Sueño de los Guardianes I-1: Ascenso

Capítulo 12 – Las Semifinales (Parte 2)

El viento sopla mientras los oponentes esperan la señal, a pesar de todo lo que invade la mente de Chris, tiene una sola cosa clara: llegar a la final y vengar a su amigo. Pierre no puede evitar extrañarse por las palabras que dijo su oponente, pero no es momento de una charla emotiva.

 

Resuena por todo el sitio la corneta y a pesar de lo emocionantes que han sido todos los combates anteriores, ninguno de los dos toma el primer paso todavía. Chris se queda completamente estático, la información que recibió de Tsubaki y Hanna sobre él le hace ser precavido, mientras Pierre sigue con su atmósfera llena de misterio.

 

La tensión aumenta tanto que el público empieza a sentir dificultad para respirar, y entonces, Chris toma una pose que ha usado con anterioridad, prepara su cuerpo y lanza un puñetazo al aire. El mismo golpe de aire a presión que utilizó contra la salamandra es perfecto para atacar manteniendo la distancia. Pierre no puede evitar verse obligado a esquivar, pero es demasiado tarde, Chris ha desaparecido de su vista.

 

—Jamás empieces una pelea que no puedes ganar, prepara tus estrategias antes de siquiera tomar el primer paso y nunca utilices tus mejores cartas sino hasta el final. —son las palabras que su maestro le enseñó a Chris mientras lo entrenaba a garrotazos.

 

A pesar de tener una increíble fuerza si se lo propone, Chris siempre intenta evitar usar todo su poder, pues entiende lo fácil que los poderes elementales pueden causar la muerte a otras personas.

 

La distracción y desaparición son elementos básicos para desestabilizar la mente del enemigo, pero Pierre mantiene la calma, no importa qué suceda, no importa qué haga su oponente o cuándo, él mantiene la compostura. Justo entre sus pies empieza a subir la tierra y sale rápido Chris con su puño cubierto de tierra hasta el codo.

 

Tal y como esperaba Chris, Pierre “reaccionó” a su salida y usa su corriente de agua para destrozar la tierra que le cubre la mano. La velocidad de su agua es impresionante, pues destruye casi al instante la mayoría de su improvisada protección, pero antes de llegar hasta la piel Chris alza un muro entre los dos, desviando su brazo y haciéndolo retroceder.

 

Es la primera vez en todo el torneo que siquiera algo tocaba a Pierre, también hacerle retroceder. Preparar una defensa por si tu ataque falla, suena lógico y sensato, pero es algo que nadie en realidad considera. “Haces esto, y entonces, ¿qué?” Entre menos dejes a la suerte, mejor.

 

Mientras los dos analizan los “saludos” que acaban de intercambiar, Chris no puede evitar resaltar que no percibió los movimientos de Pierre, ¿de qué sirvió su entrenamiento? ¿Cómo logra ser imperceptible su ki? “La respuesta siempre está a simple vista, solo debes cambiar tu perspectiva.” Son las palabras que recuerda siempre que no entiende algo a la primera oportunidad.

 

De forma inmediata, Chris se dispone a cortar la distancia, aumenta su fuerza cada vez más y más, y justo al dar su último paso antes de estar a un brazo de distancia de Pierre, lanza otro golpe de aire, y otro, y otro, de forma consecutiva, sin pausa alguna. El aire a presión sale disparada de forma concentrada por la combinación de movimientos en un intento por darle a su objetivo, pero las esquiva igualmente.

 

Sus movimientos son muy extraños, a pesar de lo violento que es la serie de ataques, se mueve con gran tranquilidad y armonía, como si estuviera danzando sin una sola preocupación en este mundo. Chris no se queda de brazos cruzados, pone especial atención a los movimientos de Pierre, no con el ki, sino con la vista.

 

Él sabe exactamente la trayectoria del aire por sus golpes, por lo que puede saber dónde están sus “proyectiles” y cómo los esquiva. Hábitos, patrones de movimiento, análisis y predicción, entre más utilizas la mente para analizar información más priorizas usar la cabeza en lugar del cuerpo.

 

Chris se distrajo, estuvo poniendo tanta atención en los movimientos de Pierre que no se dio cuenta de cómo la distancia se reducía entre ellos dos. La mano de Pierre le pasa casi rozando la mejilla y le deja una serie de cortadas, apenas y la zona se puso roja por perder una capa delgada de piel.

 

Una pequeña oportunidad, con tan poca distancia entre ellos es imposible no asestarle un golpe. Sin embargo, era una apuesta demasiado grande y arriesgada, Chris intenta golpearle con aire en la cabeza y abdomen, pero Pierre retrocede y esquiva ambos ataques.

 

Un pequeño guijarro en el suelo hace tropezar a Pierre, haciendo perder el equilibrio y Chris de inmediato se abalanza a darle un golpe certero, pero Pierre tiene una cara de “Te tengo”. Mientras va cayendo, Pierre levanta uno de sus pies y lo cubre con su corriente, dándole justo en el costado izquierdo.

 

El impulso del puntapié es suficiente para que caiga de pie mientras Chris intenta aguantar el dolor que siente por siquiera intentar respirar. De no tratar su herida en los siguientes minutos, puede que su vida corra peligro.




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