Su nombre es Lisa West

Capítulo 23

Anderson la mira fijamente, tratando de entender a lo que se estaba comprometiendo hacer.

—Está bien, lo haremos —dice en tono preocupado.

— ¡Ahh…! —Grita ella emocionada.

En ese momento llega el camarero con las copas de agua.

—Disculpen la tardanza —dice él mientras las coloca sobre la mesa.

Lisa toma su copa y la alza.

—Brindemos porque Lucas se quedará.

Anderson alza su copa y la choca con la de ella, haciendo que se salpicara un poco de agua sobre la mesa y que los dos cristales al chocarse soltaran un tintineo.

—Salud —dice él.

—Salud —contesta ella.

Los dos reímos al mismo tiempo. Yo no quería llegar hasta este punto con Lucas, pero deben de entender que ya estaba desesperada, de que no lo quería lejos de mí, me costó mucho y tuve que dar mucha lástima delante de él para que se decidiera a venirse conmigo. Estos dos meses se han ido volando, más rápido de lo que esperaba y aún no he tenido tiempo para tratar de conquistarlo. Sabía que sería mío, Muy pronto lo iba a tener en mis brazos: o eso creía. Pero de algo estaría segura, yo no permitiría de que él estuviera con alguien más, era mi mejor amigo, el amor de mi vida, y no dejaría que nadie, nadie, menos la arrastrada de Hanna me lo quitara. Ya lo había perdido una vez y sé que yo lo puedo hacer feliz, sé que lo puedo amar (porque lo amo) como él merece ser amado. Nadie será lo suficientemente buena, ni lo conocerá tanto como yo, así que él fue el hombre que Dios hizo para mí y lo quiero conmigo, él será mío. Yo sé que él me quiere, casi tanto como yo lo quiero a él, sé que podemos estar juntos y ser felices como cada uno de nosotros lo deseamos, sé lo que podríamos llegar a tener sería perfecto: yo creo en lo que sentimos y lo que podemos llegar a sentir y puedo jurar de que es hermoso.  Yo no dudaría ni por un segundo estar con él si me lo permitiera, sé que me ha rechazado antes, no sé porque exactamente, pero algo que sí sé es que me quiere, aunque me diga lo contrario. Tal vez lo hace para no ilusionarme porque sabemos que se tiene que ir y él cree que no lucharé por él, pero está muy equivocado.

Anderson al final se decidió en pedir un postre, yo estaba sumergida en mis pensamientos y no escuchaba nada de lo que me decía, me parece que estaba hablando de su hermana: Sahara, pero no me interesaba lo que me está contando, así que me dediqué a mirarlo fijamente como si me interesara mientras que pensaba en todo lo de Lucas. Él continuaba hablando, yo coloco los codos sobre la mesa y apoyo mis manos de los puños mientras lo miraba hablar sin parar de lo ¨genial¨ que era su familia y de cómo era su relación con ellos.

Anderson y yo terminamos nuestra velada. Él abre mi puerta para que me suba al auto, después de que estoy cómodamente sentada en aquel asiento él la cierra. Él se sube al auto. El hombre corpulento conduce hasta la casa, yo subo la música mientras íbamos de camino, unas cuantas veces desvió la mirada hacia donde mí, yo solo seguía cantando sin importarme que él volteara a verme.

—Déjame próxima a la casa, no me arriesgaré a que Lucas se dé cuenta de que era contigo con quien estaba esta noche —dice ella.

—Está bien, no tengo problemas con eso —dice él girando hacia nuestra cuadra.

Él detiene el auto, me despido de él con un beso en la mejilla, él también me da uno.

—Adiós —digo abriendo la puerta.

Cuando estoy a punto de salirme del auto siento que me da un tirón del brazo que hace que caiga sentada en el asiento.

— ¿Qué ocurre? —Pregunto mientras miro su mano que me sujeta el brazo.

— ¿Mañana te busco? —Pregunta en tono serio.

—No —contesto sin pensarlo—. Mañana vendrás a casa, pásame tu número, así nos mantenemos en contacto —digo mientras saco mi teléfono de mis bolsillos.

—301-654-8238, me puedes llamar cuando quieras, con eso no tengo problemas.

—Te guardaré con el nombre de Maddie 5 así sabré que eres tú. Mira, mañana Lucas me irá a buscar al trabajo, cuando llegue espera unos minutos y ve a casa con cualquier excusa, de buscar algo o no sé. El punto es que vayas, así yo te invitaré a pasar para que tomemos una taza de café. Recuerda ser lo más lindo y atento conmigo, eso lo pondrá muy celoso —le aclaro.

—Está bien, eso haré —contesta mientras pone sus manos al volante.




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