Su estrella

Su familia

Zack terminó la llamada y volvió hasta mi.

- Podemos esperarlo allá - dijo señalando una mesa

- Vale - dije

Fuimos hasta allí, mis nervios estaban disparados, me empezaba a sentir insegura de lo que había empezado.

- No se preocupen señorita - dijo Zack con tranquilidad - estoy seguro de que el joven Mikhail va a estar contento.

Sonreí sin tranquilizarme

Y ahí permanecimos un poco de tiempo, era sábado así que había mucha gente pasando, algunos no disimulaban las miradas, y eso me hacía sentir aún más incómoda.

Eso hasta que ví entrar a Mikhail a lo lejos, Zack se puso de pie y por instinto lo imité, después de todo era mi jefe, o algo así.

Su traje negro en perfecto estado me hizo tambalear, aunque pude disimularlo.

- Te ves bien - dijo sin saludar, y no pude responder - podemos irnos.

Extendió su brazo para que lo tomase, ese gesto fue inusual, miré de regreso a Zack, que aún permanecía de pie, y el asintió levemente para darme valor.

- Gracias Zack - dijo Mikhail - te he transferido un buen pago

- Ha sido un placer - dijo con educación - la señorita Halley es una dama encantadora.

Sonreí por el cumplido y Mikhail comenzó a caminar.

Iba pegada a el así que lo seguí, ignore las miradas curiosas de nuestro alrededor, y empecé a caminar firme, hasta que salimos del centro comercial.

- Te he cancelado ya lo que corresponde a este mes, lo he depositado a la cuenta que me has dado, así que espero que te esfuerces - dijo asegurando más mi agarre a su brazo.

- Haré lo que pueda - dije no tan segura

Se detuvo y me miró directamente a los ojos.

- No Halley, has que nos crean.

Fue una orden firme, y algo fría, tanto como sus ojos azules, que parecían un iceberg de hielo, no pude contestar nada a eso.

Su forma de hablar me parecía intimidante de verdad, era un sentimiento extraño que solo el me podía desatar.

Luego continuó caminando como si nada, era molesto que de repente fuera tan bipolar.

Llegamos hasta su auto, y lo abordamos.

Durante el camino permanecimos en silencio, yo entrelazando mis manos, mientras memorizaba y recordaba todo lo que habíamos hablado esta mañana, y por momentos escenarios desastrosos me espantaban.

Así que decidí no pensar más, puso mi codo en la ventana y arrimé mi cabeza allí, con cuidado de no arruinar mi maquillaje.

Eso hasta que llegamos.

Mikhail abrió mi puerta y luego pude ver la decoración, decir que era grande era poco, era extravagante, cuidadosamente diseñado todo. No pude evitar recorrer el lugar con la mirada, parecía un palacio, y solo en este momento fui consciente de por qué Mikhail me había ofrecido tanto dinero por esto. Por un instante sentí temor.

Me quedé pasmada ahí, hasta que Mikhail caminó hasta un poco más allá. Y lo seguí.

Una mujer elegante y bella estaba ahí, su cabello corto le daba elegancia y su forma de vestir demostraba su riqueza. Sonreía con gracia y saludaba a las personas que se le acercaban.

Mikhail también la miraba con atención, y tras unos pocos segundos enroscó mi brazo al suyo, tragué saliva y me preparé para lo que iba a iniciar.

Ambos caminamos juntos.

- ¿Esto es necesario? - pregunté entre una sonrisa, su tacto era demasiado incómodo para mí, sumado al hecho de que el caminaba más rápido de lo que me resultaba incómodo dado a los zapatos que traía.

- ¿Crees que lo haría si no lo fuera? - respondió con arrogancia.

No pregunté más, el definitivamente es bipolar, y muy grosero.

- Buenas tardes- dijo con una sonrisa la mujer a la que antes había estado observando, sentí algo de tensión pero se borró en cuanto la mujer se acercó a saludarme formalmente con un beso en la mejilla.

Ella debía ser parte de la familia de Mikhail, eso era claro, supongo que la esposa de su padre.

- Buenas tardes, usted debe ser Febe,- dije con seguridad fingida, ya que había la posibilidad de que no fuera ella - mucho gusto señora

- Soy yo - respondió de forma extraña - puedes llamarme Febe, soy muy joven todavía. - eso fue una aclaración bastante incómoda.

Ok, seguro se molestó por lo de señora, había sido imprudente

Empecé mal con ella, no supe cómo disculparme, estaba realmente apenada así que asentí sin saber dónde enterrar la cabeza, y en busca de una disculpa mire también a Mikhail, a quien parecía no importarle.

- Vamos con Yakov, - le dijo a Mikhail enseguida - el estaba ansioso por conocer a tu - me miró con duda - novia.- completó.

- Vamos - acepto Mikhail, llevándome hasta dentro.

Dentro de la casa era todo aún más lujoso, cada acabado y detalle era único, las personas que estaban aquí eran elegantes, supongo que ninguno aquí tuvo que entregar carpetas para encontrar trabajo nunca.

- Mikhail, ya estás aquí - dijo un hombre, con la voz igual o más fría que la de Mikhail, además de los mismos ojos que él tenía - creí que te fugarías - añadió el hombre.

Junto a el había una mujer, he de suponer que tenía 50 años, y una joven, quizá un par de años mayor que yo que rieron al escuchar aquello.

No fue algo gracioso

Ambas eran imponentes, y con belleza indiscutible, sus trajes y forma de estar de pie derrochaba fineza.

La muchacha joven era especialmente bella, su cabello rubio contrastaba por completar con el rojizo de mi cabello teñido, además de que era completamente lacia mientras yo tenía un ondulado que no permitía saber si finalmente mi cabello era lacio o rizado.

- Ella es Halley - habló Mikhail, me soltó de su brazo para tomar mi mano, y supe que era momento de presentarme.

- Buenas tardes, un placer conocerlos - dije sinceramente, mirando a todos un par de segundos, estaba muy nerviosa aquí, pero además de no demostrarlo, quería ser amable en serio.

- Mucho gusto jovencita, - contestó únicamente el hombre - así que tú eres la novia de Mikhail .



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En el texto hay: romance, drama, enemiestolovers

Editado: 08.01.2025

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