Capítulo 42

Suelto un suspiro, puedo sentir mi corazón palpitar. Casi me espanto del susto. Llevo mi mano hasta mi pecho mientras miro fijamente su rostro. Fue extraño, realmente fue muy extraño lo que me sucedió.

—Hermano, ¿qué te pasa? ¿Estás bien? —Pregunta mientras retira su mano de mi hombro.

—Parpadeo un par de veces y veo a mi vecina como toma al niño por la mano y lo entra a la casa—. No, yo solo creí haber visto algo no pasa nada —contesto frunciendo el ceño.

— ¿Estás seguro que solo fue eso? Estas pálido —insiste.

—Sí, es que hoy como sabías yo… —traga saliva— tenía que ir a ver si era Lisa —miro hacia abajo.

—Lo siento mucho hermano, de verdad, no te había visto en ese estado hace ya mucho tiempo. Sabes que aquí estoy para ti y no tengo familia, así que me puedes llamar para lo que necesites y yo dejaré todo lo que esté haciendo, menos a mis chicas —sonríe.

—Lo miro y sonrió a la vez—. Gracias hermano.

—Ven, vamos a casa.

— ¿A dónde habías ido? —Le pregunto mientras caminamos.

—Solo estaba por aquí cerca, tengo unas amigas que viven por aquí y fui a darle la vuelta a ver como estaban. Ya sabes, solo pasé a saludar —le guiño el ojo.

—Sonrió —tú y tus mujeres, creo que nunca se me cumplirá el deseo de verte con una buena mujer. Siempre sales con puras locas, ninguna está al nivel para presentársela a tu madre. Ya quiero ser padrino de bodas por Dios Jason.

—Hermano, —abre la puerta de la casa— tu más que yo sabes que no creo en eso del amor, así como nos quieren presentar que es. ¿Cuál es el sentido de estar con alguien con quien discutas a cada momento, que te tengas que limitar de hacer algunas cosas? ¿Que no puedas ver a los demás libremente? ¿Para qué estar con alguien que todo el tiempo quiere que cambies y seas a su manera porque según ellas ¨así no se debe de tratar a una mujer¨? Bag, esas son pamplinas, yo lo hago como quiera y cuando yo tenga ganas…

—Sí, es verdad lo que dices, pero hay un dato. El mundo gira base al amor, tú tienes esa perspectiva de este mundo que pocos conocemos. Toda esta idea que tienes ha sido creada por las personas con las que has estado, sin darte cuenta haz descrito tus relaciones con las chicas; controladoras, manipuladoras, liberales y entre otras cosas —me siento en el sofá.

—Sí, pero eso no, no quiero compromisos ahora, estas mujeres son demonios en la tierra y ellas vienen por mí —dice en forma de monologo dramático.

—Estás loco, la locura es la que ya vino por ti—. ¿Y te la pasaste bien en el bar? —Le pregunté mientras me miraba.

—Claro que sí, tenía un par de días que no me reía de esa manera, vi unas nenas que estaban deliciosas, pero sabes, ese no era día de azar si no de estar con los cazadores. Me la he pasado muy bien con los muchachos, realmente creí que solo beberíamos y luego nos iríamos, hasta pensé en no ir, pero al final no tenía nada mejor que hacer y por eso fui. La verdad, esa es la mejor decisión que he tomado. Tomé algunas fotos de las chicas que había y las guardaré en mi colección —dice con aquella mirada malvada.

Jason se pone de pie.

—Sí, me alegro por ustedes, ojalá hubiera ido.

— ¡Fantástico! Pues, ya sabemos, prepárate que pronto llamaré a los muchachos y volveremos a ir y esta vez iré contigo —se pone de pie y se dirige a la cocina.

—Sí, no sé si quiera salir. Vaya suerte, primera mujer que me interesa en mucho tiempo y es asesinada —digo sentándome vagamente en el sofá.

—Si lo sé, tienes la suerte de un perro, ¿Ves, por eso no busco novia? —Responde con la cabeza metida en el refrigerador.

—Exacto, pero bien. No me importa estar solo, ya lo estuve antes.

—Aunque tu vecina se ve bien. ¿No te importa que la salude cuando salga de aquí? —Pregunta mientras sostiene una lata de Sprite.

— ¡No!, ella no —dice mientras recuerda cuando ella se dio la vuelta y creyó ver a Lisa.

— ¿Por qué no? Ella está soltera —cierra la nevera.

—Bueno, inténtalo, no se ve de esa clase de mujeres, ella tiene familia, no es de esas.

—Toda mujer tiene un punto débil, mi trabajo es encontrarlo, además siempre he fantaseado estar con una mujer casa…