Sueños

Capítulo 23. Locura necesaria

 

El sol resplandecía por fin, después de tantos días nublados y con los ánimos renovados por volver a las instalaciones de su amada universidad le hizo apreciar aún más la necesidad e importancia de regresar; respiró llenando sus pulmones de aire que ya no le parecía pesado.

— ¿July? — cuestionó la voz aturdida de alguien a su espalda.

— ¡Hola Daniel!

El joven parpadeó hasta asegurarse de que no alucinaba y después de eso se aproximó a la rubia para abrazarla.

— ¿En dónde diablos te habías metido?, estábamos muy preocupados por ti.

— Si a mí también me da gusto verte— dijo, tratando de evitar el tema de donde había estado.

Y era cierto, había extrañado a sus amigos y ellos también la extrañaron, o eso miró cuando Christian se les unió.

— July, que bueno que estés aquí. Saludó, estrechándola fuerte también.

— Sí, a mí también me alegra estar de vuelta.

— Nos has tenido sumamente preocupados, sobre todo a Grace.

Es cierto, Grace, su mejor amiga, había tanto de que hablar y disculparse, apenas podía contener el esfuerzo de ir a buscarla.

— Demonios, tenemos clase, te veremos luego para que nos aclares todo.

— Cuenten con ello— guiñó July, recordando que también debía volver a sus clases.

Así pues, se despidieron y la rubia corrió hasta su aula, aunque el "misterio" de su beca aún estaba pendiente.

— Supongo que por fin tengo un ángel de la guarda— sonrió, entrando al salón percatándose de que no había nadie.

Desconcertada miró su reloj, había llegado temprano por primera vez en su vida y no había nadie para corroborarlo, pero una hoja pegada en la pizarra le indicó donde estarían todos.

— ES VERDAD, LA OBRA.

Inmediatamente corrió hasta el teatro, sabía que no tenía ningún papel, pero aun así su deber era ayudar, por ello entró en el recinto con la frente en alto, esperando encontrar mínimo a Grace, sin embargo, en su lugar se encontró con una extraña escena donde un hombre "naufragaba" en medio de la "nada"

— ¿Jack?— se sorprendió la chica.

El joven generalmente era muy bromista y aunque era bastante bueno en el terreno actoral, supuso que un papel melodramático como ese seguramente era un reto para su peculiar carácter. Tomó asiento en la parte trasera y observó varias escenas, no fue sino hasta el cuarto acto que vio a su mejor amiga salir tras bambalinas.

Grace charlaba animadamente con Natalia, una chica dark que se encontraba sentada en una de las butacas de primera fila, la pelinegra sostenía con fuerza un radio comunicador y unos papeles; con precaución se incorporó y avanzó tras el telón intentando sorprender a su amiga, solo que la sorpresa se la llevaría ella.

— Benditos los ojos que la ven señorita Wells.

Aquella voz era inconfundible.

— Profesora Emilia.

— Me imagino que ha venido a integrarse a la obra, ¿no es así?

— Sí...

— ¿Sus múltiples ocupaciones se lo permitirán ahora?

— Sí, sobre eso, me ausente porque...

— No es tiempo de excusas— interrumpió la mujer—, no quedan papeles disponibles y casi todas las áreas están cubiertas; si desea ser parte de esta gloriosa puesta en escena entonces ayudara en lo que sea que se necesite, ya después hablaremos de sus faltas y su calificación, ¿entendido?

— Sí— asintió July, sintiéndose con suerte de no ser mayormente sancionada.

— Entonces repórtese con la profesora Victoria, ella le asignara algo. La profesora se dio vuelta y se retiró para seguir con sus asuntos.

Mientras tanto Grace se esmeraba en dar indicaciones a los actores, indicaciones obviamente respaldadas por el productor, la pelinegra se sentía satisfecha de su labor, sabiendo que de eso dependían muchas cosas, desde la escenografía hasta el vestuario, el cual estaba avanzando mucho gracias a sus contactos con la profesora de danza.

Suspirando terminó su charla con Natalia y Jack, ambos eran los protagonistas y debían ensayar sus escenas más que otros, no obstante, los chicos eran como serpientes y mangostas, mientras que Jack era un bromista empedernido que parecía tener como propósito molestar a medio mundo en sus ratos libres; Natalia era seria y oscura, miraba amenazadoramente al bufón cada vez que intentaba hacerle alguna broma, bajo el escenario eran imposibles, pero sobre las tablas lo hacían bastante bien, por algo habían sido elegidos.

Suspirando dejó a ambos chicos discutiendo, todo por otra de las bromitas sin sentido de Jack, el cual se empeñaba en intentar hacer reír a su compañera.

— Esto difícil— se dijo para posteriormente elevar la vista y admirar a Dante quien conversaba con algunos profesores.

No pudo evitar sonreír discretamente, el italiano se había vuelto indispensable en su vida, mas como toda persona, sospechaba que faltaba un elemento, algo que terminara con el ausentismo y excesivo respeto de su inquilino, como anoche, el chico se comportó muy serio, argumentando estar concentrado en los preparativos de la obra, dejándola de lado con terribles deseos de algo más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.