GACETA NFORMATIVA DE LADY CHATTY

Mis vive del prójimo poco predilectos, pero preciados por mis bolsillos al estar engordando mis arcas de maneras incalculables.

Mi plan inicial era descansar. En especial de ustedes.

Estar en el campo rodeada de las más absoluta nada, mientras permito que me extrañen siendo conscientes de que no es reciproco, pero sigo en la ciudad por motivos que no me agradan, como muchas de las damas que decidieron quedarse para tener un ligero protagonismo pese a haber acabado la temporada. Sin embargo, puede que esté pecando de soberbia, pero estoy casi segura de que este número extraordinario no se lo esperaban, y por eso mismo, no me tienen que agradecer que llene nuevamente sus vidas de un poco de interés cuando las propias seguramente están desprovistas de emoción.

Una emoción que nuevamente se debe de agradecer a los Stewart.

Pues últimamente están siendo los más mencionados en mi gaceta cuando de sorpresas se trata, dejando de lado a los Duques de Beaumont.

En esta oportunidad la sorpresa viene de la mano del hijo del medio.

El de repuesto.

Lord Alistair Stewart, que, con su picara belleza ha dejado a una parte de las damas suspirando, y esperando que nos regale una sola de sus coquetas sonrisas.

Muy diferente a su hermano mayor, pues este no está maldito y no porta un gramo de amargura en el cuerpo.

Con un detalle aún más atractivo, ya que se pensaba hasta hoy, que no estaba tomado.

Como lo leen, pequeñas embaucadoras.

Ha regresado de su sorpresiva desaparición con una mujer del brazo, que, aunque parecía algo desmejorada, por no decir que moribunda, ostentaba algo que ninguna ha podido alcanzar.

Su total y expresa atención.

¿Quién es?

Continúa siendo un misterio, pese a mis fuentes, pues la dama tampoco es de estos lares.

¿Será conocida de la esposa de Lord Archivald Stewart?

Lo único claro, es que tomaron el mismo carruaje que los llevaría a Escocia, y él se desvivía por llenarle de atenciones.

O eso parecía, teniendo en cuenta que daba la impresión de la dama estar más en los brazos del creador, que en los de semejante portento de escoces.

Esperando que mis palabras no ofendan ante mi cruda sinceridad, una Lady Chatty se despide mientras se replantea si sería bueno regresar antes de lo esperado, o solo cuando encuentre algún cotilleo jugoso que merezca ser narrado antes de la temporada social.

Por el momento no me extrañen de manera romántica, que les puede pasar factura, pues yo no estoy para agradar si no para contar la verdad de un humor comercial.