Subterfugio

3 - Ihsahan – 2

El puente de mando tenía un pasillo que lo llevaba hacia el capitán, a sus lados estaban todos los tripulantes encargados de la navegación, una docena de astromechs y varios guardias de turno. Nadie cruzó su mirada. Se detuvo junto al capitán, que miraba la hiperlane con detenimiento. El hombre dejó el lugar para él, ya que estaba en el centro exacto de la ventana. Ihsahan miró hacia el frente para que la nave saliera de la hiperlane. Un holograma de su maestro apareció en el monitor en ese mismo instante.
“Aprendiz, aquí estamos.” Dijo divertido Tharan. “He elegido a uno de nuestros mejores capitanes para tu misión. Lo necesitamos de vuelta, así que deberías traérmelo en una sola pieza.”
“Es un honor servir al Imperio, milord.” Dijo con orgullo el hombre.
“Ahora entrarán en la atmósfera de uno de los satélites de un gigante de gas, todo parecerá de manual, así que no deberías esperar demasiado por nuestros amigos de la República.” Agregó al aire Tharan. “Como todos bonachones abordaran la nave para arrestar a todos, pero ahí estarás tú para proteger los intereses del Imperio.”
“Entendido.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Por otro lado, quiero nombrarte un poco de la operación que estás protegiendo.” Dijo con prestancia Tharan. “El Imperio está construyendo su nueva nave de batalla, esto traerá fin a la guerra, ya que la República tendrá que elegir entre perder planetas o rendirse. Estos Desoladores son una obra de ingeniería magnífica. El capitán puede darte algunos detalles.”
“Entendido, milord.” Dijo con prestancia el capitán.
“Espero buenas noticias, aprendiz.” Dijo sonriente Tharan.
La comunicación se detuvo mientras ellos descendían en el azulado satélite. Este parecía ser mayormente agua, ya que desde la órbita no pudo ver nada más que nubes y agua.
“Milord, este satélite se llama Pursan-27 y es el único con atmósfera habitable en órbita a Pursan.” Empezó con seriedad el capitán. “Estaremos preparados para el combate en pocos minutos.”
“Solo necesito que se corran de mi camino, capitán.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Entendido, milord.” Dijo con seriedad el capitán. “Por otro lado, me gustaría darle algunos detalles de esta misión. Yo he sido el capitán de la nave con carga en todas las ocasiones que hemos transitado este sistema, así que tengo la experiencia que necesita.”
“¿Qué estamos construyendo?” Preguntó con severidad Ihsahan.
“Ah, una belleza.” Dijo sonriente el capitán. “Algo que cambiará la galaxia para siempre. Los prototipos solo han sido eso, escalones para la perfección. Un desolador acabará con un planeta en segundos. La ciencia que implica está demasiado compleja para mí, pero tengo entendido que lo mismo que mueve estas naves puede enfocarse para otras funciones.”
Ihsahan estaba impresionado.
“El Imperio va a aprovechar nuestro esfuerzo en el futuro.” Terminó el capitán cuando empezó a caminar.

