19. Perdiendo los papeles.

Juro que ni se podía caer ni una condenada idea de mí cabeza por más que lo quisiera y eso que ya había tomado tres o cuatro tazas de café y no surtian efecto.

-Linda , te encuentras bien? - pregunto la señora de la cafetería de la universidad, genuinamente preocupada al percatarse de las veces que había acudido a ella para adquirir una nueva dosis de esa maravillosa droga que ella preparaba, la cual despertaba, en condiciones normales, mis neuronas.Hoy era la excepción.

-Mmmm… Si, no. La verdad es que no he tenido una buena noche de sueño y este trabajo me está sacando canas verdes- respondí, ofreciéndole una mentira a medias.

Porque era verdad… Cada vez que cerraba mis párpados y hacia un esfuerzo para dormirmez los acontecimientos de ayer venían a mí, para atormentarme, dando vueltas en mí cabeza. 

Lo peor es que esta proyectaba escenarios incluso más subidos de tono que distaban bastante de la película apta para todo público a la que me había invitado Carter y la cual no pude seguirle el hilo conductor después de ese beso. 

Uno de ellos estaba fresco todavía. El ingresaba por mí puerta, se quitaba el saco con una velocidad que habria sorprendido hasta el mismísimo Usain Bolt y se tiraba sobre mí, abriendo mis piernas para acomodarse en medio, su piel contra mí piel, mis manos siendo presas de las suyas, y sus dientes en mí sostén, el cual fue deslizado abajo por esas teclas blancas que solamente deberían ser usadas para desmenuzar comida y tirando de su tela para despejar mí pecho. Mí mente poniéndose en blanco en cuanto su lengua encontró lo que estaba buscando. Mí espalda arqueandose ante su roce.

-Que tienes aquí?- dijo Sissy, sentandose a mí lado, dándome un empujón con su cadera, pidiéndome a su modo que me hiciera a un costado - Café? Alquitrán? Lo que sea me servirá- espero, vaciando el vaso de un sorbo.

-Por lo que puedo observar el resto de ella velada transcurrió en paz - bromee señalando a las gafas de sol- Y estamos a casi treinta y cinco grados. No tienes calor ? - añadí, removiendo el pañuelo alrededor de su cuello, descubriendo asi un chupon.

-Hey-se quejo- Deja eso donde lo hallaste- me dio un manito - Lo… Lo siento, es que no soy buena tolerando el dolor, es como si tuviera un condenado pájara carpintero aqui- apunto a su sien- Pero, soy una adulta y tengo que comportarme como tal, haciéndome cargo de mis actos.

Créanme, yo mejor que nadie era consciente de ello, el problema era que en lugar de cambiar mis malos hábitos, sumaba más a la lista. Era como si fueran una adicción…

Acaso Carter se había vuelto una? No. No podía serlo. Esto pondría en juego el pacto al que había accedido, no sería inteligente ceder a mis impulsos naturales aunque oscuros, no si queríamos ser amigos.

Una vez que el semestre acabese, y si él le ponía fin a su relación, quizás las circunstancias fuesen distintas. A mí favor.

-Oh, nena- suspiro- Te perdiste una de las mejores noches de nuestras vidas. Dios bendiga a lo desinhibida que se vuelve la gente cuando bebe.

-P…Por qué lo dices?

-Esos chupitos que tomamos derivaron en una competencia de baile, con premios de lo más interesantes - sus cejas se elevaron lo suficiente por sobre sus monturas, como para que pudiera verlas- Hubieron besos de tres, besos de cuatro y si la memoria no me falla, me pareció ver a Riley y Stella irse con Callum- rio- Donde estabas tu? De un momento al otro te nos perdiste de vista.

Mierda. Había estado tan ocupada en el resto de las cosas que no se me ocurrió que tendría que dar con una excusa para esto.

-Es….Que recibí una llamada de mí compañera de piso, había dejado su llave en el taxi y no tenía como entrar a casa.

Sabía que algún día esto vendría a por mí, mí karma me las haría pagar, sin embargo no había otra manera de hacer esto.

-Pues, me alegro que hayan podido solucionar esto, así haya sido a costa de tu diversión y entretenimiento. Hay alguien del grupo que no estuvo muy encantado con tu ausencia y casi que como por respeto a ti prefirió no participar.

-Ay, no me digas que fue Eric - masculle.

Lo que menos necesitaba en este instante era tener que lidiar con un sujeto así. No es que no fuese encantador y guapo. Simplemente no era mí estilo.

No era él.

-Que va- bufo- Ese patán es un galán empedernidos, un casanova, no te dejes engañar a flirtea con lo que sea que se pase por delante suyo- hizo una pausa - No es que tu no seas preciosa, lo eres . Confía en mí, no estoy exagerando, yo estaría contigo, lamentablemente me das esas vibras de que no te va la experimentación sexual… Con las de tu género.

Okay, ni en un millón de años, hubiese esperado eso.

-Y cuáles doy?

-De esas que están esperando que el príncipe encantador acuda a su rescate, pero no en el sentido tradicional, no se expondrá como una damisela en peligro, le dejará en claro que ella pude librar sus batallas y pelear con sus propios monstruos, no obstante, cuando el gran mundo malo amenace con comérsela acudira a él para su protección y ayuda. Eres de esas a las que no les molesta admitir que anhelan formar una familia, obviamente luego de haber concretado sus metas principales, porque ni de coña pondrías eso sobre lo que tu quieres, ahí si eres egoísta y poco tradicional. Hasta no concretado el 70% de ellas no te aventurarias a dar el “si” en el altar, a no ser que…

-Que, que?

-Que aparezca uno que te haga cambiar de parecer… Lo que no veo plausible. Si es así, el poder del susodicho debe ser gigante como para que tu relegues todo.

Era Princkett ese “uno”? Y estaría dispuesta yo a renunciar a lo que fuese si él me prometida que podía darme más?

Supongo que la responsabilidad de esa respuesta caía en sobre sus hombros.

-En fin, fue Luke quien mostró un particular interés en ti. No paro de hablar de lo bella que le parecías, como fue que te definió?- masajeó su barbilla- Intrigante, educada y calida. La perfecta candidata para presentarle a mamá y papá.