Sueños

Capítulo 13. Miradas

 

July vivía sola desde que tenía quince años y a pesar de las condiciones en que lo hacía, para ella era la libertad, su apartamento no era una castillo, pero al menos le servía para dormir y guardar las pocas pertenencias que tenía, era mucho mejor que vivir con su padre alcohólico, no es que quisiera recordar cosas malas, su padre nunca se responsabilizó de su hija, no obstante, la gota que derramó el vaso fue cuando en una de sus borracheras le exigió dinero para alimentar su vicio, ella se negó firmemente y lo único que obtuvo fue la peor golpiza de su vida, se había criado más en las calles que en casa, sabia defenderse, aun así, no supo por que no pudo agredir a su progenitor. Cuando despertó en el hospital le informaron que tuvo algunas hemorragias internas y desgraciadamente el mayor problema era que su sistema reproductor estaba severamente dañado, le había pateado tantas veces el vientre que la había dejado estéril, fue un enorme shock en su vida, gastó todos sus ahorros en las cuentas del hospital y en fingir que fue una pelea callejera o de lo contrario terminaría en una casa hogar, decidió alejarse de su padre y vivir por su cuenta.

Del hombre generoso que cada noche llegaba a casa con chocolates o caramelos no quedaba nada, solo el recuerdo de una vida feliz, tal vez por eso no pudo odiarlo, se estaba matando el solo y no vio necesidad de imprimirle una cosa más. Después de huir, tres años más tarde le dieron la razón, su padre murió de una congestión alcohólica y fue enterrado en una fosa común.

Todo eso ya no le preocupaba, era algo que había dejado en el pasado, entendiendo que nadie se iba a preocupar por su vida más que ella misma, suspiró observando el techo que más bien parecía colador y trató de no mortificarse. Su vida era complicada, sin embargo, no se sentía un pobrecito ser humano sobre la tierra, estaba segura que había gente que lo pasaba peor, aunque a veces le gustaba fantasear sobre una vida normal: una infancia llena de juegos y bromas, con una madre que la esperara en casa con la comida lista, con una sonrisa o un leve regaño tras alguna travesura; un padre trabajador responsable de su familia y por último, una hermana saludable que charlara por teléfono largas horas con sus amigas, esperando conquistar al chico que hacia latir su corazón. Que sueño tan bello e idealista que conscientemente sabía que jamás pasaría.

La vida le había dado todo lo contrario, siendo su hermana su única preocupación, Serena estaba enferma y ella estaba impotente pero dispuesta a ayudar sin importar la molestia de su madre o la debilidad que poco a poco carcomía la vida de la única persona dentro de su familia por la cual valía la pena luchar. La chica sonriente de rasgos bonitos e inocentes era su luz y no se imaginaba la vida sin ella, aunque físicamente estuvieran separadas.

A pesar de los nubarrones sobre su vida, ella siempre sonreía, de lo contrario sabía que terminaría con una severa depresión, además, su sustento eran sus amigos y su hermana, podía soportar todo gracias a ellos. Pese a todo, se esforzaba en sus empleos para que alguna moneda extra fuera a parar al fondo de los estudios médicos de la pelirroja, no obstante, ninguna ciencia podía dar con la causa ni mucho menos la cura, creando así pocas esperanzas de vida para la joven.

Sin duda la mala suerte la seguía a todos lados; como hoy, por ejemplo: recordando a un par de ojos azules que le hicieron fruncir el entrecejo.

— Imbécil presumido— pronunció plenamente convencida de sus palabras.

Había algo que le molestaba mucho, no comprendía porque quedó hechizada bajo unos bellos zafiros, lo cuales no se despegaron de su mirada, hasta que el mequetrefe de Jack tocó su hombro desviando su atención. Fue entonces que se percató que permanecía encima del joven. Toda roja de pena, se irguió rápidamente tendiéndole la mano al muchacho que la rechazo con un manotazo, levantándose ágilmente en el acto.

— "Ten más cuidado, arruinas mi traje".

— "¿Eh?"

Estaba tan sorprendida que no reaccionó y la helada mirada azul congeló su sistema.

— "¿Qué? ¿Tengo algo pintado en rostro, idiota?"

— "¿Cómo me llamaste?"— indagó la rubia inmediatamente, sintiendo que la pena se transformaba en enfado.

— "Idiota, eso es lo que pareces con esa cara de boba y tu ineptitud al caerme encima, ¿acaso tienes problemas de motricidad?"

El enfado de July pasó a encabronamiento.

— "¿Quién te crees para andar insultando a las personas? Bastardo engreído; ¿¡qué!? ¿tus papis se enfadaron contigo y por eso te castigaron mandándote aquí?"

A su espalda el grupito de Jack reía con estruendo, si con insultos jugaba el castaño, ella lo haría también, y a pesar de las peleas callejeras en las que se hubiese metido, no se comparaban con la fuerza de aquel tipo que la había tomado con facilidad de las solapas.

— "Escúchame bien, basura, no vuelvas a meterte conmigo o te destruiré".

— "Uy que miedo me das, niño mimado"— fue la respuesta que le ganó un empujón a la chica la cual cayó al piso.

— "Quedas advertida, idiota".

Sin más había visto partir al ojiazul, al instante Christian había salido en su auxilio ayudándola a levantarse, mirando de reojo a Grace y a Trisha sostener a Daniel para no salir detrás del castaño y golpearlo.




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