Su nombre es Lisa West

Capítulo 62

Nosotros estábamos dolidos, la tristeza nos arropó a todos cuando supimos la noticia. Yo particularmente trataba de que las cosas fueran lo mejor posible, quería superarlo, quería volver a vivir. Con su pérdida se desapareció una parte de mí. Una parte de mí se fue con ella.

Me imagino lo doloroso que fue para ustedes como para la familia de Lisa dice la entrevistadora.

Ni se imagina cuanto contesta.

Bien, aquí tenemos a otro de nuestros invitados dice ella.

 Ella lo saluda.

Gracias por estar aquí en el día de hoy.

Gracias a ustedes por traermesonríe.

 

La esperanza afloraba en la habitación de hospital. Todos estaban allí: Hanna, los padres de Lisa y los padres de Lucas. Ellos solo lo miraban en silencio, mientras que el padre de él y de Lisa conversaban en una esquina entre susurros.

— ¿Realmente crees que saldrás de esta? —Pregunta el señor West.

—No sé —mira a su hijo—. Él es mi único hijo, usted perdió a Lisa, yo creo que estaría volviéndome loco si Lucas se va. Mi esposa y yo oramos todo el tiempo por la salud de él. Todos deseamos que se recupere. La familia está muy lejos por eso no ha venido nadie más a acepción de Hanna. Ella está aquí y no se ha alejado de Lucas desde que llegó.

—Él la mira— ¿El hijo que espera es de Lucas?

—Sí, fue una sorpresa para todos, no esperábamos una noticia así.

— ¿Crees que él lo supiera? —Lo mira.

—Sí, ella nos dijo que Lucas estaba al tanto de todo. Ellos al parecer habían vuelto estar en contacto y se mantenían hablando.

— ¿Cuántos meses tiene ya? —Pregunta interesado.

—Tiene cuatro meses. Al parecer es un embarazo saludable, no ha dado problemas hasta ahora, como estamos aquí todos juntos me he dado cuenta de que apenas tiene malestares. Nosotros la estamos apoyando, para donde vamos la llevamos, ya sea a comer, a cenar o desayudarnos. Todo está bien con respecto a ella, pero ¿sabes? Si Lucas despierta y sale de esto le diré que vuelva con nosotros, lo ayudo con el pago de la casa y esas cosas. Quiero a mi hijo cerca de mí, lo quiero conmigo.

Un silencio inquietante se apodera de toda la habitación.

 

Como seguía diciendo, Lisa y yo hablábamos todo el tiempo las cosas con ella iban bien, todo era normal. Su muerte de verdad me dejó impresionado, no sabía que esperar, todo era confuso, no entendía que ocurría, no entendía nada. Ella se había ido con él lo señala—. Yo apenas entendía. Llamé por la desaparición, lo admito, me asusté demasiado y varias veces pensé en lo peor, pero tenía la esperanza de que las cosas no fueran así y terminara lo mejor posible. Quise creer que se habían quedado juntos en algún lugar, no me importaba que estuvieran juntos quizás. Porque solo quería que estuvieran bien. Tras su muerte solo queríamos saber quién era el asesino, yo busqué por mi lado, los padres de ella y los de Lucas buscaron por otro. Queríamos respuestas, queríamos saber que pasaba, porque no entendíamos nada.

Ella lo mira fijamente con suma atención.

 

El detective seguía la búsqueda, nuevamente estaba con la policía científica en donde se habían encontrado los cuerpos, aquel río, aquel río manchado en las piedras por la sangre de otra víctima más de los criminales que caminan entre los ciudadanos de una sociedad perdida en sus intereses personales. Que no le importa el dolor ajeno. Pensando en el bien personal obviando que también comparten el mundo con otros individuos. No les importa lo que los demás piensen porque en su mundo solo existen ellos y los demás son los escalones en los cuales ellos se suben y sobre pasan todo el tiempo.

Ellos revisaban debajo de cada piedra, cara rama y hoja era removida para ver si encontraban esa arma. El sol golpeaba su cara, sus ojos se aguaban por los rallos brillantes, él se coloca las manos en la frente para proteger sus ojos de la luz solar. Cansado de buscar y con dolor en la espalda miraba de un lado a otro, preguntándose en donde más buscar, ¿En dónde podría estar?

Él pasea la mirada de un lado a otro, recuerda la escena, recuerda haberla visto allí tirada. Hasta puede recordarse de cómo olía. Él empieza a caminar hacia la orilla del rio.




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