Las manos de Nunew se sentían húmedas mientras esperaba en la sala de la brigada a que Zee fuera procesado. El jefe le había explicado a Nunew que eso no debía tomar más de una hora. Ellos estaban siendo tan rápidos como podían, pero no eran lo suficientemente rápidos como Nunew quería.
En primer lugar, Zee nunca debería haber sido puesto en esta posición. El Senador Perdpiriyawong tenía mucho de que responder y él lo pasaría mal si Nunew tenía algo que decir al respecto. No tenía derecho a interferir en la vida de nadie de la manera que lo hizo, ni siquiera en la de Nunew. Ni siquiera se le debería permitir al hombre estar en la política. Él había hecho demasiado daño. Nunew sólo esperaba que fuera obligado a pagar por ello.
Una conmoción repentina a un lado de la sala captó el interés de Nunew y se llevó los pensamientos de su padre. La gente parecía estar corriendo alrededor como ratas en una jaula. Podía ver al jefe y al alcalde a través de una ventana de cristal gritándole a alguien. Miró a Net para ver si sabía lo que estaba sucediendo, pero el hombre sólo se encogió de hombros. Nunew se giró cuando se abrió la puerta detrás de él, sorprendido cuando el jefe le hizo un gesto.
El corazón de Nunew latía en su pecho mientras se levantaba de su silla y se acercaba al jefe, Net justo detrás de él. La mirada ácida sobre el rostro del jefe envió ondas de pánico a través de Nunew.
-Ha habido un problema, Sr. Panich.
-¿Un problema? -repitió Nunew-. ¿Dónde está Zee?
-Si usted pudiera entrar... -dijo el jefe. Dio un paso atrás e hizo un gesto a Nunew para que entrara en la pequeña oficina. Nunew caminó dentro.
Cuando Net trató de seguirlo, el jefe levantó la mano. -Por favor, sólo el Sr. Panich.
-Yo soy el guardaespaldas del Sr. Panich -declaró Net simplemente-. Voy a donde él va.
-Usted puede mirar por la ventana por ahí -el jefe señaló la misma ventana por la que Nunew había estado observando.
-Yo voy donde va Nunew -declaró Net otra vez.
El jefe miró como si quisiera discutir y luego asintió con la cabeza y le indicó a Net que entrara a la oficina. Nunew observó mientras cerraba la puerta detrás de él y se acercaba al lado del alcalde.
-¿Qué está pasando? ¿Dónde está Zee? - preguntó Nunew. Una sensación muy mala le llenaba. La expresión que veía en los hombres frente a él no presagiaba nada bueno. Nunew podía sentirlo en sus huesos.
-Por favor entienda, señor Panich, cuando llevaron a su marido a la celda por haber secuestrado y asaltado a un joven. Él...
-Ya hemos explicado eso -dijo Nunew. Podía sentir el mismo movimiento hacia el borde de la histeria-. Yo soy el mismo Nunew Perdpiriyawong por cuya agresión ha sido arrestado Zee. Todo es un engaño elaborado por mi padre para desacreditar a Zee.
-Sí, entiendo que todos los cargos en contra del señor Panich han sido retirados -dijo un hombre.
Nunew supuso que era el alcalde. Se veía como un alcalde, vestido como estaba en un elegante traje azul oscuro. Nunew podía imaginarlo besando bebés.
-Entonces, ¿Dónde está mi marido?
-Al parecer, cuando el Sr. Panich fue colocado dentro de la celda, se filtró el motivo por el cual lo habían arrestado. Cuando el señor Panich fue colocado en una celda con otros hombres, parece que se encargaron de darle la justicia que sentían que se merecía por agredir a un niño.
Nunew sintió que el mundo dejaba de existir debajo de sus pies. Su vista se nubló. Nunew sintió unos fuertes brazos que lo atraparon justo cuando sus rodillas cedieron y comenzó a deslizarse hacia el suelo.
-Joder, hombre, ¿no crees que podrías haber sido un poco más delicado cuando se lo dijiste? -gritó una voz en el oído de Nunew.
Nuenw habría respondido, pero su cuerpo no parecía querer trabajar.
-Los médicos están revisándolo ahora y me han asegurado que sus heridas no amenazan su vida.
¡ZEE ESTÁ VIVO! El corazón de Nunew empezó a latir de nuevo en el momento en que esas palabras se filtraron a través de la angustia que se arremolinaba a su alrededor.
Zee estaba vivo. Nunew necesitaba llegar hasta él para ver por sí mismo que su marido estaba vivo. Nunew empujó las manos de Net y se levantó. Miró ferozmente a los tres hombres en la habitación. Parecía que ellos miraban a todas partes menos a Nunew.
-¿Dónde está mi marido? -retumbó Nunew-. ¡Quiero verlo ahora mismo!
-Sr. Panich...
-¡Ahora! -gritó Nunew-. O que Dios me ayude, voy a tener el trabajo de cada hombre en esta sala y si no creen que pueda hacerlo, ¡pónganme a prueba! Voy a mantener este departamento tan atado en un litigio que hasta sus nietos necesitarán un abogado.
-Ahora, señor Panich -comenzó el alcalde-. Estoy seguro de que no hay necesidad de eso.
Las cejas de Nunew se juntaron en un ceño fruncido. -¿No hay necesidad? ¿No hay necesidad? En primer lugar, no investigaron las denuncias en contra de mi esposo, entonces lo detuvieron. Luego, sus oficiales lo golpearon cuando trató de evitar que me golpearan, y ahora me está diciendo que ha sido asaltado mientras estaba en custodia policial. - Nunew movió su mano hacia la puerta-. ¿Quiere que vayamos a ver a los periodistas que esperan fuera y les pregunte si hay necesidad?
- Nunew.
-¿Qué? -gritó Nunew cuando se dio la vuelta para mirar a la persona detrás de él. Pensó que era Net, hasta que vio la forma de torre en la puerta. Se quedó mirando, sin poder creer lo que veía hasta que Zee salió a la luz.
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-¿Has estado causando estragos, Liebling?
- Zee - Nunew susurró mientras corría por la habitación y se arrojaba en brazos de Zee, que gruñó por el impacto.
Nunew rápidamente dio un paso atrás, moviendo las manos sobre el cuerpo de Zee en busca de daños.
-¿Estás bien? -preguntó Nuenw-. Dijeron que habías sido herido.