Su estrella

Nuevo día

Desperté aún con cansancio.

Pese a que ayer no había regresado demasiado tarde había sido agotador. Tenía la idea errónea de que Mikhail era diferente, me había pintado algo diferente sobre el.

Me dió coraje el recordar lo que había pasado ayer, así que menee mi cabeza para esfumar esos recuerdos, y enseguida me puse de pie.

Había olvidado entregarle las pastillas a mi madre, así que supongo que hoy era el día.

Fui hasta la cocina con la certeza de que mi madre estaría allí. Y fue así.

Decidí dejar el frasco de pastillas en la alacena, con el resto de medicamento, fue mejor para mí que ella no se dio cuenta.

- Buenos días mami - dije con somnolencia.

- Halley - saludo con sorpresa - pensé que aprovecharías para dormir un poco más.

Negué con una sonrisa.

- Este día voy a estar contigo - dije envolviendo mis brazos en ella - te quiero mucho

- También te quiero, te amo y te adoro Halley - dijo entre mis brazos - pero me niego a pasar el día contigo.

La solté enseguida por su dicho y en cuanto la ví ella se encontraba mirando hacia abajo con una sonrisa, me alivió que probablemente estaba bromeando.

- ¿De qué hablas? - pregunté para nada sería

- Halley - me dijo para que pusiera toda mi atención en ella - toda la semana has trabajado muy duro, y hace poco me llamó Demi

¿Demi?
Mi confusión era evidente

- Me ha dicho que te diga que ella y otro de tus amigos, vendrán a verte, después del almuerzo - el corazón se me paralizó.

Recién recordé la llamada de ayer, hoy saldría con Demi y Theo, es decir con ¡Theo!

- ¿Y por qué no me ha dicho a mi? - pregunté más para mí misma que para ella.

- Dijo que te estaba llamando toda la mañana y no has cogido el celular

Se me ha apagado, Dios mío, está apagado.

Corrí a mi habitación y comprobé que mi celular se había apagado. Lo conecté y en cuanto se encendió había una pila de llamadas perdidas, como 30.

- ¡Halley! - llamo mi madre desde la cocina - no olvides desayunar.

- Voy - dije con ardor en la cara al descubrirme lo evidente que podía llegar a ser.

Y es que era demasiado evidente que la idea de salir con Theo hoy me emocionaba, era evidente incluso para un ciego, y me causó pena de mi misma cuándo me atrapé en ello.

Salí de mi habitación fingiendo tranquilidad, aún con mi pijama.

- Aquí está cariño - dijo colocando mi plato en la mesa

- Gracias mami - me senté con vergüenza.

Luego ella colocó su plato de dieta especial frente a mi, y sin disimuló me miró fijamente.

- ¿Te gusta mucho verdad? - preguntó por fin.

El tenedor con el plátano frito en mi boca casi se cae, por el impacto.

- ¿Eh? - pregunté con una tos Intermedia.

Ella se rió por mi reacción.

- Tienes que saber es completamente normal - empezó a decir, y supe que mi rostro terminaría tomate con esta charla - además está bien a tu edad, tienes todo el derecho del mundo a sentir, así que deja de ser tan reservada.

Alcé mi mirada hacia ella, con timidez

- Mi pequeñita se ha enamorado - afirmó con un suspiro.

- No sé exactamente lo que siento - hablé jugando con la comida y el tenedor.

- ¿Que sensaciones tienes? - cuestionó

- Bueno...- pensé en como podía expresarlo, respiré hondo, después de todo necesitaba hablarlo con alguien, y no había nadie mejor que mamá - cuando estoy con el todo parece perfecto, el es muy lindo, siempre tiene todo bajo control, me hace sentir feliz, como si todo estuviera bien, me distraigo de todo y la paso bien.

- Vaya... Así que te gusta mucho

- Si... sí - afirmé y metí comida en mi boca.

- Entonces hoy tienes que arreglarte bien, dedicar este día solo para ti

Me motivó metiendo comida en su boca también, me causaba remordimiento dejarla sola aquí hoy

- No te preocupes por mi - se me adelantó - he quedado con Glenda para tomar café está tarde.

Y seguramente hablar de lo lindas que son las plantas.

- Bien - sonreí con más alivio.

No pude evitar terminar mi desayuno más rápido. Y después de ayudarle en algunas cosas corrí a mi habitación en busca de la ropa ideal.

No puedo decir que tenía mucho para elegir, incluso me resultaba cómico que ayer tuviese tantos modelos a mi disposición y hoy volvía a lo mismo de siempre.

El clima era de un domingo perfecto, no hacía calor y tampoco frío, el sol se veía y el cielo estaba despejado.
Perfecto.

«Lo siento mi celular se ha apagado, ¿A qué hora nos vemos?» escribí con apuro

«Arreglate y nos vemos a las dos, dónde siempre»
Contestó
Y obviamente se refería a la avenida que estaba a sólo algunas cuadras de mi casa

Escogí mi pantalón de mezclilla con acabado acampanado, una blusa negra manga corta pegada al cuerpo y una chamarra negra con capucha.

Luego me lavé la cara y me coloqué una mascarilla facial

Me recosté con la tela mojada de la mascarilla que prometía limpiar la piel y me quedé estática imaginando miles de escenarios preciosos.

Me atrapaba a mi misma sonriendo bobamente.
Creo que permaneci así por 20 minutos, y luego me metí a la ducha.

Fue el baño más largo que me di, cuidando cada detalle sobre mi piel, podría decir que estuve en el baño por una hora, a pesar de que el agua era muy fría.

No exagero cuando digo que la mañana se me pasó volando, entre tratamientos para el cabello, y mi maquillaje delicado y lindo.
Todo tenía que ser perfecto, también en aplicar las cremas que tenía en mi piel.

Eso hasta que me cambié de ropa. Me encantaba el resultado de toda una mañana de arreglarme, más o menos 3 horas y media.

- Cuando quieras cariño, el almuerzo está listo - me avisó mi madre desde la entrada de mi habitación.

Yo la miré de reojo mientras el cepillo de mi rimel terminaba de recorrer mi pestaña.

- De acuerdo - dije cuando acabé.



#150 en Joven Adulto
#3284 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, enemiestolovers

Editado: 08.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.