13.Si me quieres, demuestralo

Una nueva mañana empezaba y agradecía que tuviera en que despejar mí mente mientras recorría los pasillos de la universidad. La idea de iniciar una nueva actividad que me mantuviera alejada de Carter me daba una perspectiva un poco más alentadora. No me habría deshecho de él pero al menos tenía en que pensar por un rato mientras amasaba masas para galletas junto a diez desconocidos. 

Entre a la habitación y en cuanto lo hice el amor al almíbar, la vainilla y el chocolate fundido entro por mis cosas nasales haciéndome acordar a los fines de semana en casa con mamá. 

Un sentimiento de culpa me invadió al recordar la última charla y la me tira que le había dicho. La llamaría de nuevo y la pondría al tanto de mí vida como una chica universitaria al fin y al cabo es lo que ella siempre había querido para mí y lo que más ansiaba era hacerla sentir orgullosa, por supuesto que no la pondría al tanto de su reaparición, no quería preocuparla. 

-Pero a quien tenemos aqui- exclamo la chica del café parandose a mi lado, quedandose en el medio de la puerta, bloqueando la entrada y la salida- La barista más guapa que han vissto mis ojos y quien me preparo la mejor bebida que he probado en toda mi existencia.

-No estas exagerando?- pregunte un tanto cohibida ante su halago.

-Ni de coña. Mira que soy una catadora de cafés y los he probado de muchas formas y tamaños. Ninguno se compara con el tuyo-aseguro- Te digo desde ya, tienes magias en esas manos- me tomo del brazo y me condujo al interior del cuarto- Soy Sissy, por cierto.

-Sissy?- repeti y no pude no ocultar lo gracioso que eso me parecia.

-Lo se. Es interesante como de entre los nombres existentes a mis padres les parecio una buena idea llamarme como la emperatriz- sonrio- Igual lo considero  un gran honor. Fue una mujer maravillosa y bella, lo unico que pido es no morir apuñalada como ella, no quiero correr con su fortuna, aun asi si puedo confesar la verdada lo que mas le temo es a ser tan infeliz como ella, a llevar una vida que no queria, a ser infeliz para contentar a los demas. Desde pequeña me llamó la atencion el porque habian escogido bautizarme en su honor y me pasaba largas horas investigando sobre quien era ella. Con cada cosa que descubria sentia una pena increible por ella y desde ese entonces me prometi que no seguiria el camino de mi tocaya. Haria lo que estuviese en mi poder para vivir lo que ella no habia podido y enorgulleerla a mi forma. Y hasta ahora creo que he cumplido con ello.Es por ella en realidad que me meti en la clase del señor Princkett, tenia el presentimiento de que no era la unica chica cuya historia habian contado a medias, y mis ansias por conocer los secretos que se ocultaban eran tan grandes que no pude  resistirme, en cuanto me entere que este curso existia, me anote sin dudarlo dos veces.

-Eso es maravilloso- respondí- Eres de esas que cuando quiere algo no se detiene hasta que lo consigue- añadi, sintiendo una cierta y repentina simpatia por ella. Al fin habia conocido a alguien que estaba en la misma sintonia que yo.

-Algunos se quejan de esto y aseguran que soy una “ cabezotas”, y a mi me hace muy feliz saber esto- Como sea, dejame que te presente al equipo.Los que estan separando las bolsas en las que empacaremos el producto final son Anna y Hans- puso los ojos en blanco- Si, si, como los personajes de “Frozen”.Ridiculo, no? Son buenas personas, y te caeran bien si omites ese detalle. En la mesa dos, vigilando las batidoras se encuentran Mark y Amy, llevan juntos desde la primaria y no se separan ni para ir al baño, lo se porque tengo que lidiar con esto desde mis 10 años, ella es mi prima y tiene que imitarme en lo que sea que haga, segun ella es porque me admira, yo por otro lado pienso que hay cierta envidia en sus venas que tarde o temprano le jugara en contra.No hay dos como yo - bromeo, tirando un mechon detras de su hombro- En la esquina estan Polly y James y esta-se detuvo en la mesa que tenia un cuatro- Es tu mesa- informo, observando al sujeto que estaba de espaldas a nosotras- Y tienes suerte, tu compañero ya ha llegado.Te dejo con él- comento dandome una palmadita en la espalda antes de desaparecer.

 Y en cuanto  se dio vuelta mí mundo se vino abajo al ver que se trataba de Carter.

-Hola- me saludo dandome una sonrisa de costado.Era notorio que a él le hacia mas ilusion que a mi él que tuvieramos que trabajar juntos.

-Hola. 

-Wow, no sabia que estabamos en el Polo Norte- dijo, abrazados y refregrandose para entrar en calor-  Que onda con esa frialdad? 

-Estas jodiendome? Cómo debería actuar luego de enterarme no por tu boca, sino por lo que vi desde detrás de la barra, que tienes novia, esposa, o lo que sea? Justo después de que me vendieras el cuento perfecto, prometiéndome que te quemarias en el infierno con tal de estar conmigo?Ella está al corriente de que te acostaste conmigo? De que estás detrás de mí? Sabe que tuviste sexo con una de tus alumnas?

Silencio puro, eso fue lo que obtuve a cambio.

-Eso fue lo que pensé.

-Oh vamos.No puedes estar tan molesta por lo que sucedió ayer. No cuando últimamente no estás tan mal acompañada cuando estás allí.

Esto tenía que ser un chiste. Podía apostar que lo hacía a propósito, que tiraba de la cuerda para ver qué tan lejos podía llegar, cuánto tardaría para sacarme de mis casillas.

-Ere el menos indicado para hacerme un reclamo de ese tipo. Es ridículo. Y no me vengas con que eso te pone celoso, porque no caeré en ese juego- afirme.

-Y cual hay si es así? Cuál sería el problema?- se acerco a mí, invadiendo el pequeño espacio personal que había intentado instaurar entre ambos, en cierto modo para protegerme a mí misma, una parte de mí sabía que si lo tenía pegado a mí acabaría sucumbiendo ante cada una de sus excusas. 

-Pues tus celos están muy fuera de lugar y son patéticos- contesté a la vez aue tomaba una masa de galletas pegajosa y grumosa entre mis dedos y la amasaba- Te los puedes  ir ahorrando- propuse.