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Ambos chicos se marcharon mientras yo me quedé de pie ahí.

Volví a sentarme a la acera ¿Esto fue real?, tenía que asimilarlo.

Yo acepté ser la novia falsa de un desconocido, pero eso no era lo más extraño, sino que me iba a pagar una cantidad exorbitante de dinero, no podía quejarme.

Me puse de pie y entré al bar.

- Yo... - dije mordiendo mi mejilla por dentro.

- Tu estás despedida - dijo sin expresión Clarisse, masticando vulgarmente un chicle

Era algo que iba a pasar, así que no dije nada, solo empecé a sacarme el delantal qué traía.

- Lo siento Clarisse - dije dejando el delantal en la barra.

- Yo siento más que no hayas podido hacer bien tu trabajo - dijo ella

- ¿Cuándo vengo por mi liquidación? - pregunté.

Estuve a punto de reír, era un nuevo récord el hecho de haber perdido dos de mis empleos en un día

- Tómalo de una vez, - dijo sacando un sobre amarillo del cajón que estaba aquí mismo - estoy segura de que a Gillian no le va a gustar verte, has tenido demasiados errores.

Tomé el sobre de su mano y lo abrí con cautela, eran varios billetes.

- Gracias por todo - dije - solo iré a cambiarme y me iré

Ella asintió sin más y yo fui a cambiarme.

El baño era estrecho, así que fue incómodo. El quitarme el uniforme me suponía algo de tranquilidad, el hecho de trabajar aquí siempre me había desagradado.

Terminé por ponerme la sudadera, y guardé el sobre con el dinerito en mi mochila, y luego salí.

- Puedes dejar tu uniforme allí - dijo señalando una gabeta.

Lo hice, y después de despedirme de ella y otras personas salí.

Pasaba la media noche, el viento corría con fuerza, y el lugar era sombrío, no iba a gastar dinero en un taxi así que tenía que caminar hasta la estación.

Metí mis manos dentro de el unibolsillo de mi sudadera y empecé a caminar.

Las nubes cubrían la mayor parte del cielo, no se veían estrellas pero si la luna, cada paso que daba se escuchaba estruendoso en medio del vacío. Odiaba está sensación, incluso podía sentir pasos detrás de mi, aunque no había nada.

El sueño que me invadía era bastante fuerte, así que saque las manos de mi bolsillo para que el frío no me dejase adormilar, y funcionó.

Recobré un poco el sentido cuando las luces de la estación me encandilaron, aceleré el pasó y después de llegar ya podía esperar el tren desde un lugar menos tétrico.

Tardo unos cuantos minutos, y luego lo abordé, había muy pocos pasajeros, todos con ojeras gigantes y nulos de energía, algunos incluso borrachos, me senté junto a una ventana entreabierta y me pude mantener despierta, aún cuando sonaba una balada.

∆∆∆∆

- Buenas noches mami - dije llegando hasta la cama de mi madre.

- Halley, cariño - dijo adormilada - hoy llegaste antes.

Se incorporó aún dentro de su cama y me besó en la frente.

Sus manos cálidas me recordaron el por qué hacía todo lo que hacía.

- Descansa mamá - dije acomodando sus almohadas - iré a dormir yo también.

Ella asintió y salí de su habitación.

Fui hasta el baño, me desmaquille me lave la cara y los dientes.

Había sido un día difícil y confuso, así que tenía que descansar. Me fui hasta la cama y tomé mi celular por última vez.

Mañana era sábado, por lo que no tenía que ir a la floristería, se supone que me llamaría el chico del bar, aunque a estás alturas eso parecía ser mentira.

Dejé el celular de lado y en nada de tiempo me quedé dormida.

......

Me desperté sobresaltada por el sonido del celular, era una llamada de un número extraño, y en ese momento los recuerdos de ayer llegaron, y me obligaron a contestar.

- ¿Buenos días? - dije con duda tratando de que mi voz no sonase como la de alguien que se despertó hace nada.

- Raven - el hecho de que me llamaste así era la prueba de que era el chico de ayer.

- Ah, si dime - dije pasando mi mano por mis ojos, que aún no se habían abierto completamente.

- Necesito que nos veamos en una hora en algún sitio - dijo con prisa.

Miré mi reloj «7:00»
Supongo que el muchacho debe estar muy desesperado.

- ¿En una hora? - dije dudosa

- Si, ¿Hay algún problemas?

- No, no - dije

- Entonces te esperaré en la Avenida de la libertad, en el parque, luego iremos a cualquier otro sitio.

Acepté y colgué la llamada, y solo después de darme el tiempo de hacer mis estiramientos matutinos caí en cuenta de que ese lugar estaba a por lo menos 20 minutos de aquí, así que salté de mi cama, y fui directo a la regadera.

Me di una ducha rápida, y luego fui hasta mi habitación para cambiarme. Pude escuchar que mi madre ya estaba despierta.

Me coloqué un wide leg negro y una blusa manga corta amarilla. No sé si la combinación era buena pero no tenía tiempo, me lavé los dientes y luego me puse algo de maquillaje y después de tomar un bolso pequeño estuve dispuesta a salir.

- Halley - dijo mi madre con una fuente de tomate picado en la mano - siéntate a desayunar.

- Tengo que hacer algo ahora - dije tratando de disimular la prisa.

- ¿Te irás sin desayunar? - preguntó con preocupación

- En el trabajo que conseguí para hoy me darán el desayuno - mentí

Ella me miró con duda y yo le sonreí.

- Si tú lo dices - dijo volteándose - espero que más tarde me platiques que es lo que vas a hacer.

- Claro mamá- dije acercándome a ella - y llevaré una manzana para el camino - dije tomando una que había en la encimera.

La besé en la mejilla y ella me dio un abrazo, y luego salí rápido.

Llegué a la estación y está vez el tren no tardo en llegar, seguramente porque la línea que tomé era hacia un lugar céntrico.

El tráfico era agobiante.

«7:40»

Aún faltaba tiempo, pero no podia evitar desesperarme, incluso el pensamiento estúpido de que podía llegar más pronto si iba corriendo cruzó por mi cabeza. Pero luego el tren daba marcha y caía en cuenta de lo absurda que era mi idea.