Chris abre los ojos, despertó en una cabaña extraña, y mientras Guilian da un gran suspiro de alivio, las primeras palabras que suelta Chris son para preguntar dónde está su espada. Guilian le dice que está enfundada y en la casa del jefe de la aldea, Chris conecta los puntos, alguien le dio el golpe final al ciempiés, y lo llevaron a una aldea dentro del bosque.
Entran a la habitación unas cuantas personas y los rasgos son evidentes, largas orejas, tez blanca, complexión delgada, gran altura y cabello largo y sedoso, ojos brillantes, ellos están en la aldea de elfos. Le dan una muy resumida explicación, le salvaron del veneno de los fluidos del ciempiés comehombres con herbolaria y lo trajeron a la aldea, pero confiscaron su espada debido a la naturaleza de la intrusión.
Han pasado dos días desde aquella noche, Chris les da la misma explicación que Guilian, solo son viajeros que tenían curiosidad sobre la legendaria aldea de elfos y que no tienen malas intenciones. Una vez que Chris puede levantarse y andar sin ayuda, pasea por la aldea para ver lo que ninguno.
Los elfos son seres muy pulcros, modales impecables, aire de superioridad intelectual, aunque eso es solo una opinión, pero tienen grandes señales de vivir de la naturaleza, por ningún lugar se ven señales de que traten con carne, son vegetarianos. El recorrido de la aldea de ameno se vuelve monótono, y Chris se aleja a los extremos, antes de adentrarse al bosque.
—¿Cuánto más vas a seguir vigilándome? — Chris ha estado en alerta por un rato por una mirada penetrante que lo ha acosado desde que salió de la cabaña.
—Me sorprende que me percibieras. —una voz se escucha desde varios ángulos.
Aparece de entre los árboles una chica de cabello verde esmeralda largo y trenzado. Chris ahora está seguro, ella es quien remató al ciempiés. La chica pregunta en qué se basa para tal afirmación y la respuesta es clara, Chris notó que su cabello está peinado de tal manera que no obstruya su tiro con arco, además de tener claros hábitos de andar por las ramas, literalmente, se mezcla perfectamente con el ambiente boscoso, y por si no fuera lo suficientemente evidente, ella da exactamente la misma presencia de poder elemental de Aire que en aquella noche.
—Lo que más me llamó la atención es que no compartas ni un solo rasgo élfico, te ves demasiado humana como para ser uno de ellos. —las palabras de Chris la ofenden sin tener tal intención.
—¿Acaso tienes un problema con ello? —la arquera pregunta con mucha irritación en su expresión, al parecer Chris encontró un complejo muy sensible.
—Verás, arriesgamos nuestras vidas para encontrar la aldea de elfos y lo más extraño es encontrar a una humana aquí, y más que eso, una adepta. ¿Qué puedo hacer sino encontrarlo fascinante?
—Pues disculpa, me llamo Tsubaki y perdóname por no ser un elfo como el resto de los aldeanos. —despotrica la arquera que al menos mantiene los modales como para presentarse primero antes de hacer cualquier otra cosa.
—Me llamo Chris, un simple viajero que casi muere en su primer día de viaje. —se presenta con un poco de vergüenza y decepción hacia sí mismo.
—Mucho gusto, Chris. —contesta Tsubaki sarcásticamente —Además, ¿poder elemental? ¿adepta? ¿De qué estás hablando? ¿Es algo del mundo exterior? —pregunta con una cara llena de inocencia e ignorancia, comiendo un bocadillo que sacó de un bolsillo.
—Espera, ¿de dónde sacaste eso? —pregunta Chris un tanto desconcertado.
—Oh, lo robé de las provisiones de la aldea, como siempre tengo que buscar mi comida suelo robarles la comida antes que ellos se la coman. —responde Tsubaki mientras disfruta de la comida —Aunque debo admitir que esta vez se lucieron, nunca lo habían preparado.
—«Esas eran mis provisiones, ¿ahora cómo le explico que está comiendo pierna de res ahumada?»
Retomando el hilo de la conversación y para evitar que Tsubaki vomite la comida que acaba de gozar, Chris le explica con completa honestidad mientras los dos se sientan detrás de la cabaña, ella usó poder elemental para pelear con su arquería, un adepto reconoce a otro si presencia sus habilidades en uso. Aunque sean de elementos diferentes e incluso opuestos, los elementos reaccionan los unos con los otros.
—Yo detecté tu presencia hoy igual que tú nos localizaste esa noche. Me sucedía mucho con mis amigas en el templo donde crecimos y entrenamos. —menciona Chris para generar confianza con Tsubaki, aunque realmente funcionó por la expresión que ella ve en su cara, mucha nostalgia.
—«Él me dice la verdad, es la misma expresión que usan los aldeanos al recordar a sus hijos cuando eran unos niños pequeños hace siglos.» —Tsubaki reflexiona unos segundos para procesar la verdad que Chris le reveló —«Además, su aroma me resulta peculiar, no está mintiendo, de eso estoy segura.»
Tsubaki se disculpa con Chris, su temperamento es muy volátil por el ambiente en el que creció. No ha habido niños en la aldea por siglos, por lo que ella es literalmente la aldeana más joven y algunos incluso la discriminan por ser humana. Estar en guardia toda su vida en una aldea de la que no puede irse y no tener una familia con la cual resguardarse es muy duro para cualquiera y eso lo entiende Chris.
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Editado: 11.07.2023