El sith se sentó a meditar en la cubierta de la nave, el viento sacudía su capucha sin cesar. Se perdió en su soledad, en el abandono, en su ira. Abrió los ojos para notar la nave detenida. Detrás de él había media docena de soldados listos para pelear. En el horizonte, un grupo de naves venía hacia ellos. Dos cazas se separaron para disparar directo hacia ellos. Ihsahan sabía que nada iba a tocarlo, pero detrás de él había dos soldados. Desvió los poderosos disparos con su sable, aterrizando cerca de la puerta.
“No voy a volver a protegerlas.” Dijo con severidad para que las militares se resguardaran en la nave.
Detrás de él, una nave de transporte de tropas aterrizaba del otro lado de la cubierta. Un grupo de seis personas salieron de la nave para correr hacia él. Ese era el famoso Escuadrón Alfa, ya los había visto en acción y nunca lo habían impresionado. El líder no era otro que el Caballero Mathos Krishu, el famoso jedi que trabajaba directamente la República. El primer disparo del francotirador no se hizo esperar. No hizo nada para evitarlo, ya que no iba a tocarlo. Un droid rodó hacia él con prestancia. Parecía una esfera de metal y rodó hasta quedar a un metro de él. Sus manos estaban armadas con picanas y tenía un lanzador de redes en el pecho. Su metal era peculiar y estaba pintado con los colores de la República. El francotirador se movió a un lado para tenerlo a la vista, el segundo disparo pasó a tres centímetros de su cara, sorprendiendo a un gigantesco wookiee que estaba listo para pelear con su extraña lanza de dos filos, ya que no se movió en lo más mínimo para esquivarlo. Un soldado tenía un rifle apuntado hacia él y su armadura tenía los colores de la República, sus detalles eran naranjas. Detrás de estos dos había una twi’lek, su armadura tenía detalles verdes y él sabía que era la médica. Mathos se detuvo a un paso de él. Debajo de su túnica tenía una agrisada armadura de combate. Unas luces asomaban de sus guanteletes y su azulado sable ya estaba encendido en sus manos.
“Jefe, esta vez tenemos una sorpresa.” Dijo el soldado del rifle mientras el wookiee gritaba detrás de él.
Ihsahan reconoció el famoso grito de batalla de la República.
“¿Se supone que ustedes son los héroes de la historia?” Preguntó en voz alta el sith. “¿Por eso rompen el Tratado?”
“¿Eso es lo que te importa ahora, Imperial?” Preguntó con seriedad Mathos.
Ihsahan conocía cada uno de sus nombres, pero no era algo que importara.
“Conozco esa máscara…” Dijo la médica.
“Es la máscara de Mandalore.” Completó con prestancia Mathos. “¿Quieres aterrorizarnos con ella? ¿Con el rojo?”
“Están todos arrestados en el nombre de la República.” Dijo con su mecánica voz el androide.
“Tengan mucho cuidado, compañeros, este hombre parece ser un sith, pero no puedo sentirlo a través de la Fuerza.” Dijo con heroísmo el jedi.
La pelea empezó con la médica volando hacia el abismo. Ihsahan solo tuvo que mover un poco su mano para que saliera despedida hacia uno de los lados. Mathos saltó directamente a su rescate mientras el droid se lanzaba hacia él. Su sable chocó contra su escudo ruidosamente mientras la lanza del wookiee caía sobre él. La detuvo con su mano desnuda para luego dar un giro, que terminó con su sable chocando contra la lanza. Esta parecía poder resistir su poder, pero no iba a durar para siempre. Cerró los ojos para concentrar su ira, nadie pudo ver el rojo de sus ojos. Su mano izquierda emanó un poderoso relámpago que terminó quemando al soldado del rifle. Este cayó convulsionando al suelo mientras esquivaba el disparo del francotirador con medio paso hacia un lado. El cadáver humeante del soldado enfureció a sus amigos, especialmente al wookiee, que perdió toda la cordura para lanzarse al ataque, interponiéndose entre él y el droide. Mathos todavía estaba rescatando a la médica. Ihsahan saltó directamente hacia el francotirador. El tirador se movió a un lado con un salto mientras cortaba un lado de la nave, dentro había un piloto y dos guardias. Dejó la granada caer para empujar con su telequinesis al tirador. Este cayó gritando por el borde de la nave mientras Ihsahan sentía que tenía que moverse del lugar. Saltó a un lado para ver explotar la nave por los aires. Iba a tener que felicitar a Vitti, ya que la explosión había destruido por completo a su objetivo. Mathos gritó en la distancia mientras el detenía en el aire al droide, su relámpago quemó cada milímetro del robot para luego caer chamuscado al suelo. Mathos caía sobre él con su sable apuntado a su cabeza. Su sabe lo detuvo mientras veía correr a la médica hacia el soldado, sus esfuerzos eran en vano. El wookiee, que era fuerte, pero lento, llegó