—Sonríe- Antonio puso su brazo, lo mire a los ojos y entrelace mi brazo con el de él.
No podía correr, detrás de esa puerta estaba Bruno junto con Clarissa, el juez, Jacinto y un amigo de Antonio, estas personas últimas serían testigos
Antonio se detuvo y me escudriño con su mirada.
-Greta - sonreí automáticamente por dentro era un caos- yo he sido egoísta- me sonrió con tristeza- pero te doy mi palabra que todo lo que le he pedido a mi hermano ha sido pensando sólo en ti y Alejandra.
Parpadee para evitar que las lágrimas se escaparan de mis ojos, ser la esposa de Bruno era un sueño para mí, pero no podía ocultar la realidad, que hoy él me haría su esposa solo por obligación y amor a Antonio.
- no quiero irme dejándolas solas, sé que mi hermano las cuidará - apretó mis manos - todo en la vida tiene un propósito, un día lo entenderás.
Se inclinó y besó mi mejilla.
- todo principio es duro pero tú no dejaras que mi hermano se salga siempre con la suya, estoy seguro que eres la mujer perfecta para él, lástima que mi vida sea tan corta porque me hubiese encantado ver a mi hermano feliz - una solitaria lagrima se escapó de mi ojo, el con delicadeza la secó-conozco tu secreto- abrí mis ojos con sorpresa- desde que llegaste a la casa, me di cuenta que tus ojos se iluminaban cuando veías a Bruno, y eso a través de los años no cambió, te admiro porque aún amándolo no te negaste en llevar a mi hijo, Te amo mi bella Greta, eres la mejor amiga que jamás pensé tener.
Nos quedamos mudos, me sentía mas tranquila al saber que tenía con quien hablar de mis sentimientos pero también un poco preocupada de que así como Antonio notó mis sentimientos, podía ser que Bruno también lo hubiera notado.
Aunque Bruno no notaba mi existencia antes de que llevara en mi vientre a su sobrina, así que podía ser que mi secreto estuviera a salvo.
- ve y sé su esposa, enséñale a amarte y en mi siempre tendrás un cómplice, tu eres la indicada para mi hermano.
Solté una suave carcajada, era propio de Antonio animarnos cuando tendríamos que ser nosotros a él.
Tomó mi mano y con seguridad abrió la puerta.
Bruno dejó de hablar con el juez y se volteó, nos sonrió y extendió su mano, Antonio no dudo en apresurar el paso y llevarme hasta donde Bruno.
- Bruno, te confió a mis mas grandes tesoros, cuídalas.-Antonio levanto mi mano y la puso en la de su hermano.
Sentí una corriente recorrer mi cuerpo con su tacto.
El cerró su mano en la mía.
- tus tesoros hermano, hoy se convierten en los míos también- me sonrió y yo sentí que el aire se me escapaba, Bruno era tan varonil, y para mí era el hombre más bello que existía en el mundo.
- comencemos - anunció el juez.
Camine hacia su escritorio, me sentía dividida, Greta enamorada no dejaba de brincar de felicidad al saber que sería la esposa del amor de mi vida y la otra parte solo me recordaba que en esta historia la única que saldría lastimada era yo.
No escuche lo que dijo el juez, estaba sumida en mis pensamientos cuando sentí como Bruno apretaba mi mano para responder el" sí quiero".
- los declaro marido y mujer- hizo una pausa - puede besar a la novia
Mi corazón palpitaba de emoción, oficialmente ya era la esposa de Bruno.
Sus labios rozaron los míos, en un casto beso nada comparado al que nos dimos ayer.
- así que es verdad - me giré porque no conocía a la dueña de la voz.
Vi a la desconocida para mí, quien miraba a Bruno con el ceño fruncido.
El tenso la mandíbula y apretó las manos en un puño.
- ¿Qué haces aquí Carmen?- no pude evitar llevarme la mano al corazón, nunca esperé que la ex de mi esposo apareciera en nuestra boda.
Editado: 30.12.2021