Su Hijo [serie Arévalo #1]

Capítulo 19

Antonio se encogió de hombros y nos observó.

Pude notar que estaba pálido.

- eh es acerca de Julieta - esquivó su mirada.

Bruno y yo nos volvimos a ver, estábamos seguros que esa no era la verdad.

- está bien Antonio - susurré.

El asintió y se levantó.

- iré a descansar, mañana vendrá Julieta - sonreí porque me alegraba por él.

Cuando salió, me quede con la preocupación acerca de lo que en realidad le pasaba a Antonio, doble su lista y la guarde en mi bolsillo.

- creo que lo que Antonio oculta no tiene nada que ver con Julieta.

Bruno no dijo nada solo se puso de pie y se paró enfrente de la ventana.

- no insistas con lo de su secreto, hay cosas que es mejor dejarlas estar porque la culpa no te deja vivir en paz, ahora la curiosidad no ayudaría.

Fruncí el ceño y noté que mi esposo estaba tenso.

- hablas como si tu también guardarás un secreto.

- te aseguró que no te gustaría conocerlo.

- ¿es el mismo que él de Antonio?- Bruno se pasó la mano por su cabello y me miró con una mueca de dolor.

- no viviría en paz si Antonio, mi madre lo conocieran.

De reojo vi un movimiento en la puerta que había quedado entreabierta pude ver que era Antonio que ahora si se marchaba.

Me sorprendí porque él no era de los que escuchaban detrás de la puerta.

Bruno tenía la mirada perdida en el jardín, me pregunté qué secreto podía existir que atormentaba a mi esposo pero sabía que no me lo diría, ¿su secreto tendría que ver acaso con Carmen? Sacudí la cabeza esperaba que esa arpía no se cruzará más en mi camino.

Definitivamente esa mujer me alteraba sobre todo porque ella estaba segura que Bruno volvería a ella.

¿Y Antonio? Creo que el secreto era un gran peso en su corazón porque el necesitaba el perdón, ¿de quién? No lo sabíamos.

Pasamos la tarde mi esposo y yo leyendo acerca de bebés y acomodando las toneladas de ropita que Clarissa le había comprado a Alejandra.

Antonio nos dijo que se sentía cansado así que Bruno con mucho gusto me ayudó a arreglar el cuarto de Alejandra.

Bajé por un vaso de agua mientras mi querido esposo se daba una ducha.

Sonó el timbre y fui a abrir la puerta, ante mi estaba una muchacha que me sonrió al verme.

- Hola, buscó a Antonio - se aliso su blusa.

- claro, ¿quién lo busca para anunciarte con él? -

- Julieta - la observé y me di cuenta que no la relacione porque Antonio nos dijo que llegaba el día de mañana.

- Julieta, sígueme, Antonio te esperaba el día de mañana.

- la verdad no pude aguantar la curiosidad de que era lo muy importante que tenía que decirme.

Avanzamos hasta el cuarto de Antonio, esperaba que la visita de Julieta no alterara a Antonio, lo necesitaba vivo para el nacimiento de Alejandra.

Toqué suavemente, escuché el pase de Antonio.

La hice pasar y decidí entrar necesitaba saber si Antonio se tomaba bien el volver a ver a su gran amor.

Antonio estaba recostado en su cama, sin su gorro, se veía tan cansado, abrió los ojos sorprendido al ver entrar a Julieta.

- Julieta - susurró, ella se acercó y se había tapado la boca con ambas manos al ver a Antonio deteriorado en la cama.

Se me encogió el corazón al ver como las lágrimas corrían por el rostro de Antonio.

Si amaba a Julieta

- Antonio - su voz tembló pero se giró a verme - disculpa pero la servidumbre no está a la par del patrón con sus visitas, si él necesita algo yo te lo hago saber.

- no trabajo aquí Julieta - ella enarcó una ceja - soy la madre de la hija de Antonio.

Me mordí el labio porque creo no debía haberle dado la noticia crudamente, porque Julieta palideció y se aferro al borde de la cama de Antonio.

- ¿qué has dicho? ¿Llevas en tu vientre a su hijo?

 




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