Su Hijo [serie Arévalo #1]

Capítulo 3

Clarissa me esperaba en la salita, se levantó de su asiento y me envolvió en sus cálidos brazos.

- Gracias hija mía por hacer feliz a Antonio - se apartó con los ojos llorosos.

- no llores Clarissa - me senté enfrente de ella.

- es dura esta prueba Greta, cada día para mi es una agonía el saber que Antonio pronto no estará con nosotros, sé que con lo del bebé es una manera que él tiene para que el golpe no sea tan duro pero es mi hijo.

Me quedé quieta sin saber que decir, Bruno entró a la salita y abrazo a su madre.

- Greta tiene que estar tranquila madre, no queremos que algo pasé en su embarazo.

Clarissa se apartó de Bruno y se limpió las lágrimas.

- lo siento hijo, tienes razón.

Sonreí sé que era difícil la situación que estaban viviendo.

- Greta, se que adoras tu independencia pero creemos que sería bueno te mudarás nuevamente a la casa, así Antonio podrá estar contigo en todo el embarazo.

Me quedé pensativa, no quería dejar mi casa pero tampoco podía negarle a Antonio estar cerca de su hijo así que con un suspiró contesté.

- está bien - murmuré

Clarissa se me acercó y tomó mi mano entre las suyas.

- siempre estaré agradecida contigo.

- no tienes nada que agradecerme Clarissa, cuando mis padres se fueron, tú no dudaste en hacerte cargo de mí y no era tu obligación.

- tu madre era mi mejor amiga y sé que ella hubiera hecho lo mismo por mi

- ¿Quieres que te acompañé a tu apartamento para traer tu ropa? -

Suspiré era obvio que no podía alargar la mudanza y por la condición de Antonio era más rápido que nunca.

- puedo ir en mi coche Bruno, regresó más noche - Bruno negó con la cabeza.

- no dejaré que andes sola por la noche, arriesgándote- abrí mi boca para argumentarle pero me interrumpió - vamos en mi coche.

Se levantó dando por terminada la conversación, me levanté ya que no tenía el deseo de pelear, simplemente porque cuando algo se le metía entre ceja y ceja a Bruno era difícil que dejará el asunto.

Deposité un beso en la frente de Clarissa y caminé detrás de Bruno, quien me esperaba sosteniendo la puerta para salir de su casa.

Todo el recorrido lo hicimos en silencio ya que no me había dado cuenta lo cansada que estaba así que dormite en todo el trayecto.

Desperté cuando escuché una maldición de la boca de Bruno, lo mire y su ceño estaba muy fruncido sin apartar la mirada de enfrente, me giré y me encontré con que Renato, mi ex novio y ahora amigo, estaba sentado en el porche de mi casa esperándome.

Bruno se bajó del coche, lo rodeó y cuando me ayudó a bajar, un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies ante su mirada fría casi como un témpano de hielo.

Me mordí el labio y comencé a caminar con un Bruno muy molesto a la par mía.

Antes de llegar al porche no evitó hacer la pregunta.

- ¿Quién es? - metió su mano en el bolsillo de su vaquero.

- somos amigos - me encogí de hombros.

-¿te acuestas con él? - me sorprendí por su pregunta - quiero saber, porque te recuerdo que llevas a mi sobrino en tu vientre - me retuvo por el brazo al percatarse que seguiría mi camino muy molesta.

- no tengo por qué darte explicaciones pero porque es la primera y la última vez que me lo preguntarás - enarcó una ceja pero tenía que enterarse que había límites entre nosotros - mi respuesta a tu pregunta es que ya no me acuesto con él.

- ¿ya no?- avanzó un paso hacia mi -¿Te acuestas con tus amigos?

- es mi ex novio

- dijiste que era tu amigo - su tono sonó a reproché.

- él y yo quedamos como amigos - me encogí de hombros

Bruno clavó sus ojos en Renato el cual desde que bajamos del coche se había puesto de pie y había adoptado una posición de macho, puse mis ojos en blanco al verlos a ambos medirse con la mirada, parecía un duelo, ambos ponían las peores caras de malos.

Seguí caminando hacia el porche y escuchaba los pasos de Bruno detrás de mí, subí los escalones y le sonreí a Renato.

- Hola

Renato me saludó con un movimiento de cabeza pero su mirada estaba en Bruno.

- Renato, él es Bruno, hijo de Clarissa - lo sujete de su brazo, señal de que se calmará.

- Bruno, él es Renato mi amigo.

- por poco tiempo querida, estoy convencido que si ambos no hemos encontrado a alguien más, es porque es nuestro destino estar juntos.

Apreté los labios al escuchar de nuevo la cantaleta de Renato, últimamente desde que le leyeron la mano y le dijeron que el amor de su vida era alguien del pasado y estaba cerca, él juraba que era yo.

Bruno dio un paso hacia nosotros y le soltó la sonrisa más cínica.

- creo que él destino se te adelantó - le hice muecas para que se callará pero estaba segura que se hacía el que no me veía, yo quería darle la noticia a Renato porque él no era un mal hombre.

- ¿Qué quieres decir? - dio un paso al frente, negué con la cabeza parecían dos cavernícolas a punto de chocar con el pecho y luego liarse a golpes.

- que no cuentes con que Greta es parte de tu destino por la simple y sencilla razón de que ella ya está embarazada y jamás tú serás el padrastro del bebé.

Renato abrió los ojos y me miraba entre dolido, molesto e incrédulo.

- ¿es verdad eso Greta, esperas un hijo de este señor?

 


 




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