Sueños cruzados

CAPITULO IV.

Travis salió del baño y se abrió paso entre los presentes que allí bailaban. A unos pasos de la mesa que tenían reservada, Se encontró con lo que estaba pasando. Su amigo Thomas. Había perdido los estribos con la camarera que los atendía; la tenia tomada por el brazo con fuerza y se estaba alejando de la mesa. Se acercó lentamente a ellos, no sabía si debia intervenir. La soberbia de Thomas ya los había metido en problemas anteriormente. Cuando casi llegaba a ellos se quedó pasmado. No sabía si estaba equivocado pero algo en el fondo de su ser deseaba que no fuese así. A medida que se acercaba, una fuerte ola de calor le subía a las mejillas, y fue entonces donde estuvo seguro. 

   Al llegar y notar como Thomas le estaba hablando a la chica y ver su rostro, ensombrecido por la Vergüenza removió algo en lo más profundo de su ser. Sintió como si a el fuese a quien eran dirigidos los fuertes ataques de su compañero. Esa solitaria lágrima que ella limpió rápidamente buscando esconder su dolor, la mirada de todos posada sobre ella y el posible despido por la insensatez y prepotencia de el otro, que creía imponer respeto y autoridad maltratando a los más débiles. Todo... Todo lo que ella estaba pasando, el lo hizo suyo. Lo sintió en lo más profundo de su corazón.  Y no pudo pasar por alto semejante indignación.  

   Camino apresuradamente entre los curiosos que rodeaban el espectáculo, empujando a quien se atravesaba en su camino. Quería llegar a ella.  Necesitaba hacerlo.  

  - ¿Qué demonios te pasa Thomas?... ¡Suéltala! - bramó furioso al estar frente a ellos. Emily lo miró sorprendida, Thomas bufó de ira.  

  - ¡No te metas Travis! - Gaíl miraba la escena molesto desde su mesa-...¡Esta zorra acaba de faltarme el respeto y va a pagar por eso!. 

 Los ojos de Travis se iluminaron de ira al escuchar las palabras de su compañero y no pudo contenerse un segundo más. Le propinó un puñetazo en la nariz a Thomas quien comenzó a sangrar al instante. 

  - ¿TE CREES UN PUTO DIOS IMBÉSIL?- grito Travis hecho una furia. - ¡NO TE ATREVAS A VOLVER A HABLARLE ASI... JAMÁS!. - Toda la audiencia se quedó en silencio ante lo acabado de ocurrir.  Thomas seguía sosteniendo su nariz que no paraba de sangrar. 

 - ¿ Acaso te has vuelto loco Travis? - La respiración de Travis estaba agitada. Nadie entendía que estaba pasando y por qué había reaccionado de esa manera-... ¿Vas a pegarme por alguien que ni conoces? - Travis lo miró en silencio. Emily estaba consternada,  ¿Que pasaba allí? , Travis se había abalanzado a golpear a su amigo que la molestaba..  ¿Por qué?. 

   Travis tomo la mano de Emily y salió disparado del lugar dejando a todos boquiabiertos y confundidos. Al salir, el frío de la noche los abrazó a tal punto que comenzaron a temblar. 

  - ¿ Por qué? - dijo Emily al fin . Travis la miró seriamente. Su rostro había tomado un aspecto sombrío, tenía las pupilas dilatadas y sus grandes ojos verdes brillaban como gemas en medio de la oscuridad.

  - Te dije que nadie más volvería a molestarte. - añadió Travis cortante. Emily sintió su tono y se incomodó. 

  - Bueno... ¡Gracias ! . No tenías que hacerlo. Se perfectamente como cuidarme sola. - Las palabras de la chica hicieron que Travis que de por sí ya hervía de furia se cabreara más.  

  - ¡Se notó mucho allá dentro que lo tenias bajo control !. - Emily puso los ojos en blanco. - No conoces a Thomas... ¡ Se iba a poner peor!. - Emily lo miró boquiabierta.

  - Entonces deberías tener más cuidado al elegir tus amistades, ¡el que andaba con el psicótico eras tú no yo!. - Travis abrió la boca sorprendido, " ¿ Quien se cree esta chica?. La acabo de ayudar ahí dentro...¡Eso me pasa por imbesil!." Sentenció enojado. Se dio la media vuelta y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Emily lo miró alejarse y camino hacia su motocicleta. "Yo no le pedí que se entrometiera". - Pensó- Pero al verle como se alejaba sin mirar atrás en aquella zona que ni siquiera conocía. Sintió como el remordimiento le quemaba las entrañas.  No podía dejarlo así. No después de lo que él acababa de hacer.  

 Encendió el motor de su motocicleta y fue hasta donde estaba él que ya se había alejado lo suficiente del local. Al pasar frente a él,  bajo la velocidad y una pequeña sonrisa se dibujó en sus mejillas al verlo tiritando del frío. 

  - ¿ Vienes? .- Travis la miró con severidad y ella volvió a sonreír. El tenia suficientes razones para estar enojado. 

  - Estoy bien así. ¡Gracias! - respondió en tono cortante. Emily se bajó de la moto y se plantó frente a él. 

  - Okey... - dio un largo suspiro resignada- ... Tienes toda la razón.  ¡Lo siento! . - Travis levantó la mirada para ver a la chica a la que ahora le ardían las mejillas al reconocer su error.

  - Fuiste muy grosera Em. - Ella abrió los ojos y lo miró - ... Yo solo quería ayudarte.

 - Lo sé...- Dio un hondo suspiro. - ... ¿Te subirias a la motocicleta? . - Travis la miró divertido.  

  - Solo si conduzco yo. - Ella asintió y señaló con sus dos manos el vehículo,  al que el subió y posteriormente ella. 

-... ¡No pareces el tipo de chica que conduzca una motocicleta!. - añadió Travis a toda voz en medio del camino. Emily soltó una carcajada. Travis la miraba por el retrovisor maravillado, le parecía increíble que existiese una persona tan única y que se hubiese topado con ella apenas ahora. Continuaron bromeando durante todo el camino, hasta que Travis se detuvo en una pequeña cafetería. 

  - ¿Qué hacemos aquí? - le preguntó Emily dudosa. Travis la Miró con una sonrisa-.

  - ¡Para agradecerte el aventón!. - Ella asintió lentamente y le hizo una señal de aprobación con su dedo. Entraron juntos al local en el que todos se les quedaron mirando.

   Pasaron unas dos horas sentados ahí. Hablando y riendo de ningún tema en particular; Travis estaba maravillado. Tenían tantas cosas en común, él le explicó mientras ella le escuchaba sorprendida Quien era el y porque todos estaban tras el todo el tiempo. Emily reía a todo pulmón con las anécdotas de Travis con fanáticos enloquecidos, y el la miraba hechizado por la energía que está chica tan natural desprendía. Se sentían tan cómodos estando el uno con el otro que no notaron como pasaron las horas, y cuando se dieron cuenta al fin ya tenían que regresar a casa. Travis insistió en que Emily se fuera a casa primero; ella estaba renuente a dejarle su amada motocicleta,  pero después de treinta minutos de insistencia y sobornos de Travis terminó aceptando,  con la condición de que se la llevaría a clases la mañana siguiente. 




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