Su Hijo [serie Arévalo #1]

Capítulo 27

Desperté en los brazos de Bruno, estar con él había sido la mejor experiencia de mi vida.

Me sentí amada, deseada y con la gran esperanza en mi corazón de que este matrimonio funcionará.

Bruno dormía profundamente su brazo descansaba en mi cintura, se podía decir que lo amaba más cada día.

Su cuerpo estaba pegado al mío así que estaba segura que había sentido las patadas con las que comenzó el día mi hija, sonreí cuando abrió los ojos sobresaltado pero se relajó y descendió la palma de su mano a mi vientre.

Mi hija en respuesta al tacto de su mano dio otra patada.

El se inclinó sobre mi y depósito un beso en mis labios.

- un lindo despertar, con las 2 mujeres de mi vida.

Sonreí porque para mí era maravilloso despertar en los brazos de mi gran amor.

Sentí el delicioso olor de tocino con huevo y mi estómago protestó de hambre ruidosamente, me puse roja de vergüenza.

Bruno soltó una sonora carcajada.

- no te avergüences, sientes hambre por dos. - se incorporó y me ayudó a ponerme de pie.

Nos aseamos y nos dirigimos donde estaban los demás, Antonio tenía una gran sonrisa en su rostro, ese hombre me contagiaba con su sincera sonrisa.

Cuando nos vio se puso de pie y esta vez fue él quien se acercó para estrecharme en sus brazos.

Me susurró al oído:

- luces radiante dulce Greta, me alegra que al fin hubo movimiento en este matrimonio. - se apartó y sonrió cuando abrí los ojos sorprendida.

- tú rostro y el de mi hermano son como cuando te comes una deliciosa tarta de chocolate y quedas satisfecho, así que sumé 2+2 y tu reacción me lo confirmó.

Me reí porque había olvidado que Antonio era muy observador y no pasaba nada por alto.

- ¿eres feliz mi dulce Greta?- asentí y él se me acercó para depositarme un beso en la mejilla.

- me alegra saberlo, y no sólo ustedes 2 parece que se comieron la tarta de chocolate - me señaló a Clarissa que estaba muy acaramelada con Jacinto.

Sonreí

- creo perdieron un gran chófer - sentí los brazos de Bruno rodearme por detrás y poner su barbilla en mi hombre.

- lo sabemos pero hemos ganado un amigo, porque me niego a decirle padre - sonreí.

Antonio se metió la mano en su bolsillo y por el rabillo del ojo lo vi sacar el papel arrugado que sabía era su lista de deseos, garabateo y luego la guardo.

Nos sentamos alrededor del fuego y probamos el delicioso desayuno preparado por Jacinto.

- delicioso - murmuré

Jacinto asintió con la cabeza y miró a los hermanos.

- Gracias por no oponerse

- eres un gran hombre y sé que amas a nuestra madre, podemos ver en que puedes trabajar en... -Jacinto interrumpió a mi esposo.

- Gracias Bruno pero tu padre fue un sabio consejero, él me enseñó cómo invertir en la bolsa y he reunido lo suficiente para que vivamos Clarissa y yo, sin que le falte nada - mi suegra se recostó en su hombro.

- si tenías dinero ¿porque te conformabas en ser el chófer? - Julieta esperaba su respuesta.

Jacinto nos dirigió una mirada y se quedó viendo el horizonte.

- cuando regresé del ejército para mí fue doloroso encontrar que Clarissa estaba casada, me sentí destruido por haberla perdido, no sé como don Fernando se enteró de lo que había pasado entre nosotros pero él me buscó, recuerdo que pasamos toda la tarde charlando como 2 viejos amigos, él al enterarse de que no tenía trabajo me ofreció trabajar con ustedes y me dijo que él sabía que no se equivocaba al meterme en su casa.

Clarissa suspiró.

- que él conocía a Clarissa y pudo ver que yo era un hombre de honor y sabía que no le íbamos a faltar ni a fallar.

Antonio asintió

- mi padre sabía leer a las personas y nunca se equivocaba.

Bruno me abrazó y noté que Julieta nos miraba extrañada porque desde que vivía con nosotros nunca había visto muestras de amor entre nosotros.

- ¿te mudarás a la mansión? - Jacinto se encogió de hombros.

- no lo sé Julieta, aún no lo hemos discutido con Clarissa.

- estaremos en la casa, no quiero dejar a los chicos Jacinto, nos mudaremos a otra habitación.

Jacinto asintió y siguió desayunando.

Después que terminé de desayunar recosté mi espalda en el pecho de Bruno y a lo lejos veía caminar a Antonio con Julieta cerca del lago.

- se ve feliz - murmuré

- gracias a ti - Bruno me abrazó fuerte- todos hemos estado sumidos en la tristeza y no sé nos había ocurrido sacarlo a pasear pero tú piensas en todo y lo has hecho feliz.

- quiero que nos tomemos una foto familiar antes que nazca Alejandra - Bruno me giró entre sus brazos y me observó.

- no sé, si Antonio deseé tomarse una foto así como ésta - me encogí de hombros.

- no lo sabremos si no le preguntamos, será para el álbum de Alejandra y quiero que la primera foto que se le tomé a mi hija sea en brazos de su padre.

Bruno asintió y depósito un beso en la punta de mi nariz.

- tus deseos son órdenes para mí.

Sonreí me encantaba este Bruno que estaba conociendo, el cavernícola estaba enterrado o eso esperaba.

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Kgerals ❤




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