Han pasado tres días desde el torneo, durante los cuales Chris ha estado durmiendo sin paro alguno. Hanna no se ha separado de su lado en ningún momento, solamente se la pasó contemplando a su amigo tras lo sucedido. Más allá de la simple admiración del poder, lo que ella siente es preocupación, aquella expresión que tuvo, el surgimiento de un poder desconocido, los sentimientos que explotaron durante el choque final, todo eso pudo sentirlo ella con gran intensidad y llena su corazón de inseguridad.
Todo lo que ella desea se vuelve realidad, él abre los ojos, totalmente sereno, pero desconcertado por la situación. Hanna le explica lo sucedido después de perder el conocimiento. Los daños al Coliseo fueron mínimos, se limitaron a la arena de combate, no hubo ningún herido tras el golpe final y la reina Alice hizo oficial su victoria, pero la expresión de Chris es la misma, decaído.
También le explica que Guilian logró recuperarse de sus heridas y se encuentra rehabilitándose, pero Tsubaki no le permite visitarle por todo el escándalo que ocasionaría por su bufonería. Al menos una buena noticia, la única que hace su carga un poco más ligera.
Ella se muestra extrañada por su reacción, es entonces que Chris confiesa que no lo considera una verdadera victoria, pues fue cuestión de suerte haber derrotado a Ryuken. De no haber descubierto la manera de derrotar los clones de fuego, él habría perdido sin más, además que fue ese fallo de cálculo lo que hizo que Ryuken recibiera la gran mayoría del daño de aquel día.
Fue precisamente ese daño lo que le impidió usar debidamente todo su poder, aquel choque final, a pesar de haber sido colosal, solo estaba contrarrestando un ataque debilitado, no estaba en su máximo rendimiento. Chris solamente puede mirar hacia adelante y volverse más fuerte, lo suficiente como para hacerle frente a él una vez más, en su forma definitiva.
Los Seis Lords jamás serán algo que se tome a la ligera, esconden grandes cantidades de poder y habilidades que les permiten hacerle frente a casi cualquier cosa que obstruya su camino. Pero las palabras que dijo Ryuken aquel día siguen rondando en su cabeza.
Hace tres días, después del choque final, Ryuken estaba tumbado en el suelo y Chris se encontraba a punto de desfallecer del cansancio, pero escucha claramente cómo Ryuken en cosa de un parpadeo vuelve a estar de pie. A pesar de todo el daño, él procura mantener un poco más la conciencia y seguir luchando, pero Ryuken levanta la mano para rendirse.
Él admite haber sido derrotado en esa ocasión, de continuar, su propio poder le destrozaría el cuerpo, por lo que la mejor opción es rendirse. Chris queda aliviado por no tener que seguir peleando y recibe algunas preguntas del buen perdedor.
—¿Dónde conseguiste ese pendiente? —pregunta Ryuken con mucha curiosidad.
—Siempre lo he tenido, desde que tengo memoria, incluso antes. —responde Chris abiertamente.
—¿Por qué peleaste tan duro contra mí? —su curiosidad se enciende cada vez más.
—Por mi amigo que apaleaste, jamás te lo perdonaré. —tan solo la voz de Chris no es suficiente para expresar toda la ira que aún tiene dentro.
—¿Tanto te importa su sueño? ¿Por qué? —el asco de Ryuken emerge un poco en su tono, pero la pelea no le deja fuerzas para atacar ni verbalmente.
—Porque es muy parecido a mi objetivo. —la respuesta de Chris parece vacía.
—Ilústrame. —pide Ryuken sin las palabras mágicas.
—Iré al Monte del Rey. —la respuesta de Chris no explica mucho.
—¿Y eso en qué se parece al sueño de tu amigo? —Ryuken empieza a exasperarse por la falta de detalles.
—Volverme rey del mundo solo es un medio, mi verdadero objetivo es mi nombre completo, el que se graba en piedra, con ello podré encontrar a mi familia. —los ojos de Chris al declarar su objetivo sin filtro alguno están llenos de una fuerte determinación, una que es difícil de cargar, una que te puede matar de no llevarlo a cabo.
Ryuken simplemente se retira en silencio, y en voz baja replica que hay cosas que es mejor no saber, por algo no se saben. Chris logra percibir su mensaje por el ki, pero no logra responderle, su conciencia se va desvaneciendo.
En el presente, Hanna se encuentra preparándole fruta para que coma algo, a palabras de los sanadores, el cuerpo de Chris es inusualmente lento en recuperarse de las heridas, a pesar de haber recibido tratamiento intensivo ininterrumpido por un día entero sus heridas cerraron, pero no ha sanado por completo. Su cuerpo sigue frágil y estar tanto tiempo inconsciente le dejó en condiciones precarias en cuanto a su salud.
Después de unos cuantos días la salud de Chris es más favorable, en ese tiempo él fue trasladado al castillo de la reina Alice como cortesía por su campeonato, donde conoció a gente influyente que presenció su “victoria”. El ki no miente, pudo percibir malas vibras por parte de la mayoría de ellos, por lo que decidió recluirse en su habitación la mayoría del tiempo y con la presencia de Hanna pudo descansar apropiadamente.
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Editado: 11.07.2023