Su estrella

Conversación

- ¿Cómo te ha ido cariño? - el ánimo de mi madre por un momento me contagio, y sonreí por inercia

- Bien - respondí lo mejor que pude dejando mi bolso en el mueble más cercano junto a mis llaves.

- ¿Comiste algo? - preguntó poniéndose de pie para avanzar hasta la cocina

- Si, he comido ma, no te preocupes - un helado, pero, contaba ¿O no?

- Bueno, igual tengo algo para ti - dijo sin hacerme caso - unas galletitas recién horneadas, y un poco de leche y canela, como te gusta

No podía negarme a ello, así que no dije más y me senté - como has pasado hoy mismo- pregunté

- Bien, ya sabes que cuando estoy con Glenda es pura diversión - lo contó con una risilla que me contagió - es muy ocurrida

- Me imagino - dije levantando el vaso de leche en mi boca

- Hemos platicado de todo hoy - continuó - y algo que me ha hecho muy feliz es que - clavo su mirada en mi - coincidimos en que tengo a la mejor hija del mundo.

Aquello fue un abrazo al corazón, esto era lo que me daba vida.

- Es que te amo demasiado - dije.

- Y yo a ti mi amor - me dijo - quiero que estés siempre segura de que estoy muy orgullosa de ti - esto era una de esas frases que te agradaban tanto que llegaban a doler por la profundidad que tenían, como un cuchillo dulce en el corazón, pero cuchillo al fin - tu padre estaría igual o mas orgulloso de ti, de eso estoy segura.

Suspiró

Yo amaba que mi madre me hable de mi padre, pero cuando lo hacía sus ojos se llenaban de lágrimas, seguramente de nostalgia, y por ello casi nunca le preguntaba ni se lo pedía.

- Él te amó desde el primer segundo en que supo que existirías - sus ojos miraban hacia arriba - decía que serías el centro de su universo, y que verían las estrellas juntos cada noche que fuera posible - sonreí al escuchar eso - supongo que en otro universo eso sucedió

Y con ello abandonó la historia, con ese brillo en sus ojos que más allá de tristeza y nostalgia reflejaba amor, el más puro y único amor.

- ¿Quieres una galleta? - cambié el rumbo de la conversación por completo mientras extendía la bandeja y ella carcajeó con gracia tomando una.

- ¿Pasaste buen tiempo con tu chico ideal? - preguntó

Y por un momento me quedé estática

- S sí - dije no tan segura, todo había estado bien hoy hasta que Mikhail apareció, hubiésemos podido avanzar más pero no hubo chance.

- No me suena a seguridad - inquirió

Suspiré por lo bajo - bueno es que el es muy lindo conmigo, y me hace sentir bien, pero siento que aún me ve solo como a una amiga - le dije sin poder disimular el daño que me hacía eso - parece no captar por completo mis señales y que aunque a veces se de cuenta aún hay una barrera entre ambos - continué.

- Bueno hija, tienes que darle tiempo - dijo

¿Tiempo?

- Algunos chicos no captan las indirectas y eso es natural, muchas veces son evidentes solo para nosotras, y hay otras ocasiones en las que las captan, pero no están seguros, entonces tienen miedo de meter la pata o arruinar las cosas - se escuchaba lógico. - pero si se gustan de verdad, los dos, las cosas se van a dar de forma natural, como un cuento de hadas.

Sonreí al imaginar el escenario, Theo era el chico ideal para mí, y no podía decir que era un crush casual con el, sino más bien algo que ya llevaba durante años, desde la primera vez que lo vi, y a veces hacer el conteo del tiempo, que ya llegaba a un lustro, me hacía sentir boba.

- Gracias mamá - dije más animada

- Ahora ve a lavarte la cara y los dientes y ve a descansar, hoy fue un día genial

- Sí - dije enérgica y obediente

Y luego de hacer lo que mi madre me había dicho me recosté en mi cama, y tengo que admitir que cuando venían a mi cabeza mis momentos de cercanía a Theo me hacía gusanito con mi edredón

- Vengo a darte tu besito de las buenas noches - dijo mamá encontrándome en ese escenario.

Un leve rubor me cubrió pero ¿Qué más da? Era mi madre, no habían secretos, me senté sobre mi cama y ella me besó

- Que sueñes con...

Una llamada interrumpió nuestra rutina

«Mikhail»

Me puse un poco tensa al ver el nombre en la pantalla pero tenía que contestar y se iba a ver muy extraño si salía de la habitación para ello, o mucho peor, si le pedía a mamá salir, entre nosotras no acostumbrábamos hacer eso

- Halley - escuché su voz y disimulé la incomodidad

- Hola Mikhail - saludé como si el no hubiese sido el culpable de que mi tarde no fuera perfecta

- Eh - tartamudeó un poco - Iré a verte mañana a casa, mi padre quiere verte.

¿Estaba hablando en serio? Creo que esto siempre podía ir peor, mi madre me hacía señales curiosas acerca de lo que Mikhail decía, ella quería saber quién era.

- ¿Mañana? - dije sonriendo más para mí madre que para Mikhail, a quien quería gritarle ahora mismo que no me apetecía verlo

- ¿Estás bien? - preguntó

Y honestamente su pregunta me desencajo un poco ¿Se estaba burlando de mi?

- Te digo que mañana iré a recogerte a casa en la mañana, y luego ya veremos. - me repitió con más detalle

- Está bien - me resigné - te enviaré ahora mismo la ubicación, hasta mañana

Había Sido una de las llamadas más raras de mi vida. Y muy incómoda también

- ¿Es él? - preguntó con emoción mí madre.

Y otra vez no supe decir que no, aunque tampoco dije si, solo sonreí.

Ella me besó otra vez y salió de mi habitación dando aplausos silenciosos, dejándome "con mis pensamientos de enamorada".

Ahora mi madre creía que era Mikhail de quien yo estaba enamorada, y eso se debía a que yo no supe dejárselo claro ya que Theo nunca había venido a casa, y realmente no lo había mencionado como tal.

Me quite las preocupaciones de encima, total, no podía eso causar problemas.

***

Los ruidos de mamá en la cocina me hicieron saber que ya pasaban las 6 de la mañana




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