Emily corrió apresuradamente hacia el estacionamiento y se subió a su motocicleta. Condujo sin parar bajo la lluvia sin saber exactamente hacia dónde se dirigía. Estaba aturdida, hace solo un momento había perdido el control frente a toda la clase. No sabía que hacer, escuchar a Danielle admitir que todo había sido un teatro de Stephanie para salirse con la suya la había dejado en shock. Había explotado y descargado toda su ira en la persona que le había causado tanto dolor. Aparcó en el estacionamiento y hasta entonces se dio cuenta hacia donde había ido. Miró el imponente edificio y se adentró en busca del campo de entrenamiento. Estaba empapada y los que por su lado pasaban la miraban extrañados; al llegar a su destino, se sorprendió al ver la cantidad de estudiantes que miraban el entrenamiento. Era como si en ese lugar se llevase a cabo un auténtico juego y los espectadores miraban admirados esperando el gran final.
Se posicionó en la parte de abajo de las gradas, y esperó al final del juego como todos. Sonrió tristemente al verle corriendo en la cancha tras la pelota.
Había perdido tanto tiempo amarrada a sus complejos e inferioridades que su vista se nubló hasta tal punto en el que no podía creer que alguien como ese maravilloso chico que frente a sus ojos estaba, fuera capaz de enamorarse de alguien tan diferente como ella. Se mantuvo ahí parada en silencio, empapada y nerviosa hasta que culminó el entrenamiento.
Los chicos salieron de la cancha entre el barullo y exclamaciones de los estudiantes, Thomas fue el primero en verla. Se acercó a ella con una sonrisa, y Travis al seguir con la vista a su amigo y ver a quien iba a encontrar, bajó la mirada con profunda tristeza y continuó su camino hasta los vestidores. Emily lo vio alejarse con pesar.
- ¡Linda! - exclamó alegremente al verla, Emily le sonrió apenada-. ¿Has venido a verme jugar?
- ¡Hola Thom!. - El la miró extrañado- . No... He venido a hablar con él. - Thomas asintió desanimado y ella se apresuró a disculparse-... Lo siento... es que yo...
- ¡Tranquila linda! - la interrumpió con una sonrisa amable -. En algún momento esto tendría que pasar... - Emily se encogió de hombros- ¿Necesitas ayuda?.
-No... solo que no se que debería decirle... ¡He sido una completa estúpida!.- las lágrimas comenzaron a fluir nuevamente. Thomas se acercó a abrazarla pero ella lo detuvo -.
- ¡Solo ve y dile lo que sientes!. - añadio con algo de desánimo. Ella asintió con conformismo y el puso una mano sobre su hombro para consolarla-. ¡Ya me tengo que ir!... debo darme una ducha. - ella asintió - Me encargaré de que Mcgail regrese.... ¡Quédate aquí!.
Se despidió y se fue corriendo a los vestidores. Emily se sentó en las gradas aturdida por el parloteo de todos los que habían asistido a ver el entrenamiento. Al cabo de un rato la multitud fue disminuyendo hasta que el campo quedó prácticamente vacío. Emily comenzaba a desanimarse, la lluvia había regresado y aunque deseaba esperarle un poco más, la lluvia se hacía cada vez mas fuerte y decidió que tenía que irse. Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida. Todo había sido su culpa, si el no quería volver a verle tenia que aceptar el final.
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Travis:
Por un momento, cuando la vi parada en el cercado viendo el juego, tuve la estúpida esperanza de que había venido a verme. Pensé que quizás había recapacitado y querría escucharme. Luego apareció Thomas y entendí todo. Cada una de mis esperanzas se desvanecieron al ver como se acercaba a ella. Entré rápidamente a los vestidores, ya no me quedaban fuerzas para ver eso. Pero cuando Thomas regresó tan pronto empecé a dudar, mientras me preparaba para regresar a casa, noté como me miraba extraño, y su apagada mirada me dijo que pasaba algo. Me acerqué a él para preguntarle qué pasaba, no tenia la misma actitud alegre y vivaz que le caracterizaba, y eso me preocupó. Aunque el hecho de que ambos estemos enamorados de la misma chica hizo que nos distanciaramos un montón el sigue siendo uno de mis mejores amigos. Me acerco preocupado y el me miró derrotado.
- ¿Todo bien? - pregunto. Thomas asiente y me da la espalda para sacar algo de su casillero.
- Em... se está mojando afuera... ¡deberías ir a verle! - lo miro extrañado. Él cierra su casillero de un golpe y sale de las duchas. Me quedo inmóvil sin saber que hacer.
¿Emily sigue allá afuera? , no entiendo nada de lo que pasa, aún así me apresuro hacia la cancha con un abrigo en las manos.
La busco por todas partes y no logro encontrarla en el enorme lugar, seguramente ya se ha ido. Camino bajo la lluvia decepcionado, las frías gotas golpean fuertemente ni rostro y me apresuro a resguardarme de la lluvia bajo las gradas. Es entonces cuando la veo... camina pesadamente, con todo el cuerpo empapado por la lluvia y siento nuevamente esa presión en el pecho que me produce tenerla cerca. No puedo dejar pasar esta oportunidad, podría ser la última que tenga...
- ¡Emily!... - le grito desde mi lugar y voltea al instante. La miro y en sus ojos noto un poco de esa luz que pensé que había perdido. Abre la boca para decir algo pero se queda callada al instante y yo me apresuro a su encuentro. Le coloco el abrigo sobre los hombros - ¡Yo... yo...
- ¡Lo siento! - se apresura a decir dejándome sin palabras. La miro esperanzado, No pensé volvería a escucharla dirigirse a mi jamás. Y que diga que lo siente... es más que cualquier otra cosa .
- ¡El único que tiene algo que sentir aquí soy yo! - abre los ojos por la sorpresa-... Por mi estupidez perdí a la única persona que realmente me importa...
- Sé que Danielle te engañó. - La miro intrigado, pero lo último que me importa ahora es saber cómo se enteró-. ¡Tu no tienes la culpa de nada!.
- ¡Si la tengo!. - ella me miró con seriedad, la miré a los ojos suplicando compasión... pero antes debo decirle todo lo que llevo dentro - No debí haber aceptado salir con ella. En su lugar.. tenia que llamarte apenas aterrizamos e invitarte a tomar ese café, luego iríamos por unas copas y al final de la noche, cuando estuviésemos extenuados por tanto ajetreo haríamos el amor como nunca antes... haríamos honor a todos esos días extrañandonos para luego quedarte dormida sobre mi pecho y amanecer abrazados como lo haces en cada uno de mis sueños... ¡Si soy culpable!... ¡Soy culpable de no haber sido alguien digno de ti! - me mira con lágrimas en los ojos. Pero no son de tristeza como lo han sido la mayoría de las veces que la he roto por mi inmadurez, está brillando... como nunca antes lo había hecho. Su luz es tan preciosa que podría llegar a cegarme, y es lo más hermoso que alguien podría presenciar. - Emily da un hondo suspiro y rodea mi cuello con sua brazos devolviéndome toda la felicidad que he perdido. Así es ella, llega y con un simple gesto es capaz de reparar la peor de las tristezas, como si su risa, su voz, su dulzura y esos hermosos ojos color ámbar tuviesen cualidades curativas... ella es mi mejor medicina.
Editado: 04.09.2021