Su prometida por accidente

Una Vida Nueva y Viejas Sombras

POV Valentina – Hospital de Alemania

El olor a café y desinfectante ya no me molestaba; después de tanto tiempo, se había vuelto parte de mi vida. Había pasado toda la noche al lado de papá, que ahora dormía tranquilo después de una sesión de quimioterapia. Por primera vez en todo este tiempo, parecía más fuerte, recuperando algo de color en las mejillas.

Suspiré aliviada y me dejé caer en una silla, masajeándome las sienes. Mis hermanos dormían a ratos en el pasillo, agotados también. Yo no recordaba la última vez que había dormido más de cuatro horas seguidas.

Di un paso para ir por un vaso de agua y el mundo se volvió borroso. Todo giró. El sonido de las máquinas, de las voces, se desvaneció. Y antes de darme cuenta, todo se volvió negro.

POV Lucas – Sala de urgencias

—¿Qué significa que su estado es crítico? —mi voz resonó más fuerte de lo que pretendía, pero no podía evitarlo.

El médico, un hombre de unos cincuenta años, levantó las manos para calmarme.
—Señor Blake, su hermana tiene casi cuatro meses de gestación. El desmayo fue consecuencia de anemia severa y estrés extremo. Ha descuidado su alimentación y no ha recibido atención prenatal. El bebé está estable, pero necesitamos empezar tratamiento inmediatamente.

Miré a Valentina a través del cristal de la sala. Estaba despierta ahora, con una bata hospitalaria, una mano en su vientre plano que apenas comenzaba a notarse. Su mirada estaba perdida, como si tratara de procesar lo que acababa de descubrir.

—Deberá descansar más —continuó el doctor—. Y, sobre todo, reducir su nivel de estrés. De lo contrario, pondrá en riesgo su embarazo.

Apreté los puños. Todo este tiempo, había cargado sola con papá, con las cuentas… y ahora, otro peso más.
Salí al pasillo y me acerqué a ella.
—Val. —Mi voz salió más suave de lo habitual—. No puedes seguir haciendo esto sola. Papá está mejorando, los tres podemos manejarlo. Es hora de que regreses y… hables con el padre de ese bebé.

Ella alzó la mirada. Sus ojos brillaban por lágrimas contenidas.
—Han pasado meses, Lucas. No sé si Sebastián me creerá… o si quiera escucharme. —Acarició su vientre inconscientemente—. Y Clara…

—¿Clara? —fruncí el ceño.

Valentina asintió con amargura.
—He visto las noticias, las entrevistas, las fotos. No es solo un rumor. No sé si hay algo real entre ellos, pero… no creo que ella esté dispuesta a apartarse.

Lucas me miró fijamente, serio.
—Val, independiente si ustedes son una pareja o no él es el padre, tiene derecho a saberlo. Tienes que darle la verdad. Después, deja que él decida.

Vi el reflejo de mi hermano menor acercándose desde el pasillo, pero no escuché más. Mis pensamientos estaban en Nueva York. En Sebastián. En todo lo que había dejado atrás… y lo que estaba creciendo dentro de mí.

POV Clara – Nueva York

Las cámaras la adoraban. Siempre había sido así. Y ahora, con Sebastián a su lado —aunque solo fuera para la fachada—, cada portada era suya.

Se recostó en el sofá de su penthouse, hojeando una revista con una sonrisa satisfecha. La portada mostraba a Sebastián, serio y elegante, con ella de la mano. El titular gritaba: “La pareja del año: Anderson y Duval, inseparables.”

Tomó su teléfono y deslizó el dedo por la pantalla hasta encontrar el número de teléfono que le había conseguido el investigador privado que contrato.

Marcó un número. Cuando escuchó la voz al otro lado de la línea, su sonrisa se volvió afilada.
—Valentina, cómo estas hablas con Clara Duval… —su tono estaba cargado de falsa dulzura—. Te llamo porque sé que aún te importa Sebastián. Quería que lo escucharas de mí antes que de alguien más.

Silencio al otro lado. Clara continuó, teatral.
—No te preocupes, no todo el mundo soporta ver a su ex seguir adelante tan rápido. Te cuento esto como una cortesía entre mujeres: lo nuestro no es solo para las cámaras. Sebastián y yo… somos algo real.

Esperó la reacción. Un silencio helado. Luego, un susurro apagado:
—Gracias por avisarme.

Colgó antes de que Valentina pudiera decir más.
Clara se recostó en el sofá, sonriendo.
—Querida Valentina… si crees que voy a dejar que regreses y arruines todo lo que he construido, estás muy equivocada.



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En el texto hay: amor, relaciones fingidas

Editado: 14.08.2025

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