Su alumna favorita

21.Solo te quiero a ti

Los cumpleaños no estaban al tope de mí lista de favoritismo,habían otras celebraciones que estaban en el fondo de ella. Cómo una persona soltera sabrán entender que no era una gran fan de San Valentin. Quiero decir ni siquiera lo era cuando tenía a Jeffrey, supuestamente, para mi.

 

Y si, me gustaría hacer un énfasis mayúsculo en el “supuestamente” ya que en varias ocasiones llegaron a mí rumores de que él no era precisamente fiel como alegaba ser. Si mis cálculos no fallaban y mí memoria tampoco, durante el tiempo que estuvimos juntos, tuvo fácilmente cinco o seis amantes.

Nunca tuve pruebas que sustentasen los mismos por lo que adjudicaba sus existencia a celos y envidia. Afortunadamente crecí, madure y entendí que nadie tendría que sentirse así respecto a nuestra relación y que ninguna chica merecía pasar por el infierno que me hizo pasar él.

También odiaba el famoso “Día del amigo”, no es ninguna sorpresa que luego de este suplicio llamado “noviazgo” me había quedado con pocos de ellos y no los culpaba. Ni yo me reconocía al final del este y si se alejaron habrán tenido sus motivos.

Pero mí cumpleaños, eso si que no lo detestaba. Al fin y al cabo tenía motivos de sobra que festejar, estaba viva y empezando un nuevo capítulo en mí vida donde podía hacer borrón y cuenta nueva. Cualquier cosa podía pasar.

Aún así no podía ignorar la realidad, este era muy distinto a otros que había pasado. Era el primero que pasaba lejos de casa y me generaba un nudo en el estómago enorme  pensar en que lo pasaría lejos de mamá y papá.

No entrarían por la puerta a cantarme “Las mañanitas”, tradición que habían impuesto desde que yo era pequeña , a pesar de que no éramos Mexicanos, ni me prepararian mí almuerzo favorito o haríamos un picnic en el parque.

Estaba sola. Por mí cuenta,y no sería correcto quejarme. Yo había decidido esto, quería huir de mí pasado y mis fantasmas y obviamente no sería gratis. La soledad era el precio a pagar y lo haría.

El móvil  vibro repetidamente en mí mesa de noche, obligándome a abandonar esa pose de momia en la que me ponía cada vez que tenía una buena noche de sueño.

Al desbloquear la pantalla me tope con varios mensajes.

Kailey: Feliz cumpleaños, perra.

Espero que estés en la gran manzana

cosechando puros éxitos.

Joshua: Está noche me abrirte

una botella de cerveza en tu honor.

Papá: Feliz cumpleaños, cielo. Te

envío una fotografía de Moustache

con un mensaje para ti.

Una risita tonta se formó en mis labios al ver al cachorro con un gorro de fiesta aplastando sus grises rulos y un cartel debajo de sus patitas que rezaba “Te felicito, estás más vieja”. 

Mamá: Te echamos de menos linda,

sería grandioso poderte tenerte aquí.

Solté un suspiro y lo deje de dónde lo había tomado, mí mano ensuciandose con una sustancia viscosa.

Resulta que el costado de mí palma había ido a parar sobre un cupcake el cual tenía una vela encima y un cartel. Reconocí la letra de Gina de inmediato.

“Feliz cumpleaños a la mejor compañera

de mí piso y pollito mojado que pude acoger bajo

mí ala. Este fin de semana tiramos la casa

por la ventana. Más te conviene no decirle a Xavier que me robe esto. Ten en cuenta que me

quede hasta tarde decorandolo acorde

a tus gustos y temáticas del día”.

Y juro que mí corazón sintió como si alguien se colora en mí pecho para hacerle caricia. Quien decía que el amor tenía que provenir de un hombre únicamente o una mujer? Los amigos tenían mucho para dar. Ella lo había demostrado, tiñendo la crema roja y escribiendo “I don't know about you, but I'm feeling 22” en la superior.

Me senté sobre el colchón, tomé el encendedor y encendí la vela para pedir mí deseo.

“Que pase lo que pase con Carter sea en mí beneficio”.

🎁🎁🎁

En cuanto salí de casa me di cuenta de que el clima había optado colaborar conmigo hoy , no había una sola nube en el cielo y la brisa que corría era apenas perceptible.

-Tendras que ver a tu padre usando mí jardinera de embarazada, con una gorra vieja, roida por las polillas tratando de crear un gazebo en el patio+ se rió cuando le pregunté que como estaba yendo las cosas por alla.

-Y como va con eso?

-Descansa más de lo que trabaja. Y continuamos teniendo esa ridícula discusión en la que el asegura, firmemente convencido, que lo que halló en su sombrero era cereal viejo, y que mí teoría es erronea.

-Cual es tu teoría?

-No hay que ser Einstein para comprender que si un objeto pasa años y años en el sótano acumulando tierra, y siendo visitado por animales, en especial esa plaga de ratas que tuvimos el verano pasado.

Un escalofrío recorrió mí espalda al imaginarlos circular por sobre nuestras pertenencias.

-O sea que eso que encontró no fue cereal y fue…

-Excremento- respondió sin dar tantos rodeos-Cuando lo mencioné se victimiza y me acuso de no confiar en sus habilidades de “chico de la naturaleza” por lo que lo deje ahí. Si es feliz viviendo en esa fantasía, para mí está bien. 

-Me gusta como trabajan como equipo - respondí, creyendo que eso había sido un pensamiento que estaba en mí mente y que no había escapado de ella hasta que oí su voz.

-Que tal las cosas por allí, cariño? Los estudios? Hay un chico dando vueltas? Alguien con quién puedas conformar un equipo?

Y eso era justamente lo que no quería escuchar hoy porque no era sencillo tener que explicarle a tu madre que te habías enrollado con tu maestro no una, ni dos, ni tres veces, o que estás rozando los límites de los clichés trillados al hacerlo en un cine abandonado, en su oficina y ebria.

Aunque en mí defensa tengo que confesar que en ese estado embriaguez desconocía el vínculo “profesional” que mantendríamos. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.