Cerró la puerta de un golpe al entrar en la habitación. Todos abajo miraron consternados la reacción del futbolista.
- ¡Maldición, maldición maldición!. - su respiración se hacia más agitada a medida que Golpeaba la pared furioso - ... ¿Porqué diablos no puedes controlarte Travis? - la ira inundaba su sistema, y en lo único que pensaba era en regresar allá y partirle la cara a Thomas -. ¿Porque precisamente ella?. - se decía a sí mismo una y otra vez haciendo más grande su furia. Alguien golpeó la puerta de la habitación. No respondió. Los golpes comenzaban a hacerse más continuos al cabo de unos minutos y supo que tenía que abrirla o no cesarían. Camino hacia la puerta y la abrió de mala gana, para encontrarse con Gaíl quien no podía disimular su preocupación.
- ¿ Que quieres? - Gaíl se sentó en la cama y lo miró. Conocía de sobra a su amigo como para saber que había algo que le estaba afectando de verdad. - ¡Si no es nada importante puedes irte!.
- Solo saber cómo estas... ¿ Que fue eso de allá afuera?. - Travis bufó enojado y tumbó unos libros que tenia sobre la cómoda. Gaíl lo detuvo antes de que tumbara la habitación.
- ¡Cálmate!... - lo detuvo por los hombros, Travis se sacudió molesto pero después de un momento respiró y se tumbó en la cama derrotado. - ... ¿ Quien es ella?.
- ¡Todo!. - se cubrió el rostro con desesperación -. Esa chica lo es todo... para mí. - Gaíl se quedó en silencio pensando, si intuía que algo pasaba entre aquellos dos desde el día de la pelea en el café, pero no imaginaba la magnitud. -
- Entonces ¿ Por qué no dijiste nada allá hace un rato? - Travis suspiro resignado-.
- Ella no quiere. - Gaíl estaba desconcertado.
- ¿ Por qué no querría?. - hizo un gesto ridículo - ¡Eres la imagen de él equipo de fútbol más importante del país!... ¿ Sabes cuántas chicas desearían poder presumir ese privilegio?. - Travis soltó aire con pena.
- ¡Es precisamente por eso!. - Gaíl se extrañó. Todas las chicas que conocían, ssiempre se abalanzaban sobre Travis con la esperanza de lograr algo con él y poder presumir de la exclusividad que el representaba. - No quiere que nadie sepa lo nuestro para no verse envuelta en lo que salir conmigo representa... - cogió la almohada y la lanzó al suelo con fuerza. -... entonces ¡viene Thomas a hecharlo todo a perder!... No es justo. - se le quebró la voz - Yo... yo... yo...
- La quieres. - Gaíl terminó la frase que le resultaba tan difícil pronunciar a su amigo y Travis asintió con pena Continuaron hablando sobre cómo se conocieron y de cómo ella poco a poco se adueñó de ese corazón que el había trabajado tanto en recubrir con la más fuerte de las armaduras. Gaíl lo miraba atentamente, admirado de lo que aquella amiga había hecho con su terco amigo. Tomó aire frustrado y añadió con optimismo -... ¡Yo te voy a ayudar! - Travis abrió los ojos como platos por la sorpresa-.
- ¿Como? - en los ojos de Travis se dibujó la luz de la esperanza, aunque no tenía idea de que podría hacer su amigo al respecto. - No creo que puedas hacer nada bro...
- ¡Tu espera aquí!. - dijo y salió de la habitación dejando a Travis intrigado. Se sentó en la cama y se cubrió el rostro con las manos. .. de verdad había perdido la cabeza por esa chica.
Gaíl llegó al salón donde estaban todos. Emily yacía en una esquina de la casa mirando la ahora abarrotada casa con cierto terror. Se acercó a ella y le susurró al oído.
- Hay alguien que quiere hablar contigo. - Emily lo miró con desconcierto, Gal sonrió amablemente -. ¡Creo que deberías hablar con el... - Emily asintió comprendiendo a lo que este se refería. Miró a todos lados con nerviosismo -. Tranquila... ¡ Yo te cubro! ,- Le guiñó un ojo con complicidad. Ella sonrió divertida y comenzó a caminar discretamente, Gaíl la detuvo cuando solo había dado dos pasos. - ... en la habitación contigua hay una puerta por la que puedes llegar sin ser notada... - Emily musitó un simple gracias, a lo que Gaíl le respondió- ¡ A ti! ... no pensé que viviría para ver a Travis así. - Emily sonrió por la sinceridad del jugador y se fue hacia donde su chico la esperaba.
Entró en la habitación que Gaíl le había mencionado y se encontró con una estancia grande y espaciosa, con un gran librero en alrededor de la pared. Un sofá reclinable y un estéreo antiguo. La habitación era todo un sueño para Emily, que pasó la mano suavemente por la estantería y admiró las obras que allí se encontraban. Truman, Kafka, Austen, y Bukowski eran solo algunos de los que ahí yacían en papel, inmortalizados en su obra. Zin contar un sinfín de autores más, Emily se quedó pasmada, en silencio, deslumbrada totalmente por aquella hermosa habitación. No notó cuando Travis entró en la habitación y se le quedó mirando fijamente también admirado, está vez no por la literatura, sino por la belleza de aquella sencilla chica que miraba la estantería con tanta emoción. Olvidó por un momento lo que había pasado un rato atrás, tenia todo el día deseando estar a solas con ella, y al tenerla allí al fin , no podía desperdiciar el tiempo con estúpidas discusiones. Se acercó lentamente en silencio y la abrazó por la espalda, ella dio un salto por la sorpresa y le golpeó el labio con la cabeza haciéndole sangrar. Se giró rápidamente al notar que era Travis, al notar el hilo de sangre que salía de su labio inferior se sintió apenada. El levantó la cara riendo por la torpeza de su chica . Ella tocó el rostro mallugado de Travis y se disculpó repetidamente.
- ¡Que habilidad tienes de estropear el romanticismo del momento! - exclamó entre risas. Emily bajó la cabeza apenada. Travis levantó su mentón con los dedos y le dio un pequeño beso en los labios -... Ahora tendrás que ayudarme a buscar una excusa para los de allá afuera.
- ¡Tú te lo buscaste! - exclamó con mirada pícara - ... ¿ Cómo me sorprendes de esa manera? - pasó su pulgar suavemente por el mallugado labio de Travis y le dio un suave beso. - ¡ Ahora sanará más rápido!.
Editado: 04.09.2021