Subterfugio

5 - Ihsahan – 3

El archipiélago lo recibió con una columna de humo en una de las islas más pequeñas. La nave de tropas estaba incendiada en la costa y parecía que alguien más estaba en el planeta. La otra nave no podía tener más de tres o cuatro tripulantes. Su caza aterrizó junto a la del Imperio justo para escuchar sonido a batalla. Los disparos venían de un pequeño bosque que había en la isla de al lado. La marea permitía cruzar entre las islas a pie. Las marcas en la arena llevaban hacía allí. Ihsahan caminó hacia el bosque para encontrarse con un soldado del Imperio corriendo por su vida, disparando su blaster hacia atrás sin apuntarle a sus perseguidores. El sith repelió los disparos de los perseguidores mientras se enfrentaba a ellos. Eran dos mandalorianos, sus armaduras brillaban en la penumbra del pequeño bosque. Ambos tenían sus armas apuntadas a él. Ihsahan pudo ver al otro par de soldados en la distancia. Uno estaba colgado de la rama de un árbol y la otra estaba atrapada en una red contra una roca.
“Soldado, rescata a tus compañeros.” Dijo con firmeza Ihsahan.
“Enseguida, milord.” Gritó el soldado para esquivar con cuidado el lugar donde estaban.
“Vaya, vaya… parece que nuestra información era más grande de lo que creíamos…” Dijo uno de los mandalorianos.
Su armadura era verde y tenía ambos blasters apuntados a él.
“¿Esa es la máscara de Mandolore?” Preguntó asombrado el otro.
Su armadura era blanca y tenía detalles dorados.
“¿No era dorada?” Preguntó el de verde.
“¡A quién le importa!” Gritó el de blanco para saltar al ataque.
“Ke'pare!” Gritó el segundo para intentar detener a su compañero.
El mandaloriano salió disparado con su jet directo hacia a él mientras una electrificada cuerda intentaba atraparlo. Su sable la cortó con facilidad para luego bloquear la cuchilla de su armadura con su antebrazo. El dolor es poder. Su patada golpeó la armadura con fuerza mientras que su otro adversario cambiaba de ángulo para poder dispararle. Su sable marcó muchas veces la resistente armadura de su oponente. Su sangrante antebrazo chocó contra el pecho de su rival para mancharlo con sangre, el mandaloriano estaba usando su lanzallamas para intentar alejarlo de él. Ihsahan hizo media vuelta para quedar detrás de su enemigo, anulando la vista del otro. El segundo cambió de arma para apuntarle con sus muñecas. Miles de pequeños misiles salieron directo hacia él mientras el de blanco saltaba hacia atrás. Ihsahan apretó su mandíbula para liberar todo su dolor en forma de un poderoso relámpago, destruyendo los pequeños misiles con facilidad. Cuando iba a apuntárselo a su oponente, el mandaloriano de blanco lanzó una granada a sus pies. Esta estalló instantáneamente, cegándolo por completo. El sith repelió todos los disparos a ciegas para terminar enfrentado con sus enemigos.
“¿Qué clase de sith es este?” Preguntó enojado el de verde mientras cambiaba al rifle que tenía en su espalda.
“Sith… ¿Por qué paseas con esa máscara? ¿Quieres ganarte a todos los clanes de enemigo?” Preguntó el de blanco.
“Sus clanes son irrelevantes, cazador.” Respondió con seriedad Ihsahan. “¿Quién los envió a este planeta?”
El de blanco levantó dos blasters hacia él.
“Si le dieron la máscara de Mandalore…” Dijo ofuscado el de verde.
“No pienses en eso, con esa máscara podríamos unir a los clanes… recobrar el honor perdido.” Dijo ofuscado el de blanco.
Ihsahan saltó hacia adelante entre una lluvia de plasma. Su espada marcó diagonalmente la armadura de su oponente, que apenas pudo moverse de su camino. El sith sabía dónde tenía que cortar. El de blanco se percató de esto y saltó hacia atrás con su jet para esquivar la barrida que había lanzado. El de verde recibió su relámpago de lleno. Ambos vieron al mandaloriano humear mientras caía al suelo crepitando con electricidad. El de blanco aterrizó en el suelo para salir disparado hacia él. Ihsahan hizo medio paso al costado mientras atacaba hacia abajo. El mandaloriano cubrió el golpe con su guantelete, dando un contragolpe hacia arriba. Ihsahan ahorcó con la Fuerza a su enemigo, que empezó a patalear en el aire. Su mano giraba lentamente como también el cuello de su enemigo, que terminó golpeando un árbol, ya que tuvo que soltarlo para esquivar el ataque del mandaloriano de verde, este no había muerto todavía. Humeando, el de verde nunca dejó de disparar hacia él. Ihsahan repelió los ataques notando que el mandaloriano apenas podía moverse, el otro, en cambio, estaba poniéndose de pie rápidamente. Ihsahan miró su sable para modificar su filo, subiendo su intensidad al máximo. El rojo pintó sus alrededores mientras los mandalorianos se preparaban para atacar. La primera granada fue desviada hacia el de verde, este poco pudo hacer para esquivarla. Ihsahan se lanzó al ataque, marcando en diversos lugares a su oponente. Danzando a su alrededor, su sable empezó a calentar los lugares que tocaba repetidamente. El sith aprendió cuantos golpes necesitaba para penetrar el beskar, siete. Su sable se enterró profundamente en el tórax de su oponente, que cayó muerto en el suelo. Seguido, caminó hasta el de verde, que estaba inconsciente en el suelo. Su sable perdió estabilidad por un segundo, pero pudo rematar al mandaloriano con él. Acomodó la potencia de su sable mientras los soldados aparecían en el lugar. Una mujer estaba muy lastimada y los otros dos la estaban ayudando a moverse.
“Milord, excelente trabajo.” Dijo el que había rescatado primero.
“Quiero esas armaduras.” Dijo con seriedad Ihsahan. “¿Falta alguien más?”
“No, señor.” Dijo la mujer mientras intentaba ponerse de pie. “Nos tomaron por sorpresa.”
“No debería haber nadie en este planeta.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Volverán en su nave para que sea analizada por Inteligencia.”
“Enseguida, milord.” Dijo otro de los soldados.
Ihsahan caminó hasta la nave, esta era una Delaya bastante antigua. Su telequinesis abrió la rampa para dejarlo pasar. Dentro encontró lo que parecía ser una barraca. Evidentemente dos personas vivían en esa nave. Llegó a la cabina para revisar el comunicador. Un holograma apareció para dar el mensaje, este era Mathos. El holograma habló del sector y de su importancia para la República, pero nunca nombraba que estaban buscando. La República todavía no sabía que estaban buscando, pero ya los habían encontrado en el sistema, aunque nadie iba a enterrase de ello. Los soldados llegaron con las armaduras para dejarlas frente a la rampa.
“No toquen nada, parece que la República está copiando nuestras tácticas.” Dijo con seriedad Ihsahan mientras las armaduras flotaban hacia su nave. “Quiero todo el beskar que encuentren en la nave.”
“Entendido, milord.” Dijo el soldado.
La mujer lo miraba con curiosidad.
“Habla.” Dijo con severidad el sith.
“Lo siento, milord. No soy una experta, pero va a necesitar a un… naur'alor, un experto herrero, para poder hacer algo con ese metal.” Dijo nerviosa la soldado.
“Estoy trabajando en eso, soldado.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Tienen quince minutos para revisar sus heridas.” Agregó para cargar su nave con las armaduras y esperar por los soldados.
Ihsahan tenía mucho trabajo por delante.



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Editado: 14.04.2023

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