Sueños

Capítulo 27. No sé hablar de amor

 

El estreno estaba a la vuelta de la esquina, tres días y contando, el teatro era un caos, todos parecían hormiguitas de un lado al otro además de que todo el mundo estaba estresado; el apocalipsis teatral existía y tenía nombre: "El Conde de Montecristo".

— Escenografía... hey, eso no va ahí, va del otro lado... DEL OTRO LADO— gritaba histérico el co-director que no era escuchado por nadie.

Dante miraba todo con bastante pesadez, estaba HARTO de todo eso, solo tenía que aguantar un poco más, su padre le había llamado esa mañana diciéndole que llegaría el mismo día del estreno con sus hermanastros, lo cual lo puso de muy mal humor, ya bastante tenía que soportar y ahora con las burlas de sus hermanos su situación empeoraba. Realmente tenia deseos de mandarlo todo al infierno, pero no era de ese tipo de gente, él se quedaba a pelear con la frente en alto y esta ocasión no sería diferente.

— July, ¿puedo hablar contigo?— preguntó a la muchacha que llegaba corriendo.

— La profesora Victoria me espera para...

— Solo es un momento, yo le explicaré que te retuve.

La chica aceptó, ambos salieron del teatro dejando atrás el bullicio, la paz y la tranquilidad del exterior les dio la bienvenida.

— ¿Qué quería decirme?

— No hemos tenido la oportunidad de charlar desde que tomaste el protagónico, aun así, puedo decir que estoy complacido con tu avance, lo harás bien, de eso estoy seguro.

— Gracias... aunque no sé si soy tan buena como Jack...

— Cada quien su estilo, no lo olvides.

— De acuerdo.

— Por cierto, necesito que me hagas un favor; sé que eres la mejor amiga de Grace y necesito saber qué es lo que hace cuando sale de aquí.

Aquellas palabras tomaron desprevenida a la rubia, la cual miró con cierto desconcierto al productor.

— ¿Perdón?

Dante supo entonces que July no sabía nada.

— Ya veo que no tuvo la delicadeza de contarte.

— ¿A qué se refiere?

— Estoy viviendo en casa de Grace— la chica se sorprendió a sobre manera.

— ¿QUÉ... CÓMO DIJO?

— Que estoy viviendo en casa de Grace, ella... me hizo el favor de alojarme mientras la obra se llevaba a cabo, ¿no te lo dijo?

— N-no no me lo conto— contestó July sintiéndose un poco ofendida ante la poca confianza de su amiga.

— Bueno, como sabrás, antes era mi asistente, pero renunció— dijo sin ser muy explícito—, la cosa es que estoy preocupado por ella y como tú eres su mejor amiga, creí que sabrías resolverme muchas dudas.

Al parecer había algo más en la preocupación que extranjero manifestaba.

— ¿Cómo qué tipo de dudas?

— Como ... A dónde va todos los días después de que sale de aquí, ha estado llegando tarde a casa y no es que yo debería ver por eso, para ello tiene a su abuelo, pero me preocupa que pueda estar haciendo algo indebido... ¿me explico?

— Pues... no sabría que decirte con exactitud— tuteó sintiéndose en confianza—, como verás esto que me dices me tomó desprevenida y yo...

— Te aclaro que mis intenciones por saber son buenas, le he llegado a tener cierto afecto a Grace y no deseo irme dejándola en malas manos.

— ¿Se va?— cuestionó estupefacta.

— Sí, después del estreno; la directora de escena y el co-director se harán cargo del resto, yo solo financiaré la gira, mi trabajo concluye con el estreno.

Dante le causaba mucho enigma, pero le caía bien, enterarse de que se iba fue más desconcertante que enterarse de que vivía en casa de su amiga.

— Lamento escuchar eso, nos habría dado gusto tenerlo en la gira.

— No todas las personas son necesarias en la vida, July; ustedes ya eran buenos antes de que yo llegara— sonrió con sinceridad, pues a esa conclusión había llegado—. Aunque no estábamos hablando de eso, sino de Grace, ¿podrías ayudarme un poco?

— Claro, es mi mejor amiga y haría lo que fuera por ella.

— Muy bien, sabía que podía contar contigo, así que, antes de entrar podrías decirme algo que sea útil que me sirva para ayudarla.

Con la duda de si lo que hacía era bueno o malo, July le hablo al italiano sobre Raphael y el cambio que la pelinegra venía mostrando, muy en el fondo tenía un reclamo que hacerle a su amiga, y también observó que el abordaje de Dante no era por simple preocupación, pero tampoco presentía que fuera por algo malo.

 

*   *   *

 

Raphael era un chico educado, provenía de una familia muy unida de clase alta, su personalidad era noble y amable. Había conocido a Grace cuando eran niños, su padre lo había llevado a una exposición en Nueva York y escabulléndose entre las largas piernas de los adultos había chocado con la pequeña pelinegra cuyos ojos violetas lo habían atraído de inmediato, forjando así una linda amistad. Ahora, después de tantos años podría decir que esa amistad permaneció intacta, lo cual agradecía, pues Grace era una de esas reliquias que deben conservarse pese a todo.




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