Su estrella

Salida y una historia falsa

Entramos juntos , se nos daba bien el hecho de fingir, hasta yo me lo creía por momentos.

La mesa estaba puesta, solo fue cuestión de tomar nuestros puestos, obviamente después de saludar a todos.

Esperaba ver a Febe y al padre de Mikhail, Yakov, pero también estaba Alana y su madre, lo cual me hizo intuir que se estaban alojando aquí

- ¿Entonces están desde muy temprano juntos? - cuestionó Febe, dirigiéndose a mí.

Por alguna razón ella me causaba el tener que estar alerta, algo no iba bien con ella.

- Si, Mikhail insistió en ir a verme, no podía negarme - afirmé.

No había sido una total mentira, pero la tos de Mikhail llamó la atención, pareció atascarse con un bocado de su desayuno. Y honestamente tuve que ser muy fuerte para no echarme a reír por su expresión.

- Alana quiere conocer un poco más la ciudad, - continuó Jade la conversación, disimulando lo anterior - así que agradecería mucho que ustedes le muestren un poco.

La idea no me agradó, pero no dije nada.

- Eso es un hecho - confirmó Yakov sin preguntar - Mikhail lo hará con mucho gusto

No pude evitar pensar en que, en el caso de Mikhail tuviese una novia real, tendría que pasar por muchas cosas como esta, lo cual sería terrible.

De por sí la novia de Mikhail tendría que soportarlo a él que ya es demasiado

- Siempre fuiste así de lindo - dijo Alana acercándose a Mikhail hasta rozar su mano con la suya- eres genial.

El gesto me pareció desagradable, además de que Alana no me simpatizaba para nada.

Mikhail picó mi costilla en una señal, era mi momento de actuar.

- Iremos contigo está tarde - dije interrumpiendo después de carraspear- Mikhail y yo- lo dejé bastante claro.

Alana me miró con desdén y se alejó de Mikhail.
Esto había sido vergonzoso, y lo fue más cuando me percaté de que las miradas de Yakov, Febe y Jade estaban sobre mí.

No quería quedar como una loca y menos por culpa de Mikhail

- ¿Tienen algo planeado? - preguntó Yakov tratando de ignorar lo anterior, aunque la incomodidad en su rostro era evidente y me hizo compartir el sentimiento.

- Si - afirmó Mikhail.

El no me había dicho nada de eso, pero supongo que tenía que acostumbrarme a seguir sus instrucciones sin preguntar.

- Entonces será mejor que nos demos prisa, muero por salir - Alana habló.

Su voz era irritante, tengo que aceptar que lo mío con ella se había convertido en algo personal, en un inicio no tuve la intención de enfrentarme realmente con ella, pero de verdad era irritante.

En cuanto acabamos de desayunar salimos los tres tras las miradas expectantes de los demás.

Mikhail iba a conducir y me señaló que fuera su copiloto, así que lo hice.

No fuimos demasiado lejos, Alana miraba su celular durante el trayecto y Mikhail y yo no éramos capaces de armar una conversación fluida.

Hasta que llegamos, era un parque normal, grande, pero nada extraordinario, uno de esos que son frecuentados los domingos por familias

- Me encanta este lugar - Alana se emocionó - no había visto un sitio con este tipo de decoración.- era un parque común, su reacción era un intento desesperado por llamar la atención

- Creo que te gusta exagerar - dije sin pensar, y si, me arrepentí en el mismo instante.

- ¿Qué dijiste? - Alana me miró furica.

- Nada - dije sin esforzarme por hacer que me crea

- Mike - dijo dándome la espalda de forma grosera - mejor vamos a por...algo dulce, sabes que me encanta - lo tomó por el brazo también.

- Mikhail, - interrumpí poniéndome a un lado de Mikhail - mejor vamos a ver a los cisnes, además en este momento no me apetece algo dulce

Le llevé la contraria a Alana.

- No, claro que no - se quejó Alana - yo soy la invitada - aclaró con superioridad - ¿Verdad Mike?- su voz, su voz era irritante de verdad. Trataba de escucharse tierna, ¡Odiosa!

- ¿Puedes empezar a comportarte? - la enfrenté - empieza por quitarle las manos de encima, ¡es mi novio! - ella estaba más que pegada a Mikhail, así que la alejé, aunque no lo logré por completo. Y agarré el brazo de Mikhail yo también

Mikhail se mantenía como si nada ¿Si fuese real también sería así? Yo ya lo hubiera dejado.

- Mikhail dile algo - se quejó

- Halley tiene razón - habló por fin - ella es mi novia, tú eres la invitada y debes acogerte a lo que nosotros te propongamos, de lo contrario puedes volver a casa, porque Halley y yo la podemos pasar genial sin ti.

Mintió

Pero la reacción de Alana lo valía, sonreí por lo bajo y ella se quedó en silencio.

Mikhail aferró mi agarre en si mismo, lo cual me desconcertó por un momento.

- Mikhail - dije - me gustaría algo de beber - el me miró confundido. Lo entendía pero tenía que aprovechar la oportunidad para tener una recompensa.

- Podemos mostrarle a Alana los cisnes que hay allá, y podemos comprar algo - propuse con una sonrisa - Alana no se va a negar ¿Verdad?

- No me queda de otra - contestó sin ganas

- Ahí puedes subir a un bote pequeño y ver a los cisnes del lago desde más cerca, te va a gustar.- le aseguré

No dejamos que se negara así que fuimos hasta allá y ella lo hizo.

Así que Mikhail y yo nos quedamos solos, solté el agarre que tenía sobre él y ambos nos colocamos en una banca que había aquí.

- Me apetece un helado - dije saliendo del papel.

- Cómpratelo - me ignoró

- Miki por favor - imité el acento y tono de Alana.

El se rio y me miró con extrañeza. Y en sí fue extraño que pareciera divertirse.

- No me llames así - dijo después, aún con un rastro de su sonrisa - y no voy a comprar un helado para ti.

- Me lo debes - reclamé, había sido una labor dura tener que hacer todo lo que hice.
El me miró está vez a los ojos, no dijo nada por un momento, sentí que sus ojos azules podían entrar a mis pensamientos y leerlos - me tienes aquí, soportando a una insoportable - terminé de decir.




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