Su estrella

¿Enamorada?

Mikhail acarició mi cabello, me sentí avergonzada por siempre terminar llorando en sus brazos, pero había sido un día difícil.

Además no tenía muy claro lo que había acabado de pasar

- Lo siento Halley - se disculpó - no quise que te sientas mal.

Traté de sonreír de nuevo, pero era complicado, simplemente no podía.

- Está bien, no tienes la culpa de esto - admití

- Podemos...podemos solo pasar aquí un poco de tiempo - sugirió. Solo asentí, la brisa era fresca aquí, podía estar mejor.

Ambos nos quedamos aquí. Me senté en una roca grande que había aquí y el se puso frente a mí.
Habíamos acabado de besarnos. No podía mirarlo, me sentía extraña con eso. Me había gustado mucho el hecho de que hubiera sucedido...pero, al mismo tiempo había algo que no me permitía solo disfrutarlo.

- No quería que esto pasara así, - interrumpió mis pensamientos confusos - ni siquiera sé que decir ahora mismo.

El se veía tan distinto a lo habitual, como si de nuevo pudiese ver al Mikhail real, al Mikhail que me...gustaba.

- No esperaba esto, pensé que esto no iba a suceder nunca en realidad, es demasiado extraño - se lo dije mientras aún lo estaba procesando

Porque claramente si me hubieran dicho que me estaría besando con el Mikhail que tanto fastidio me causaba me hubiera resultado imposible de creer.

- Lo sé - aceptó - no sé cómo terminamos así, pero quiero saber qué piensas de esto, cómo te sientes con esto.

Yo también quería saber bien cómo me sentía con esto

- No lo sé - respondí contrariada, demasiado abrumada con todo.

Lo pensé un poco más, y nos inundó el silencio

- Todo esto empezó por un trato, - nos recordé - ¿Sabes lo que significa?
El negó saber la respuesta

- Que ambos mentimos en todo esto, nada ha sido real - pensar en ello era agobiante.

Me hacía sentir estúpida. Había empezado a sentirme atraída por Mikhail a pesar de que había sido todo una farsa, parecía tan irreal.

Cuando dije eso Mikhail se alejo de mi y fue hasta su auto, yo era consciente de que no iba a irse sin más, así que solo lo seguí con la mirada.

Sacó algo del maletero y me quedé petrificada.

Era un ramo de flores enorme. Yo había trabajado en una floristería así que pude distinguir la variedad del ramo.

Tenía sobre todo los tulipanes que tanto me fascinaban, rosas, azucenas y otras flores más, todas habían sido arregladas con delicadeza.

También traía una pequeña canasta con chocolates de varios tipos, algunos que en mi vida había visto y en la misma canasta unos peluches pequeños, muy lindos.

- Para mi han habido momentos de realidad - me aseguró regresando frente a mí - preparé esto para ti. Quería que fuese especial

¿Preparó?

- ¿Lo preparaste? - la idea de el arreglando todo me hizo pensar en desde cuándo el había empezado a sentirse así, estaba realmente curiosa de saberlo.

- No sabes lo difícil que es esto para mí - sonrió, y pude entender lo difícil que podía ser - pero...
Se detuvo, no dijo nada más, extendió todo lo que traía hacia mí sin decir más.

Mikhail era de pocas palabras, me tenía bastante sorprendida, todo esto me resultaba bastante tierno, hasta el punto en el que sentí mi corazón oprimirse y sentir el impulso de abrazarlo.

- Mikhail - quise decirle lo mucho que me gustaba, quise decirle que yo también me sentía así, ahora era consciente de eso. Pero las palabras se quedaron en mi garganta y las dudas me jugaron mal - estoy muy confundida - fue lo que dije.

Estaba confundida en cuanto que decir, pero podía afirmar que sentía algo profundo por Mikhail.

- Halley, quiero saber si, piensas que absolutamente todo lo que hemos pasado ha sido parte del trato que tenemos

Habíamos pasado muchas cosas solos, sin estar bajo la observación de los demás. Habíamos pasado tiempo sin fingir, siendo nosotros mismos.

- No, no creo eso - aseguré - me desconcierta el hecho de que de algún modo me... me haces sentir algo distinto

- ¿Sentiste algo cuando te besé? - su pregunta fue directa, y me sentí expuesta.

Había sentido muchas cosas, cosas tan lindas. Ahora pensar en Theo me parecía ridículo, lo único que estaba en mi era Mikhail.

No pude expresárselo, sólo me quedé en silencio ahogando todo lo que quería decirle.

- Cuando estás conmigo haces que todo se sienta mejor Halley, - empezó a hablar, parecía que hoy el se había robado mis palabras - haces que cada cosa se sienta como algo especial. Me haces sentir que tengo la posibilidad de sentir, lo único en lo que he podido pensar últimamente es en ti.

Aquello fue como un abrigo en el corazón, sentí esa sensación en el estómago tan extraña, y ese descontrol en el pecho. Sus ojos fueron los que me atraparon, eran tan hermosos como profundos, al igual que siempre.

Lo abracé, quería que sintiese como había alborotado a mi corazón, quería decirle que me sentía igual. Pero no podía, la única forma de contestarle fue mediante un abrazo.

Para mi fortuna el me correspondió

- No me había sentido así nunca - empecé a hallar las palabras - ¿Por qué haces que todo en mi se desordene?

- Halley, - aún permanecimos unidos - no quiero desordenar todo en ti, quiero estar contigo para que esté todo bien, quiero hacerte sentir lo que tú me haces sentir, quiero estar para ti, cuidarte y recordarte lo especial que eres.

Era exactamente lo que me hacía sentir. Que estaba todo bien, y que iba a estar así siempre que estuviera el, conmigo.

No pude resistir más, mi corazón me exigía sus labios otra vez, así que lo besé.

Era tan perfecto todo esto que no quería dejar de hacerlo nunca, sus labios cálidos me contagiaron, y su sonrisa al separarnos fue de lo más lindo que había visto en mi vida.

Eso hasta que recordé cómo había empezado todo.

- ¿Y nuestro trato? - pregunté

- ¿Qué? - preguntó aún confundido




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