Nunew supo antes de abrir sus ojos, que Zee se había marchado, además de no sentir la cama aplastada con el peso del cuerpo de Zee , Nunew sentía frío.
Zee lo había mantenido caliente durante toda la noche, con sus fuertes y grandes brazos envueltos alrededor de él. Al abrir los ojos, se dio la vuelta al otro lado de la cama. Todavía podía oler el aroma de Zee en la almohada bajo su cabeza y sentir el calor persistente dejado por su cuerpo en las sábanas. Cuando Nunew se enroscó alrededor de la almohada y respiró hondo para tomar más del olor de Zee, se preguntó cuánto tiempo le había tomado a Zee el recoger sus cosas e irse. Además del olor que dejó atrás, no quedaba nada en la habitación que le dijera que Zee había estado allí. Nunew giró la cabeza, mirando el oro y la plata de su anillo de bodas. Rodó sobre su espalda, sosteniendo su mano delante de su cara. Movió la mano sólo un poco hacia atrás y hacia adelante, viendo la luz brillar en la sortija. Realmente era un hermoso anillo. A él le encantó desde el momento en que Zee se lo dio. No quería que saliera nunca de su dedo. Quitárselo era como admitir que su matrimonio había terminado. Pero, tal vez había llegado el momento.
—Después de todos los problemas que pasé para conseguir ese anillo, Liebling, ciertamente espero que no estés pensando en quitártelo —dijo una voz profunda detrás de él.
Nunew rápidamente dio la vuelta y se sentó. Se echó hacia atrás apoyando sus manos en la cama mientras miraba a Zee en estado de shock. Éste se apoyó en el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho. Parecía algo casual, cómodo, algo que Nunew definitivamente no sentía.
— Zee —susurró Nunew. Su corazón martilleaba en su pecho. Esperaba que Zee se hubiera ido, para no verlo nunca más. Su mente no podía comprender por qué aun estaba en su dormitorio.
—Bueno, al menos te acordaste de mi nombre esta vez. — Zee se rio entre dientes mientras caminaba por la habitación directo hacia la cama.
— Zee, ¿qué...? Las palabras Nunew quedaron atrapadas en la garganta, cuando Zee se sacó su ropa, dejándola caer al suelo. Nunew se sentía demasiado aturdido para moverse cuando Zee se arrastró sobre la cama, moviéndose lentamente hacia él hasta que se colocó entre sus piernas.
—¿Qué estás...?
—Yo tenía algo que ir a cuidar, pero ahora estoy de vuelta, Liebling — Zee le susurró mientras se inclinaba para besar a Nunew.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Nunew con confusión.
—Tú estás aquí. ¿Dónde más podría estar? — preguntó Zee mientras besaba la mejilla de Nunew hasta su mandíbula, dejando un rastro de besos en su camino. Las manos de Zee le acariciaban la piel y jaló la sábana alrededor del cuerpo escondido de Nunew.
Nunew estaba muy confundido. Zee se comportaba como lo hizo la noche en que se casaron. Nunew no se quejaba, pero él no entendía por qué actuaba de esa manera. Lo último que recordaba con claridad era a Zee exigiéndole que admitiera que no estaban casados. Después de eso, el resto de la noche había estado llena de placer sin sentido.
— Zee, espera —dijo Nunew mientras empujaba su cabeza—. ¿Qué está pasando? ¿He estado bebiendo otra vez?
—Oh no, Liebling. Si tengo algo que decir al respecto, nunca tocarás el alcohol de nuevo. Quiero que recuerdes cada momento que pasemos juntos. — Zee se rió entre dientes mientras trataba de inclinarse para besar a Nunew de nuevo.
—¡Zee! ¡Alto! —gritó Nunew. Él puso sus manos sobre el pecho del hombre y empujó.
Zee se detuvo, moviéndose otra vez hasta que estuvo a su lado, la cabeza apoyada en su mano. Él mantuvo su otra mano en el pecho de Nunew, acariciándolo suavemente como si no pudiera soportar romper el contacto con él.
—Estoy tan confundido, Zee. Por favor, dime lo que está pasando —le rogó desesperadamente Nunew.
—Bueno, Liebling, es muy simple. En algún lugar alrededor de las 3:00 am, me convencí de que sería mejor si nos casáramos. Nosotros tenemos algo especial juntos, y yo sería un estúpido si renunciara a ti.
Nunew miró por encima del hombro de Zee hacia el reloj de la mesilla de noche. No eran más de las 6:00 pm — Uh, ¿Zee? Son sólo las seis.
ES EVIDENTE QUE ZEE HA PERDIDO EL JUICIO.
—Oh, bueno, quería decir las 3:00 am, hace tres meses, Liebling — Zee respondió.
—Pero, ahí es cuando nosotros...
—¿Nos casamos? Lo sé.
—Yo no... entonces ¿por qué...? ¿Si querías esta casado por qué...? No lo entiendo, Zee—susurró Nunew con lágrimas en los ojos mientras pensaba en la posibilidad de que Zee estuviera siendo cruel con él de nuevo.
—Ven aquí, Liebling, y te lo explicaré —ordenó Zee abriendo los brazos para él.
Nunew se le quedó mirando por dos segundos antes de rodar y apoyarse contra su pecho. Su cabeza descansaba sobre el brazo de Zee. Él se mordió el labio inferior con nerviosismo, y alzó los ojos para mirar los de Zee.
—Lo primero que tienes que entender es que estamos casados y vamos a seguir casados —dijo Zee cuando llegó a la mesa de noche y agarró un gran sobre de papel manila.
Nunew reconoció de inmediato el sobre que había utilizado para enviar los documentos de la anulación, firmados a Zee. Su corazón se quedó en algún lugar de la boca del estómago mientras miraba a Zee abrir el sobre. Un momento después, su boca se abrió en estado de shock cuando Zee abrió el sobre y le dio la vuelta, derramando una gran pila de papeles triturados en el pecho de Nunew antes de tirar el sobre encima de su hombro.
Nunew tomó un par de hilos de papel, levantándolos con curiosidad. —¿Qué es esto?
—Nuestros papeles de anulación —dijo Zee, su voz no sonaba tan feliz como hacía un momento.
—Pero... —dijo Nunew, más confundido ahora que hace unos momentos. ¿Zee había destrozado los documentos de anulación? ¿Por qué? Nunew no podía permitirse el lujo de pagar para modificarlos otra vez si se los enviaba de nuevo—. Zee, si me envías estos documentos de anulación una vez más, no los voy a firmar.