Su nombre es Lisa West

capítulo 39

Lo invito a que pase él se sienta frente a mí. La angustia y el deseo de saber qué había ocurrido crece cada vez más. No trato de contener mis nervios, pero noto que él se da cuenta de lo que está pasando. Trato de responder lo más explícito posible las preguntas, pues no quería que levantaras sospechas de que quizás estaba involucrado en algo de lo que le había pasado a Lisa y a Lucas. Él frunce el ceño cuando me escucha describir como ella iba vestida, quizás pensó en que era extraño que la recordara tan claramente, pero no me preocupé de nada porque no sabía dónde ella estaba. Su desaparición fue inesperada que no pude evitar reaccionar de la manera que lo hago.

Esa chica me importa, realmente me importa y por eso me he preocupado tanto, además de que en el estado que se marchó de casa solo era para preocuparse.

Froto mis manos, palma con palma mientras una gota de sudor moja mi frente. Después de unos cuantos minutos haciéndome preguntas que yo estaba dispuesto a responder él se despide de mí y se marcha. 

Fin de flashback

Llegamos a aquel edificio, me desmonto del auto y miro el edificio: era pequeño, su pintura estaba agrietada al igual que las paredes. Había una gran puerta enfrente. El sol golpea mis ojos haciendo que como respuesta al estímulo mis ojos se entrecierran, subo mi mano a nivel de mis cejas para proteger mis ojos del destellante rayo de luz. Escucho una puerta cerrarse, me giro y veo como el investigador se acercaba a mí.

—Vamos a dentro, por favor sígame —continúa caminando sin detenerse.

Yo lo miro y escucho la orden. Él sigue hacia adelante sin esperarme, veo como abre la gran puerta para entrar al local. Yo apresuro el paso, pues, no me quiero quedar atrás.

Cuando entro había un gran espacio con unos sillones a un lado y una señorita detrás del mostrador que estaba frente a mí. Ella era alta y morena, sus ojeras y cabello alborotado daba la impresión de que no había descansado lo suficiente la noche anterior.

El detective Miller se acerca a ella, yo me quedé a un lado contemplando un cuadro que había colgado de la pared izquierda. Era de un hombre este estaba de espalda, mirando el espacio en blanco que había frente a él. Curiosa pintura, pienso.

—Señor Anderson —dice él con su voz áspera.

Yo me doy vuelta en un sobre salto.

Él mueve su cabeza y yo lo sigo.

Al pasar por el lado de la señorita pude notar sus hermosos ojos verdes y grandes, ¿Cómo no los vi antes? Eran enormes y hermosos, con largas pestañas y cejas tupidas.

Continué mi camino, el detective iba adelante, mientras yo iba más rezagado. Por unos minutos había olvidado por qué estaba aquí. Caminando por aquel pasillo los nervios empezaron a apoderarse de mi cuerpo, no sabía cómo la encontraría, no sabía nada, nadie me había dicho ni siquiera cómo estaba este cadáver.

Miles de cosas corrían por mi cabeza en ese momento. Me abrumaba la idea de que estuviera irreconocible, que le faltara alguna pieza de su cuerpo, que le hayan hecho algo muy malo, que la hayan desfigurado.

Mientras más cerca de encontrarme cara a cara con el cuerpo estaba, más me asustaba. No podía evitar la sensación que estaba experimentando en ese momento. No quiero saber nada, nada. Mi corazón latía tan fuerte que podía sentir como golpeaba mi pecho. Trataba de concentrarme y relajarme, pero esa sensación en el pecho no se me quitaba. En la boca del estómago siento un dolor horrible, ¿Serán los nervios? ¿Cómo podré relajarme cuando la vea? Si es ella, necesito descubrir qué sucedió. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como me la quitaron.

Aun permanezco siguiendo al detective, este pasillo se me hacía infinito en ese momento aunque solo he dado unos cuantos pasos, ni siquiera había dado diez pasos desde que entré al pasillo.

Me doy cuenta de que él va muy seguro de adonde se dirige, es un especialista, seguro ve cadáveres en sus sueños. Me sentía como niña al ser el único en todo el edificio de sentirse de esta manera.

Había olvidado por completo a Lucas y que este se encontraba en el hospital, luego vería qué pasaría con él, después de todo, es el único que puede decirnos qué ocurrió ese día cuando se marcharon. Yo no podía hacer nada, además de ayudar a la policía en lo más que se pueda. Necesito saber quién hizo esto, quién trató de matarlos y que logró su objetivo acabando con la vida de Lisa que solo buscaba ser independiente.

Horrible desgracia la que le ha tocado a la joven mujer de tan solo veintiocho años de edad. Ella no merecía nada de esto.  Quien sea que fuera el que cometió este crimen se pudrirá en la cárcel porque la vida de ella valía. Me arrebataron a esa mujer sin siquiera yo haberla tenido.




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