corriendo para intentar embestirlo, en cambio, embistió a su capitán. Ambos rodaron por la cubierta, lentamente llegando hasta el borde. El wookiee salvó al jedi mientras él caminaba hacia la médica. Esta ya no estaba revisando a su amigo, en cambió estaba preparando sus blasters. Los disparos nunca lo tocaron. Su ahorque la mantuvo en el aire mientras esquivaba un ataque del jedi, que cada vez usaba ataques más desesperados para intentar proteger a sus amigos. Su desesperación iba a ser su caída. Ihsahan iba a matar a todos sus compañeros ante sus ojos. Su mano izquierda sostenía a la twi’lek mientras su sable repelía los ataques de Mathos. Sus pasos eran rápidos y precisos, pero nada parecía afectar al sith. Mathos gritó cuando escuchó el cuello de la médica romperse. Su cuerpo aterrizó sobre el wookiee. Este gritó su nombre en su idioma natal mientras ellos intercambiaban golpes. La máscara de Ihsahan aterrizó sobre la nariz del jedi, rompiéndola por completo. Su puño izquierdo, impulsado por su bakuuni, rompió la mandíbula de su adversario, que cayó de cara en el suelo. Ihsahan tuvo que esquivar los embates del wookiee por unos momentos para recuperar su postura. Repentinamente, dio medio paso al costado para esquivar el arma de su adversario mientras atacaba hacia arriba, cortando un brazo de su oponente. Mathos se puso de pie para ver la cabeza de su amigo caer al suelo. Gritando, el jedi saltó hacia él para recibir una patada en las costillas. Escupiendo sangre, recobró la postura mientras intercambiaba una mirada con su adversario.
“¡Sith!” Gritó furioso el jedi.
“No sabes qué hacer con esa ira, jedi.” Dijo con severidad Ihsahan. “¿Qué se siente ver a tu escuadrón morir frente a tus ojos sin que esa Fuerza que veneras haga algo al respecto?”
Mathos apretó su sable para lanzarse al ataque, estaba usando Ataru en su máximo esplendor. Sus ataques eran rápidos e interminables, Ihsahan podía sentir su odio en el aire. Lo que Mathos no sabía era que él también podía usar esa forma. Mathos saltó para atacarlo con su sable mientras lanzaba una patada. Sus sables chocaron mientas el sith recibía la patada con su pecho, como si nada lo afectara. El jedi giró para hacer un ataque amplio que fue desviado por un contraataque. La patada del sith hizo rodar por el suelo al jedi, que terminó chocando contra una de las pocas guardas que había en el casco de la nave.
“Vas… a… esconderte bajo esa máscara…” Dijo cansado Mathos. “Quiero ver la deformada cara de mi enemigo.
Ihsahan se quitó la máscara para colgarla en su cinturón. Sus ojos verdes se posaron sobre Mathos, que tuvo que apretarse la cara por el dolor que sentía. El jedi no podía esconder su sorpresa.
“¡Shin!” Gritó mientras se ponía de pie. “¿Cómo mierda puedes haber caído al lado oscuro?”
“¿Ahora recuerdas ese nombre, Mathos?” Preguntó al aire el sith mientras caminaba lentamente hacía su adversario.
“Yo sabía que ibas a ser un problema, Shin.” Dijo Mathos mientras miraba hacia un lado.
El jedi empezó a retroceder mientras buscaba algo que lo salvara.
“Como puedes haber caído tanto…” Agregó mientras dejaba escapar una sonrisa.
“¿Caer? No sabes de lo que hablas, Mathos. Nunca has perdido nada, nunca has arriesgado nada.” Dijo con seriedad Ihsahan. “¿Dónde está el aire de superioridad que siempre has tenido?”
“Eres nada, Shin. ¡NADA! Ya todos se olvidaron de ti, ni tu maestra te recuerda.” Dijo enojado Mathos.
Una nave apareció a un lado de ellos mientras dos cazas pasaron disparando sobre él, pero el sith desvió los disparos con su sable mientras caminaba hacia el jedi. Mathos dejó escapar una sonrisa mientras saltaba hacia la nave de tropas. La granada pasó a su lado para destruir la nave por completo, el jedi terminó rodando por la cubierta.
“Nadie va salvarte, Mathos.” Dijo con severidad Ihsahan mientras se ponía su máscara.
Los restos de la nave llovían sobre ellos. El jedi saltó con todas sus fuerzas para derrotarlo. Ihsahan bloqueó el ataque como si fuera liviano. Sus caras se enfrentaron por un segundo. El jedi estaba lleno de ira, pero para un jedi eso era un problema. Ihsahan giró para dejarlo pasar mientras lanzaba un ataque lateral que fue bloqueado por el jedi. Sus fuerzas se desvanecían, el sith podía sentir la debilidad en su oponente.
“¿Cómo puedes ser tan poderoso?” Gritó ofuscado Mathos mientras caía de rodillas en el suelo. “Nunca fuiste más que un padawan sobrevaluado…”
Ihsahan dio un rápido ataque hacia adelante, la cabeza de Mathos cayó pesadamente a su lado. Todo había terminado.



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Editado: 14.04.2023

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