Luciernaga's club

Halley

El día apenas estaba empezando, y yo ya tenía un montón de cosas por hacer, empezando por darme una ducha, anoche había regresado muy tarde del trabajo y apenas había dormido, mis ojeras eran notorias a kilómetros de distancia y el cansancio era exagerado.

Entré a la ducha y estuve a punto de dar un gritico cuando el agua helada de la regadera recorrió mi espalda, siempre había sido de las peores sensaciones del mundo, pero el agua tibia no tenía el mismo efecto despertador que la fría.

- Halley, el desayuno está listo - escuché decir a mi mamá desde afuera de la puerta del baño

Me límite a responder con un "gracias", no tenía mucho tiempo antes de salir a mi trabajo.

Después de ducharme me cambié de ropa, un jogger gris y una blusa básica blanca eran perfectos para dias ocupados conjunto a unas zapatillas deportivas negras con una franja blanca, aunque el frío por el día y por haberme metido en agua helada me hicieron llevar una sudadera negra también. Y luego tenía que arreglarme, si salía con la cara así parecería zombie todo el día.

No tenía mucho tiempo así que me coloque protector solar (aunque no había sol) solo por el color que este tenía, luego corrector de ojeras, un poco de blush y ya.

- Tienes que comer antes de irte - dijo mi madre terminando de colocar un plato en la mesa - así que siéntate.

- Si mamá - dije sentándome, no pude evitar sonreír con verla, aún cuando su aspecto era decaído ella parecía feliz

- Anoche llegaste tarde - dijo sentándose frente a mi

- Si, es que hubieron muchos clientes - dije sin ahondar mucho - en el restaurante también me dieron muchas propinas, te prometo que hoy te traeré más medicina

Ella me miró con lástima, y odiaba eso, así que le dedique una sonrisa, no podía expresar el hecho de que no quería que ella sintiera pena por mi.

- Siento mucho que desde tan joven tengas que desperdiciar tu vida así - me miró con tristeza.

- Lo hago con alegría, todo el esfuerzo vale la pena cuando te veo así por las mañanas, y puedo abrazarte - extendí mi mano y acaricie la suya que descansaba en la mesa - además no es solo por tí - aseguré - me gusta ganar mi propio dinero.

Ella sonrió para nada convencida pero no dijo nada más al respecto , en cambio empezó a apresurarme, y lo hice, pasamos el resto del desayuno hablando de lo maravillosas que eran sus plantas, y de las nuevas que tenía.

Tras enfermar era lo único que la mantenía ocupada, así que me gustaba prestar atención a ello, sus plantas no dejaban que decayera

- Gracias mami - dije levantando mi plato para llevarla al fregadero

- Deja ahí - ordenó - sabes que de eso me encargo yo - quise protestar, pero era en vano así que accedí.

Eso también le ayudaba a no sentirse inútil

- Iré a terminar de arreglarme dije

- Ve, ve, y péinate, tienes el cabello hecho un nido - me reí mientras pasaba mi mano por mi cabello y corrí al tocador de mi habitación.

Luego de lavarme los dientes y cepillar mi cabello y atarlo en una cola de caballo, me puse tinta en los labios, un poco de perfume y tomé mi mochila lista para salir corriendo al trabajo.

Me gustaría poder decir que llevaba cartera, pero por todo lo que tenía que hacer una mochila resultaba más práctica, luego vi la hora en mi celular, aún me daba tiempo de ir caminando hasta mi primer empleo.

Una floristería

- Buenos días - saludé como de costumbre a Glenda, la dueña del negocio - que gusto verla un dia más.

- Halley - dijo con entusiasmo - si no te conociera podría decir que esperabas que ya no despertara hoy - sonreí nerviosa ante tal comentario y negué rápidamente.

Luego pasé hasta el perchero del fondo y después de quitarme la sudadera debido a que la caminata me habia hecho entrar en calor, me puse el mandil para trabajar

- Hoy ya tenemos algunos pedidos, ya sabes arreglos florales, y unos cuantos detalles más - asentí aún colocándome guantes

- Si, ahora empiezo.

Y comencé a leer la lista de pedidos
- Tulipanes blancos con rosas rojas
- 20 Girasoles en forma de corazón
- Rosas blancas con chocolates
Y muchísimos más

Las personas de este lugar son muy románticas.

- Ay Halley - dijo de pronto Glenda en medio de un suspiro, regrese a verla - eres muy jovencita, creo que no deberías estar haciendo tantas cosas.

¿Todos se habían despertado hoy teniéndome pena o qué?

- Me gusta este empleo - no mentí y seguí concentrada en la lista

- Eres una muchacha muy noble, y muy bonita, ya verás que vas a tener una vida genial - sonreí al escuchar eso.

Ella estaba manifestando por mi y lo agradezco.

- Empezaré por el arreglo de girasoles - dije sin prestar atención en lo que ella había estado diciendo. No me gusta pensar demás en mi

Ella no dijo nada más y fue a atender a unos jóvenes que acababan de llegar.

Ella se encargaba sobre todo de recibir pedidos, atender clientes y entregar pedidos mientras yo era la que armaba los arreglos.

La mañana se fue rápido, por suerte yo había estado trabajando aquí el tiempo suficiente como para haber hecho ya cinco arreglos. Cuando recién llegué me envolvía a mi misma en las cintas, pero ahora ya lo tenía todo calculado.

- Gracias Halley - dijo Glenda - toma esto - extendió su mano y yo por inercia hice lo mismo, ella dejó caer en mi mano unos billetes - no es mucho, pero debo admitir que el éxito de este negocio es también gracias a ti, te lo mereces.

Mi vista se quedó prendida en los 40 dólares que yacían ahora en mi mano - Sabe que yo trabajo aquí para ganarme el dinero, no quiero que usted pierda - dije apenada sin dejar de tener mi brazo extendido, pero ella se apresuró a recoger su brazo y negar.

- Es solo un bono adicional - me guiñó un ojo

- Gracias - dije sonriendo con vergüenza.

Y luego me despedí, tenía que ir a almorzar algo por ahí y correr a mi segundo empleo.