Capítulo 10 – Primera ronda

Cielo despejado, el Sol se alza en el mediodía, el viento fresco le da a la zona el ambiente perfecto para estar al aire libre mientras presencian los combates en la Arena, como ceremonia de apertura a las rondas 1 contra 1 se presentan todos los competidores en el centro para iniciar los cuatro combates iniciales.

Chris, Tsubaki y Guilian no pueden evitar lanzarse miradas los unos a los otros con el pensamiento de enfrentarse dos de ellos en las finales y comprobar los resultados de sus entrenamientos. Sin embargo, sin dar muchos indicios, los otros competidores se observan mutuamente para analizar a los otros que sí son famosos, con la finalidad de hacer estrategias de antemano y poder terminar rápido con los combates.

Ryuken, de forma totalmente inmutable, nunca abre los ojos, se queda totalmente inmóvil y sin la necesidad de analizar la situación. Hanna, desde el público, empieza a sentir una sensación extraña en el cuerpo, no es tensión, no es el “pulso”, no es desagradable pero tampoco se siente bien, a pesar de ello, se siente que hay algo que no cuadra. Ella empieza a observar los alrededores, pero no encuentra nada peculiar, a excepción del centro de la Arena, de forma casi imperceptible Ryuken le da un pequeño vistazo a algo.

Eso la deja intrigada, entonces decide intentar descubrir el objetivo de tal acción y se da cuenta que era a Chris y ella se da cuenta que él también está en alerta y después de unos segundos voltea a observar a Ryuken, como si hubiera “algo” entre ellos. Empieza a sentirse de nuevo una presión, en esta ocasión Tsubaki y Guilian empiezan a sentirla debido a que se quedan viendo a Chris en alerta.

Tan solo es una presentación, pero no pueden evitar sentir el peligro. Después de unos cuantos minutos, la reina Alice da un discurso sobre cómo los adeptos se han vuelto en los últimos siglos una de las mayores fuerzas en el mundo, de cómo las naciones han empezado a unificarse y de cómo el mundo se está transformando en uno pacífico debido a los esfuerzos de los líderes tanto de reinos humanos como de adeptos.

Una vez terminado el discurso y de unos minutos de aplausos emotivos, todos los participantes regresan a sus habitaciones y empiezan los preparativos para el primer combate. Salen al campo Ryuken y Alexander desde puntos opuestos, toda la Arena queda en silencio al observar que la pelea está por comenzar, la tensión en el aire es abrumadora y suena la señal, da inicio el combate.

Alexander lanza de sus brazos torbellinos y Ryuken los esquiva mínimamente, apenas y movió su cuerpo, pero Alexander decide subir el ritmo, empieza a lanzar más ataques, más seguido y más grandes y Ryuken los sigue esquivando mientras da pasos para acercarse. La gente queda pasmada al ver que Ryuken no muestra signo alguno de dificultad y ahora se encuentra a solo 5 metros de su oponente.

Es entonces que Alexander, totalmente desesperado, decide sacar su as de la manga, empieza a formar torbellinos en ambos brazos y empieza a sentirse que el aire empieza a volverse más ligero, los torbellinos salen disparados con gran poder y velocidad, girando en sentidos opuestos, estos provocan entre ellos una cámara de vacío donde sus paredes tienen viento cargado de polvo viajando a grandes velocidades, triturando todo a su paso. Ryuken se mueve a alta velocidad para esquivarlo, pero termina recibiendo un poco de daño en su ropa, la cámara de vacío termina succionando el objetivo con gran eficacia para ser triturado, su maniobra debió ser bastante poderosa para haber salido prácticamente ileso.

Alexander vuelve a recargar para usar su técnica y Ryuken empieza a ponerse en posición, la tensión se siente en el aire mientras su mirada reúne concentración. Los torbellinos salen aún más grandes y entonces, Ryuken desaparece dentro de ellos. Los recibió de lleno y todos quedan impresionados al ver que no quedó absolutamente nada.

Pero algo no está bien, a Alexander empieza a fallarle la respiración, es entonces que suena una voz cerca de su oído:

—Aún eres un novato si te dejas llevar por las apariencias. Tu ataque, en efecto, es fácilmente mortal y de gran poder, pero no sirve de nada si se dirige a un espejismo. —Ryuken está justo enfrente de Alexander, quien está apenas manteniéndose de pie con una respiración frenética.

Ryuken calentó el aire de forma imperceptible y creó un espejismo en su posición para que sirviera de señuelo mientras tomaba una ruta segura. La respiración de Alexander está fallando debido a lo caliente que está el aire que inhala, él no puede evitar caer al suelo y, mientras pierde el conocimiento, ve cómo Ryuken solo se queda observándolo, derrotándolo sin siquiera haberlo tocado ni provocado fuego alguno.

—«Ni siquiera pude tocarlo, ¿este es el nivel de un Lord? Es un monstruo, nunca llegaré a su nivel, maestro Faust, le he fallado.» —piensa Alexander mientras pierde el conocimiento.

El combate ha terminado en menos de 5 minutos y con rapidez se llevan a Alexander al pabellón médico. Mientras Ryuken se dirige fuera de la Arena pronuncia en voz baja lo patético que es como adepto de Aire, pues ni siquiera percibió el cambio en el aire a su alrededor.