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Pilot
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9 de febrero de 2023. Verona, Italy
El aroma a café inundaba ese pequeño apartamento, un rubio de ojos verdes salia del baño recién bañado con el cabello mojado y recién vestido. Llevaba un conjunto de ropa que consistía en unos pantalones beige de corte recto, hechos de un material similar al algodón, con trabillas para cinturón y bolsillos laterales. La camiseta blanca, visible parcialmente debajo de la camisa verde oliva, tiene un cuello redondo y mangas cortas. La camisa verde oliva, con mangas largas, puños abotonados y un cuello, está desabotonada, mostrando la camiseta blanca debajo. Además, hay una correa marrón de su bolso, donde lleva su cámara y un cuaderno. Toma una taza y vierte levemente el café con cuidado de no botar el líquido caliente pues ya le había pasado antes y digamos que la quemadura de primer grado le enseñó que debería ser cuidadoso.
El chico toma el café mientras se recuesta en la mesa de la cocina, Mientras soltaba una maldición en voz baja pues había olvidado llamar a su madre la noche pasada y sabría que estaría muy preocupada y enojada - Mierda! cómo pude olvidarlo - dice mientras hace una nota mental de llamarla más tarde algo que claramente va a olvidar.
Al terminar el café, el rubio da una mirada a su reloj y se da cuenta que va tarde pues tenía que salir a las 8:00 Am pues iría a visitar La casa de Julieta y quería ser de los primeros en estar ahí para tener un momento a solas en el lugar que siempre soñó conocer, pues el rubio siempre había sido un gran fan del amor o bueno del concepto del amor como en los libros aquellos en los que se escribían cartas, se recitaban poemas y las icónicas visitas al balcón en el cual le confesaban su amor el uno al otro a la luz de la luna. El rubio lanzó un suspiro pesado - Como si esas cosas pasarán - Murmuró él con un leve tono entre algo enojado y decepcionado.
Agarró su chaqueta y la bolsa en la que llevaba su cuaderno y una cámara, sus fieles compañeros, tomó las llaves del apartamento y salió corriendo hacia las escaleras, lamentablemente para el chico que no le gustaban los deportes las escaleras de su apartamento eran demasiadas, de ahí el precio tan bajo del apartamento - Dios, siento que un día de estos voy a morir en estas gradas - murmuró el chico de ojos verdes mientras respiraba pesado, Pues su condición física era nula.
Al llegar al final de las gradas, el chico le dio una leve sonrisa a la portera del edificio, mientras salía por la puerta del edificio .
…
Era un día soleado en Verona, Remus Moore se encuentra frente a la Casa de Julieta con una leve sonrisa, un lugar que ha trascendido el tiempo y la ficción. Las paredes de piedra parecen susurrar historias de amor, y el balcón de hierro forjado se alza como un símbolo eterno de pasión.
Remus sube las escaleras hacia el balcón, imaginando a Julieta allí, esperando a su amado Romeo. Las enredaderas trepan por las paredes, como si quisieran abrazar a los amantes desdichados. Las cartas de los visitantes, escritas con palabras de amor y esperanza, llenan los rincones del patio.
Se detiene ante la estatua de bronce de Julieta, acariciando su mano con reverencia. ¿Cuántos corazones rotos han venido aquí en busca de consuelo? ¿Cuántos sueños se han tejido en este lugar mágico?
Remus se imagina a sí mismo como un personaje de la tragedia de Shakespeare. ¿Qué secretos oculta la Casa de Julieta? ¿Qué historias de amor y despedida han vivido entre estas paredes?
El sol se filtra a través de las hojas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en el patio. Remus cierra los ojos y se permite sentir la magia del lugar. Quizás, solo quizás, Julieta también está aquí, observando desde algún rincón invisible.
En esta visita a la Casa de Julieta, Remus Lupín se conecta con la esencia misma del amor y la tristeza una parte de su vida que creyó que nunca iba a volver a sentir. Y mientras se aleja, lleva consigo un pedacito de esta leyenda de amor. Y quizá está vez algo cambie para él, Al final quién sabe quizá conozcas al amor de su vida en este lugar tan hermoso.
Y De Repente...
Remus se sobresalta al chocar con el extraño chico de cabello negro y largo. Sus ojos se encuentran brevemente, y en ese instante, Remus percibe algo inusual en la mirada del desconocido. Hay una chispa de misterio y curiosidad en sus ojos, como si supiera algo que los demás no.
El chico se disculpa rápidamente, su voz suave y ligeramente ronca. -Mi dispiace, non ti ho visto arrivare (Lo siento, no te vi venir)-, dice con una sonrisa. Remus nota que sus dedos estaban llenos de callos, como si hubiera estado tocando una guitarra durante horas.
-Uh.. N-non preoccuparti, anch'io ero distratto - responde Remus con una sonrisa tímida pues su italiano no era tan bueno, sintiéndose intrigado por el extraño encuentro.
-Mmmm…. eres de aqui?- Pregunto el chico de pelo negro, con un acento britanico muy marcado.
*DIOS!!! ese acento* pensó Remus
-No… soy nuevo por aqui, disculpa mi italiano no es tan bueno- Dijo con timidez.
-No te preocupes-
-Oye qué tal si te invito un café? como disculpa por haberte chocado-.
Remus se sorprende por la inesperada invitación del chico. Su mente se debate entre la curiosidad y la cautela. ¿Quién es este extraño y qué intenciones oculta tras esa sonrisa tan linda?
Agradecido por la disculpa, Remus acepta la invitación - E-eh sí claro- dijo el rubio.
Juntos caminan por las estrechas calles de Verona hasta llegar a un acogedor café. El aroma del café recién hecho llena el aire, y el chico elige una mesa junto a la ventana.
-Me llamo Orión Amery -, dice el chico mientras se sientan. - ¿Y tú? por tu acento tan americano se que no eres de aquí-.