Todas las voces en mi cabeza dicen que no hay garantías que debería de parar…. De abandonar…. Una causa que tal vez está perdida que a lo mejor nació muerta… y puedo sentir como una espada fría de decepción y tristeza me desgarra por dentro haciéndome sentir que nada ha valido la pena…. Que no hay porque luchar… ya todo se ve en bruma… en pesadez… dejando caer mi mano a un costado…… dándome casi por vencida…
En una era mitológica, en tierras muy lejanas, reinado por seres mágicos y únicos, de entre muchas familias hechiceras habitaba en el pueblo una en particular conformada por una pareja de esposos, Tarot Rotwousky, Mica Rotwousky, sus tres hermosas hijas trillizas aunque totalmente diferente una de la otra de tan solo cinco años Su, Po y Val, (Su mayor por 3 minutos de diferencia), pensando que Mica ya no podía tener más hijos la vida los sorprendio con uno mas, trayendo al mundo a su único hijo varon y mas pequeño miembro de la familia Tot. Eran parte de un pueblo tranquilo y alejado de casi todo llamado Callawey, ni muy conocido ni muy sonado por casi nadie, muy lejos de Mistucc la cual era una de uno de los lugares de vanguardia en hechicería, todo aquel excelente para el arte de la magia vivía ahí, un lugar glamuroso y sofistificado para su época; habitada por excelentes hechiceros y uno que otro no tan bueno, iluminada con grandes luces de diversos colores que flotan por los aires en las noches, un lugar que nunca descansaba. Tarot provenían de Mistucc lugar en el cual conocio a su esposa Mica, pero cansados de la vida tan acelerada y llena de vanidad entre otras cosas, decidieron que para iniciar con una familia deberían de abandonar sus vidas en el mágico y acelerado lugar, y comenzar de cero; de entre todos los lugares decidieron vivir en un pueblo llamado Callawey dado lo poco conocido que era el lugar, era su mejor opción, ya que era un pueblo tranquilo y alejado. Callawey proveía de trabajo y se vivía con lo necesario, nada de cosas vanidosas, todo en ese lugar era lo opuesto a la gran Mistucc. Con su basta experiencia en magia Tarot comenzó a impartir clases en la escuela local, dado su conocimiento extenso en magia, el director de la escuela, amigo cercano de Tarot decidió otorgarle la clase para enseñar el arte de la magia obscura. Tarot no lo mencionaba nunca pero en su juventud fue un hechicero muy conocido en Mistucc, pertenecia a una de las familias con mucho poder de aquel gran lugar; el único en conocer ese pasado era el director de la escuela y viejos amigos de la juventud; conocedor de todos los hechizos buenos y malos Tatot preferiría el anonimato por razones personales, él era perfecto para enseñar el arte de la magia obscura o almenos así lo pensaba su viejo amigo, ya que podría sabiamente enseñar a sus estudiantes a saber mantener el equilibrio entre lo bueno y lo malo. El director de la escuela estaba muy contento de tenerlo entre sus maestros.
Tarot era un hombre de 1.90 de alto, cabellos rojizos, una espesa barba, tez blanca, de ojos verdes y profundos, si lo observabas detenidamente a veces podías descubrir una mirada muy triste, se podía notar que una pena muy grande invadía su corazón, pero esa percepción era desvanecida por una enorme sonrisa saliendo de sus labios; por el contrario su esposa Mica era una mujer que pertenecía a la raza de los elfos, de 1.70 de alto, cabellos largos profundamente negros, con una mirada muy bondadosa, de ojos grandes azules, una tez más blanca que la nieve, y sus orejas puntiagudas, clásico elemento de su raza; dedicada a su familia con mucho amor, con una vocación por servir a los demás, decidió abrir una tienda de plantas mágicas, las cuales tenían la función de curar casí cualquier hechizo maligno o enfermedades físicas; por su decendencia de la raza de los elfos era una especialista en botánica mágica, conocía todas las plantas y flores con las cuales se podría preparar hechizos en una forma natural, no perdía el toque de sus antepasados, esa magia antigua que le daba todo el potencial, para sacar lo mágico de cada planta, a todo esto sumar que la magia de los elfos era distinta a la de otros seres mágicos, eso le daba un toque distinto a todo lo que hiciera. Cada uno de los habitantes provenientes de cualquier pueblo o lugar mágico contaba con algún talento especial, es decir a parte de la magia nacian con un don en específico, había personas con dones realmente sorprendentes y había otras no tan sorprendentes, era un poder muy propio de esa persona que lo hacía única entre todas. Sin embargo no todos contaban con la habilidad de explotar ese don al cien por ciento, solo algunos cuantos.
Entre los Mitos nombrados así a los habitantes hechiceros como Tarot, no importando su origen tenían una creencia, se decía que cada persona al unirse con otra en unión conyugal, los hijos que traían al mundo solían heredar las cosas buenas y las cosas malas que la familia llevaba consigo, no cosas físicas sino cosas mágicas buenas o como ya dijimos malignas; algunas situaciones que tendían a repetirse eran las cosas no concluidas por los antepasados de las familias; las situaciones no concludias podía venir a buscar su desenlace con las nuevas generaciones, para poder cerrar círculos y poder rectificar sus culpas. Las nuevas generaciones llegadas a ser tocadas por los pendientes de sus antepasados, no tenían el poder de decidir si prevalecería lo bueno o lo malo que les acechaba por venir, es decir si concluir lo solicitado por sus antepasados de una buena manera o seguir condenados a repetir por generaciones lo no rectificado, ya que muchas veces eran seguidores de ciertas cosas inconcientemente, buenas o malas; un poder interior que a veces los hacía comportarse de cierta manera, aunque ellos quisieran hacerlo de otra.