beso en la mano y se volvió acostar.
-Abu, lucharé siempre por lo que más quiero, te amo mucho-le dije esto y mi abuela dio un último suspiro y el monitor de signos vitales que tenía a un costado comenzó a pitear, hay comenzaron a entrar doctores y enfermeras corriendo mientras mi madre lloraba y mi padre la abrazaba a ella y a mi, mientras los doctores seguían gritando.

 




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