Su Hijo [serie Arévalo #1]

Capítulo 20

Julieta miró a Antonio con furia, se acomodó el cuello de la blusa.

- ¿para eso me llamaste? ¿Para decirme que vas a tener un hijo con otra mujer? -Antonio se limpió el resto de lágrimas de su rostro, me molestaba la antipática de Julieta.

- no le grites por favor- en respuesta recibí una mirada de odio.

La puerta se abrió dejando pasar a mi esposo, Julieta al verlo corrió para tirarse en brazos de mi esposo, entrecerré los ojos y me crucé de brazos.

Bruno por la sorpresa no reaccionó y no le devolvió el abrazo.

La escuchaba sollozar y no le entendía lo que murmuraba, mi esposo me miró y se dio cuenta que el espectáculo no era nada bueno, sin delicadeza la apartó.

- creo que no es conveniente que yo te consuele, menos en la presencia de mi esposa.

Ella se apartó y lo miró interrogante.

-¿esposa?- frunció el ceño y miró en toda la habitación - ¿cuál esposa?

Mi esposo caminó hacia mí y me pasó su brazo por mi hombro, hice una mueca al sentir el perfume de Julieta impregnado en su camisa.

Ella me miró con el ceño fruncido.

- ¿es una broma que llevas el hijo de Antonio? -se sentó en la cama.

- ella lleva a mi hija- murmuró Antonio.

- no entiendo -

- yo te explicaré, pero la niña que lleva es mi hija.

Ella reparó en mí con desprecio.

- no te bastó embarazarte de mi novio sino que fuiste por el pez gordo, y realmente tu hija ¿será de Antonio? - sin pensarlo me acerqué a ella y le cruce la cara en una fuerte cachetada.

Ella levantó la mano pero Bruno se le adelantó y se la sujetó.

- si la tocas, no respondo - me quedé congelada, yo iba en contra de la violencia.

- los tiene engañados a los 2, se metió con ambos en la cama y dice que lleva al hijo de Antonio, es una caza fortuna.

Podía estar en contra de la violencia pero Julieta estaba buscando la segunda cachetada.

- la respetas - Antonio se había puesto de pie y se acercaba a Julieta - Greta no es ninguna caza fortuna, ella lleva a mi hija en su vientre porque se lo pedí, mi hija fue concebida por inseminación artificial - Antonio se veía cansado, me sentí culpable por haber contribuido a su incomodidad con nuestra pelea.

- ¿y yo? - se soltó de Bruno molesta - no pensaste en mi, en cómo me iba a sentir al ver a otra mujer llevando a tu hijo.

Antonio suspiró.

- me abandonaste Julieta, no pensé buscarte más - ella hizo una mueca - si lo hice fue porque Greta me convenció en hacerlo.

Julieta endureció su rostro.

- ¿así que tengo que sentirme agradecida con tu incubadora? - me moví hacia ella pero Bruno se puso delante mío.

- cuando te refieras a mi esposa lo haces con respeto, ella es la señora de la casa y en este momento estás bajo su techo - Julieta apretó los puños.

-¿me hechas por una desconocida Bruno?

Bruno sonrió burlesco

- no es ninguna desconocida, Greta se crío en esta casa, la conocemos desde que era un bebé - ella enarcó las cejas

- ah, la huérfana - escupió con furia.

- si seguirás con esa actitud Julieta, te pediré que te marches, me alegra verte pero no puedo permitir que le faltes el respeto a la madre de mi hija y esposa de mi hermano.

Julieta suspiró y se encogió de hombros.

- ¿Por qué tanta urgencia en ser padre que tuviste que recurrir a una inseminación artificial?- puso sus manos en las caderas.

Antonio me miró con tristeza, se pasó la lengua por los labios resecos y retrocedió.

Todos nos quedamos en silencio, él paso su mano por su cabeza desprovista de cabello.

Camino en círculos y se detuvo para ver a Julieta.

- uno de mis grandes deseos era tener una familia numerosa, siempre te lo dije - ella asintió - Bruno y yo fuimos felices con nuestros padres, cuando el murió sentí que las cosas ya no eran iguales, aunque valoraba los esfuerzos de mi hermano para que yo siempre sonriera y no sintiera tanto la falta de mi padre pero era algo difícil de asimilar, él faltaba, las cosas ya no eran las mismas.

Bruno tenía la cabeza agachada también para él había sido difícil la partida de don Fernando, sólo que para él fue peor porque él era el soporte de su madre y hermano.

- Antonio, te entiendo pero había tiempo suficiente para la paternidad, no entiendo tu urgencia a no ser que no lo hallas concebido como lo dices.

Antonio sonrió amargamente.

- no entiendes Julieta, mi urgencia es porque.....-suspiró y la miró a los ojos -estoy muriendo.

- ¿Qué? - y fue ahí cuando vi que la antipática de Julieta se derrumbó y se tiró en brazos de Antonio para llorar sobre su hombro.

Ambos se sumieron en un doloroso abrazo.

Bruno me paso su brazo por mis hombros y me guió a la salida.

Pero no evitamos escuchar a Julieta.

- me quedó contigo, me mudare a esta casa, quiero cuidarte, quiero verte, haré una pausa en mis viajes, quiero estar para ti Antonio.

Suspiré, sabía que vivir con Julieta no iba a ser fácil pero no íbamos a objetar porque Antonio amaba a esa antipática y ella parecía corresponderle.

 

 




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