Incliné la cabeza y respiré profundo.
- no tengo ningún secreto hermano- Antonio me miró.
- es tiempo de quitarnos la careta Bruno - mi corazón tembló ante sus palabras, él no podía saberlo, me había encargado que nadie lo supiera, tenía que ser otra cosa.
- hermano, no sé de qué hablas - me pasé la mano por el rostro y estaba atentó a Julieta para ver si estaba despierta.
- no te reprochó si es lo que piensas - tragué grueso - al contrario, estoy profundamente agradecido ante tu gran muestra de amor - cerré los ojos y dejé que las lágrimas escaparán de mis ojos, todo el tiempo Antonio lo supo y calló.
- ¿Cómo lo supiste? - no tenia caso negarlo, mi hermanito no se lo merecía.
- el mismo día que fui feliz con la noticia que sería padre.
Lo miré interrogante y empecé a recordar ese día.
- no entiendo, ese día tú te quedaste en casa esperándonos, no saliste - Antonio sonrió tristemente.
- no necesité salir, la verdad llegó sola en una llamada de teléfono hacia ti- fruncí el ceño - fue cuando fueron por las cosas de Greta.
Él me miró y se acomodó para recostarse en el respaldar de la cama.
- fue la enfermera del Dr. quien llamó, creo no sabía lo que había pasado.
- era nueva- me pasé la mano por el cabello.
- estaba feliz Bruno, al saber que mi sueño se había realizado y ese mismo día me fue arrebatada- desvié la mirada no podía verlo a los ojos - la vida me jugó una mala pasada, nacer estéril.
No pude evitarlo y lo abracé fuerte pero era por los dos, porque yo lo amaba, para mi Antonio era mi pequeño hermanito y por él haría lo que fuera sólo por verlo feliz.
- luego, medité y volví a llamar a la enfermera - pensé que era una lengua floja esa enfermera.- quería saber, si no era yo el padre de Alejandra, ¿entonces quién era?
Volví a sentarme
- ¿te lo dijo? - el asintió
- ¿Cómo iba a reprocharte cuando llegaste con Greta con sus cosas? Si ambos estaban luchando para cumplir mi deseo, supe que ella no sabía que yo era estéril, la conozco y sé que su corazón hubiera llorado por mí.
Entonces recordé cuando llegamos de casa de Greta.
Flashback
- Bruno, me alegra que llegaron - miré a mamá, me sentía molestó por el ex noviecito de Greta que se creía el dueño de ella.
- ¿todo bien? - ella asintió -
- por un momento, me sentí preocupada, Antonio estaba en el estudió y salió de ahí llorando inconsolablemente, le pregunté qué pasaba y me dijo que ahora había entendido que el verdadero amor era generoso, no egoísta y que era capaz de hacer el gran sacrificio de su vida.
Fruncí el ceño pero luego pensé que hablaba de Greta, ella aceptó llevar a su hijo en su vientre.
Fin del Flashback
- tú te sacrificaste por mí, hermano, me distes a tu propia hija por hacerme feliz, como no iba a amarla si Alejandra es un verdadero acto de amor, tú hermano, me reafirmaste lo que es amar de verdad, quiero que me perdones.
- no tengo nada que perdonarte.
- claro que sí, todo el embarazo sufrías al ver crecer a tu hija y solo llamarla sobrina cuando era tan tuya como mía, y aceptabas estar en segundo plano sólo por verme feliz.
- no quería que sufrieras Antonio, era tu anhelo, ser padre, cuando el Dr. me llamó y me dijo que eras estéril, me di cuenta que ya tenías bastante sufrimiento con tu enfermedad y yo no podía permitir que sufrieras sabiendo que no podías tener hijos, por eso se me ocurrió donar mi esperma y callarme para siempre.
El asintió y me sonrió
- yo no iba a decir nada mi querido Bruno pero Julieta me aconsejó que me fuera en paz y te dijera la verdad - la aludida se sentó en la cama, así que había estado oyendo la conversación.
- por eso cambiaste con Greta y Alejandra - la miré a los ojos pero ella negó con la cabeza.
- no Bruno, fue cuando la vi caer por las escaleras, sentí miedo al saber que lo único que quedaba de Antonio en este mundo podría morir.
No sabes cuánto le pedí a Dios ese día que perdonara mi actitud hacia Greta, que lo único que había hecho era realizar el deseo de Antonio y yo había sido una perra con ella.
Supe la verdad hasta el día de ayer, la culpa estaba matando a Antonio, él te veía y notaba tú anhelo por tu hija.
Asentí.
- me sentía responsable por lo que estabas pasando, por eso te pedí que te casaras con Greta y porque quería que fueras feliz y con ella lo serás, es una maravillosa mujer.
Alejandra es mi hija también - lo miré a los ojos - ella es mi hija del corazón, del alma, es mía, la amó, es especial, es el símbolo del gran amor que existe en esta vida, tu amor por tú hermano y la bondad de Greta hacia mí, es mi hija también y por conocerla luché por mantenerme con vida.
Lo abracé fuerte, mi acto de amor hacia mi hermano no había sido en vano, Antonio lo aceptó y luchó por conocer a Alejandra, mi hija.
- me siento en paz Bruno, puedo irme tranquilo - negué con la cabeza - creo tenía que revelarte que conocía la verdad para poder marcharme - Julieta y yo nos miramos alarmados.
- por favor Antonio - tomé su mano - aún hay más cosas por vivir, ver a nuestra hija crecer.
Tocaron la puerta y entró mi madre con Greta quien traía una preciosa Alejandra en brazos.
- Antonio, tu hija quiere verte - mi hermano me miró pero negué con la cabeza, él entendió que aún no quería que Greta supiera la verdad.
Greta le puso suavemente a Alejandra en su pecho, él beso su cabecita y lloró.
- nunca dejaré de agradecerle a la vida haber podido conocerte mi preciosa Alejandra, éste donde este prometo cuidarte, tú eres la dueña de mi corazón y eres mi máximo sueño realizado, eres mi gran acto de amor.
Greta lloraba ante sus palabras, mi madre era estrechada en los brazos de Jacinto.
- Bruno, eres el mejor hermano que exista, jamás he dudado de la bondad que hay en ti y me alegró ser testigo de ella.
Editado: 30.12.2021