Su nombre es Lisa West

Capítulo 13

Enciendo la camioneta y arranco. Voy de camino, se me ocurrió ir donde Lisa, así estoy con ella mientras almuerzo y luego doy una vuelta por ahí a lo que llega la hora de irla a buscar. No sé, miro algunos lugares mientras estoy aquí para ver si puedo llevar a Lisa, ya sea en el próximo fin de semana o sino queda muy lejos cuando la busque. Me parece una buenísima idea, pero luego pienso que no sé si es correcto por lo que ha pasado en los últimos días, la verdad no quiero que ella mal interprete nada y sí, sé que suena tonto, pero, no puedo hacerle eso a Lisa. Sé que parece que no me interesa en lo absoluto por lo que le dicho, pero realmente me muero por ella, es difícil estar a su lado y rechazarla cuando intenta acercase a mí, la verdad me cuesta, pero no puedo mostrarle ni un poco de interés porque, tristemente nuestras situaciones en estos momentos son diferentes y muy pronto tomaremos caminos separados y no me gustaría que se aferrase a alguien que no estará ahí para ella mañana, y sí, sé que puedo cambiar de planes y quedarme con ella, pero mi hijo o hija viene en camino y realmente ahora mismo solo quiero enfocarme en esas cosas, no quiero separarla de su madre o separarlo de mí, no es justo, ni para mi bebe, ni para su madre, ni para mí. Creo que de alguna manera u otra buscaré que el ella funcione, pues quiero darle la mejor familia que pueda a mi pequeño yo. Quiero darle lo mejor de mí y quiero estar ahí y verlo o verla día a día crecer, ver cómo se va superando a sí mismo. Lo que siento puede esperar y si ella es para mí no importa la distancia, que tal lejos estemos, siempre existirá ese instante en el tiempo en el cual nos volvamos a encontrar y poder decirnos ¨hola¨ otra vez. Quizás para ese momento es cuándo podremos estar juntos, quizás no, quizás me haya olvidado de ella y pues, ella del amor que sentía por mí. Pero para cuando eso ocurra será cuando tenga que pasar, no puedo forzar nada, porque ahora no puedo hacer otra cosa que pensar en el bien para mí bebe.

Bajo las ventanillas de la camioneta, la música suena en la radio y solo me dedico a disfrutarla. Voy corriendo por la carretera mientras la brisa acaricia mi pelo, acomodo mi brazo en el hueco de la ventanilla, subo un poco más y acelero.

Parqueo la camioneta y me bajo del vehículo. Entro a la tienda, veo a Lisa atender a unos clientes desde la entrada. Ella me mira y sonríe mientras echaba algo en un plato. Yo levanto mi mano y sonrió.  Camino hasta donde estaba la fila, el lugar estaba repleto: espero mi turno.

La fila avanza lento, pero logro llegar hasta donde Lisa y hacer mi pedido.

—Buenas tardes, señor que desea ordenar —dice Lisa con una sonrisa burlona.

—Yo quiero el Lisa especial, con papás —contesta él sonriendo.

—Está bien, ya prepararemos su orden.

—Él se mueve y se dirige hasta su asiento donde prosigue esperar su orden.

Él ve la fila avanzar mientras esperaba, en eso ve a una chica que se acerca.

—Lucas, ¿Verdad? —pregunta simpática.

—Yo mismo —la miro y sonrío.

—Bien, esta es su orden —dice poniendo los platos sobre la mesa.

—Ella al terminar me mira —Lisa habla muy bien de ti, es de lo único que habla y de lo increíble que has sido para ella, ¿Sabes? Esa chica está muy feliz de haberte conocido —dice ella mirando a la Lisa igual que yo.

—Cuando te vuelva a hablar de mí, pero que le digas que yo dije que ella es la persona más increíble que nunca antes conocí —los ojos me brillan al decirlo.

— ¿Ustedes son novios o lo fueron? —Se gira hacia mí.

—No, no, nada de eso, solo somos amigos, pero se ha vuelto alguien especial, tenemos mucho conociéndonos, ¿sabes? La conocí cuando tenía trece años y mírame ahora, ya cumpliré treinta y uno, eso es mucho tiempo.

—Vaya, sí que lo es. Bueno, volveré al trabajo no quiero que mi supervisor me cache—. Se aleja.

Sonrió mientras la miro alejarse. Paso mi mano por mi cabello, miro mi comida y se veía tan apetecible que no pude resistirme ni un segundo más a darle una mordida al poyo. Estaba delicioso, realmente fantástico. Para cuando me lo acabo todo no había tantos clientes como cuando llegué, así que aprovecho y me acerco a Lisa para despedirme y también botar los desechos.

Ella estaba parada del otro lado del bufet cuando me le acerque.

—Lisa, ya terminé de todo, me iré a dar una vuelta por ahí.

—Está bien, sabes a qué hora venir, te esperaré afuera, ¿Está bien? —Se acerca a mí.

—Está bien, volveré a tiempo y no sé, quizás si encuentro a donde llevarte al salir de aquí damos una vuelta, de lo contrario iremos a casa, ¿te parece bien?




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