Capítulo 63
Hortensia se bajó del auto y fue para el bar. Cucho la esperaba en la puerta del bar. Una vez que se encontraron entraron. Hortensia eligió una mesa pegada a una ventana. Se sentaron y pidieron algo para tomar.
- Bueno, te escucho. Soy todo oído. Vamos por partes. Quiero el nombre de la persona que hirió a Bauzá.
- Eso es fácil – dijo Cucho con aire de superioridad –
- No te hagas el misterioso conmigo y desembuchá que no vine acá a tener una cita con vos.
- Bueno…tranquila. Igual le aseguró que una buena revolcada conmigo no le vendría nada mal…
- Dale, nene. No tengo ganas de darle la mamadera a ningún imberbe como vos. Me vas a contar…sino me voy. Es corta.
- Bueno...bueno...Le cuento. La persona que hirió a Bauzá es Ricardo Cappelli. Es un tipo que estuvo en cana unos quince años por asesinato. El que lo aprendió fue justamente Bauzá. El tipo lo estaba buscando hace rato, pero no veía la forma de poder abordarlo en un lugar que no lo viera nadie o en su propio territorio, y este boludo de Bauzá se metió justo en ese bar que era como la casa de Cappelli. De todos los tipos que estaban en el bar nadie lo iba a botonear. Eso él lo sabía.
- ¿Y cómo sé que es verdad lo que me decís? ¿Y por qué vos si lo entregás? ¿No le tenés miedo?
- Epa…resultó ansiosa, señora…vamos por partes.
- Sí, estoy ansiosa. Dale, contame tranquilo.
- En cuanto como puedo comprobar que es verdad lo que digo…
Cucho tomó el celular y comenzó a manipularlo, una vez que encontró lo que estaba buscando le dio el celular a Hortensia.
- Este video lo hice el día del ataque. Vea con sus propios ojos. Yo no tengo nada que agregar.
Hortensia agarró el celular y en el video se vea claramente el ataque de Cappelli contra Bauzá. Se le veía perfectamente la cara. Con esa prueba era imposible que el tipo no terminara en cana.
- ¡Que tremendo! ¡Que sanguinario! Esos tipos no sirven para nada. Y todos los demás cobardes de alrededor mucho menos. Algunos hasta se reían cuando estaba Carlos en el piso herido. ¡Que hijos de puta!
- Sí, pero ojo que la policía hace lo mismo. Se ríen cuando te cagan a palos o hieren a alguno. Tampoco son santos.
- Ya lo sé. Muchos policías son como estos tipos del video pero con uniforme.
- Exacto.
- Bueno, te estás ganando el dinero que pediste.
- Dejeme que termine.
- Sí, claro.
- La otra pregunta que me hizo… ¿Por qué lo entrego? y ¿Por qué no le tengo miedo? En realidad las dos preguntas tienen la misma respuesta. Ese tipo es la pareja de mi vieja. El muy cobarde la vive cagando a palos, la manda a laburar en la calle, usted me entiende…
- Claro que te entiendo. Es el cafishio.
- Si…y lo odio con toda mi alma. Siempre pensé en matarlo…pero como…usted vio lo que es…es una bestia. Pero ya no le tengo miedo, mi vieja está primero. El tipo apenas salió de la cárcel vino a parar a casa, yo no sé cómo mi vieja le dio cabida.
- Bueno, esas son cosas que uno nunca entiende. Pero pasan. Anda a saber tu madre que momento estaba viviendo.
- Sí. Yo también he pensado así, pero no lo puedo entender.
- ¿Tenés más hermanos?
- Sí, una hermano de doce y una hermanita de siete.
- Y perdóname la pregunta... ¿A ustedes les pega también?
- No…bah…solo al Brayan…es terrible ese pibe…
- ¡Qué tipo cobarde! ¡Qué tipo hijo de puta!
Hortensia estaba totalmente conmovida por el relato de Cucho. Ella que estaba tan lejos de esa realidad, sentía como que ahora el explotaba en su cara. Pensó en Lili, en Abel. Imagino que también ellos podrían haber pasado lo mismo que Cucho. Sus ojos se le llenaron de lágrimas pero su orgullo impidió mostrarse débil ante ese chico herido.
- Bueno, con esta prueba Cappelli va a ir en cana unos cuantos años. Atacar a un policía y de esa forma no le va a salir gratis. No voy a decir que vos me diste el video. No te quiero comprometer. Gracias.
- De nada. Gracias a usted.
- Voy a decir que me lo dio alguien que estaba presente en el bar ese día y que no quiere ser testigo, algunos hilos moveré como para que todo siga su curso. Pero este tipo te aseguro que no jode más por un tiempo. Y ahora… ¿Qué sabes de Abel?
- Y el Abel está raro...yo no sé qué le pasa. Desde que sale con su hija poca bola le da a la gente del barrio. Pero de un tiempo a esta parte viene más, esta como más bueno, pero yo creo que anda en algo.
- Yo pienso lo mismo.
- Esta siempre con la Lili y con un par de pibes medio pesados.
- Si…y algún dato más tenés…
- Sí. Van siempre a una casa que para mí ahí guardan lo que afanan o droga. La gente comenta…
- ¿Y esa casa en dónde está?
- Justo enfrente del bar en que hirieron a su amigo.
- Ah…
- Una noche podemos ir. Va a ver el movimiento que hay…
- Está bien.