Su Hijo [serie Arévalo #1]

Capítulo 25

Este día me desperté con el mejor de los ánimos.

Me alegré ver a Antonio sentado en la mesa, nos acompañaría a desayunar.

Me acerqué y lo abrase fuerte, su sonrisa era tan vibrante, no quise preocuparme al verlo cansado y con ojeras, Antonio odiaba que lo tratáramos como pétalos de flores.

Me senté a la par de Bruno, Clarissa bebía su café pero sus ojos estaban pendientes de Antonio.

- ¿y tú adorada Julieta? - mi esposo miró a Antonio.

El nos devolvió la mirada acompañado de una sonrisa.

- no bajará, se acostó molesta contigo mi dulce Greta - deje mi vaso de jugó y miraba interrogante a Antonio.

- creo hermano que les arruinaste el plan de fastidiar a Greta, al cederle tu puesto en la mesa.

Bruno soltó una carcajada y Clarissa me dirigió una sonrisa.

-¿Cómo sabes lo que pasó si no estabas con nosotros? - pregunté extrañada, mi esposo tomó mi mano y la besó.

- por las cámaras - fruncí el ceño al recordar que una vez don Fernando se puso paranoico con tantos robos que hubieron en la zona, había instalado cámaras por toda la casa y estas eran controladas por los guardas de seguridad.

- pensé las habían quitado- murmuré.

Antonio y Bruno negaron con la cabeza.

- no quise quitarlas querida, él las puso por miedo a que nos pasará algo y así los guardas estarían pendientes, aunque ahora tu puedes hacer los cambios que desees y las puedes quitar si quieres privacidad - me comentó Clarissa.

Le sonreí, la verdad no quería quitarlas veía que Antonio se divertía viéndolas.

- no te preocupes Clarissa, ¿pero igual como lo ves?

Antonio sacó su móvil y entró a un programa donde él podía ver lo que las cámaras grababan.

- pura tecnología mi dulce Greta.

Le sonreí.

- ¿te molesto la actitud de Julieta? - Clarissa observaba a su hijo.

Antonio se quedó pensativo.

- sabes que nunca ha sido así, pienso que ella se porta así por el bebé - Clarissa asintió - y lo malo es que se está uniendo con Carmen, ya le advertí que si insistía en molestar a Greta se tendría que marchar de esta casa.

Bruno me apretó la mano.

-esperó lo haga Antonio porque no quiero intervenir.

- puedo cuidarme sola - murmuré

- no lo dudó Greta pero no quiero que te estén importunando, ellas son mujeres adultas que están portándose como niñas.

Antonio asintió.

-¿cómo te sientes hoy Antonio?- pregunté.

- mejor que ayer.

- revisé el reporte meteorológico y hoy será una noche agradable.

Los tres me miraban interrogante.

- hoy cumpliremos uno de tus deseos - acamparemos bajó las estrellas - vi la emoción de Antonio- ya le pedí a Jacinto que buscarán las casas de campañas, linternas, y en la cocina pedí que nos prepararán bocadillos.

Antonio aplaudió como un niño pequeño, mire a Clarissa observar a su hijo con nostalgia y tristeza, lágrimas recorrían su rostro.

- lo lamento - quiso levantarse pero Antonio la detuvo, lo vi acercarse a su madre y tomarla entre sus brazos - no puedo aceptarlo, antes lo que ustedes necesitaban su padre y yo se los podíamos dar, si les dolía algo con una pastilla que les daba se les quitaba - Clarissa tenía el rostro empapado en lágrimas - me siento impotente al no poder hacer algo por ti mi amor, quisiera ser yo la que estuviera en tu lugar - Antonio la calló poniendo su dedo en sus labios.

- has sido la mejor madre del mundo, y créeme que prefiero ser yo quien cargue esta enfermedad y no tú madre- ambos lloraban y cuando sentí los dedos de Bruno limpiar mis mejillas me percaté que yo también lloraba.

- haz tu vida madre, tienes derecho a ser feliz- Clarissa levantó el rostro y lo vio a los ojos.

- no entiendo - pasaba sus dedos por sus mejillas.

- sé que en tu soledad desde que murió papá, te has sentido atraída por Jacinto.

Abrí la boca sorprendida y miré a Clarissa que los veía con culpabilidad.

- perdónenme les juró que he sido fiel a la memoria de su padre.

Mi esposo se levantó y la abrazó.

- lo sabemos madre y Antonio tiene razón, sé feliz.

Ella se soltó y negó con la cabeza.

- Jacinto y yo nos conocemos desde que éramos adolescentes pero lo reclutaron para el ejército, mis padres arreglaron el matrimonio con los padres de Fernando, me casé amando a Jacinto pero él regresó tarde, yo aprendí a querer a Fernando era un hombre excepcional, él sabía de Jacinto y decidió contratarlo porque el confiaba en mi y en la honestidad de Jacinto.

- no le has faltado a nuestro padre, él ya no está, es tiempo que seas feliz madre - Bruno la abrazó fuerte e igual Antonio.

Miré el cuadro y era algo tierno ver cuánto amor había entre ellos, ahora entendía la lista de Antonio, donde uno de sus puntos era ayudar a Bruno y a su madre ser felices.

Ya estaba trabajando con su madre, pero ¿Bruno?

 




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